Urkullu brinda su apoyo “total” a la oficialidad de las selecciones deportivas vascas
En la sesión de control al Gobierno que ha celebrado este viernes el Parlamento Vasco, la oposición se ha preocupado por cómo será recordado el lehendakari, Iñigo Urkullu, cuando abandone Ajuria Enea. El parlamentario de PP+Cs José Manuel Gil ha ironizado que pesará sobre él una ley de educación diseñada por el partido que quiere echarle, EH Bildu, y que castiga a los niños que hablan en castellano en los colegios. Desde la bancada de EH Bildu, por el contrario, Jasone Agirre ha planteado que Urkullu quiso que la selección de España jugase en San Mamés -Eurocopa que se suspendió por la pandemia- para poder ir al palco a escuchar, puesto en pie, el himno nacional. Con socarronería, Urkullu ha bromeado que él como mucho puede pasar a la enciclopedia como exfutbolista del Larramendi, un equipo juvenil. En todo caso, preguntado por la oficialidad de las selecciones deportivas vascas, ha expresado que toca respetar que algunos organismos internacionales no las permitan pero ha prometido apoyo “técnico, jurídico y político”, apoyo “total”.
Urkullu, que ha destacado que lleva años defendiendo que Euskadi tenga equipos propios diferenciados de los españoles, ha tenido que hacer equilibrio dialéctico ya que gobierna en coalición con el PSE-EE. Ha expresado que es un objetivo compartido del Ejecutivo la promoción internacional de la marca “Euskadi-Basque Country” y ha asegurado que hay trabajado avanzado más allá del fútbol, como en soka-tira o en halterofilia. También ha mencionado otras disciplinas como natación, automovilismo, tenis de mesa o squash o el programa Basque Team para becar a deportistas individuales.
EH Bildu, por el contrario, se ha centrado en criticar que el lehendakari no haya actuado contra el 'no' de FIFA y UEFA y Agirre ha recordado al primer presidente vasco, de su mismo apellido, que entre sus iniciativas en el exilio impulsó partidos deportivos para dar a conocer una tierra entonces conocida como Euzkadi, con zeta. “España no quiere que tengamos selección”, ha afirmado la representante independentista, que ha puesto los ejemplos de “Escocia y Gales”, aunque en el Reino Unido las naciones constituyentes no tienen selecciones en todas las disciplinas, aunque sí en fútbol y rugby. Según la coalición abertzale, un partido de fútbol de una selección vale más que “cien discursos de un lehendakari”, incluso si son de José Antonio Aguirre, ha puntualizado.
La sesión de control al Gobierno de la Cámara ha traído para Urkullu preguntas muy variadas. EH Bildu también ha denunciado la falta de medidas concretas para afrontar la crisis económica derivada de la guerra en Ucrania. Tener “esperanza” no es “esperar”, le ha espetado Maddalen Iriarte al lehendakari sobre sus anuncios y previsiones. “Seguimos analizando nuevas medidas económicas y sociales”, ha respondido sin ofrecer más detalles un Urkullu que se ha limitado a enumerar los planes ya conocidos, 150 millones para eficiencia energética, 10 millones en créditos a empresas de Rusia, Ucrania y Bielorrusia y las inversiones por valor de 528 millones. Miren Gorrotxategi, de Elkarrekin Podemos-IU, ha enfatizado que el Ejecutivo autonómico tampoco está haciendo todo lo posible por sectores estratégicos como la ganadería o el transporte.
PP+Cs vive este viernes una jornada singular. La parte del PP -salvo Carmelo Barrio- está en Sevilla por el congreso que coronará a Alberto Núñez Feijoó. Por ello, no ha habido 'cara a cara' entre Carlos Iturgaiz y Urkullu. Así, ha sido el representante de Ciudadanos, Gil, el que ha interpelado al lehendakari. Y ha preguntado por el reciente acuerdo educativo entre PNV, EH Bildu, PSE-EE y Elkarrekin Podemos-IU del que se han quedado fuera. Entre sus quejas, entiende que ataca a la concertada, que en Euskadi absorbe al 50% del alumnado. “Le aseguro que los colegios concertados han acogido este pacto como una oportunidad y no como una amenaza. La concertada no está amenazada. Se le garantiza un nivel de financiación para los próximos doce años”, ha replicado Urkullu, cambiando el paso discursivo de un pacto que se había promocionado como clave para reforzar el papel de la enseñanza pública. Barrio, por su parte, ha emplazado a Urkullu a que medie con Pedro Sánchez para rectificar su apoyo a Marruecos en la cuestión del Sáhara. Ha apelado a los lazos históricos del pueblo vasco con el saharui y ha asegurado que nadie puede conceder autonomía a un territorio cuya soberanía no le pertenece. Vox, finalmente, ha querido hablar de la pandemia y de la supuesta autocomplacencia del Gobierno de Urkullu en su balance de dos años, extremo que ha negado Urkullu.
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