Las temperaturas altas y sequía han hecho que este año haya menos mosquitos
Las olas de calor y la sequía están dejando en la región efectos devastadores, aunque han provocado un menor número e incidencia de los mosquitos durante este año, situación que se prevé que continúe durante los próximos meses.
El presidente del Colegio de Veterinarios de Badajoz, José Marín Sánchez, ha afirmado a la agencia Efe que este año confluyen tanto la ausencia de bolsas de aguas, espacios donde el insecto deposita sus huevos, como la falta de temperaturas estivales agradables que permitan a la especie adulta vivir más días.
Las altas temperaturas además no provocan más picaduras ni condicionan sus efectos, ha dicho, los cuales dependen en este caso de las características del vector y de la sensibilidad de la persona que las reciba.
De la misma forma, se prevé que el mosquito, pero también otros vectores como la garrapata, den también un respiro en los próximos meses pues “hay dos cuestiones que provocan una disminución de estas especies de cara a las siguientes estaciones, las temperaturas por debajo de cero grados, al acabar con las larvas, y las superiores a los 40 que provocan que vivan menos”.
“A las garrapatas les influye por ejemplo mucho la deshidratación”, ha afirmado el presidente del colegio provincial.
Asimismo, si continúa la sequía el mosquito no encontrará las masas de agua necesarias para poner sus huevos de cara al próximo año.
En este sentido, el presidente de la asociación Salvemos el Guadiana, Juan Fernando Delgado, ha afirmado por su parte que “es evidente la disminución de bolsas de agua en torno a los ríos, provocadas por el calor y la sequía, a lo que se suma la menor superficie destinada este año al arroz, al maíz o al tomate, entornos también propicios para este insecto”.
En este sentido, Delgado ha dicho que tanto en entornos urbanos como en rurales “es evidente que las picaduras son menos este verano.”.
La disminución de las cuencas de los ríos afecta también a otros muchos animales, ha recordado, como en el caso de los peces, y además ayuda a la proliferación de especies invasoras como el nenúfar mexicano que “invade” el Guadiana a su paso por Badajoz.
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