APAG prevé la “peor cosecha de la historia de aceituna” con una caída del 80%

APAG Extremadura Asaja prevé “la peor cosecha de la historia” de aceituna, tanto de almazara como de aderezo, con una bajada de la producción que podría superar el 80 por ciento respecto a la campaña anterior.

En una nota de prensa publicada este martes, la organización agraria ha estimado que la producción de aceituna para almazara podría rondar las 23.000 toneladas de aceite, frente a las 103.600 del pasado año, mientras que la producción de la aceituna de aderezo se aproximaría a las 27.000 toneladas, en comparación a las 183.000 de 2021.

El presidente de la organización, Juan Metidieri, ha lamentado que se ha pasado de “producción histórica en positivo” el año pasado, a la campaña de 2022 que “también es histórica, pero en negativo”, lo que, a su juicio, podría generar dificultades para abastecer el mercado del aceite de oliva.

El olivar más perjudicado va a ser el tradicional, mientras que el cultivo de superintensivo es el que “salvará un poco los muebles”, ha explicado, aunque ha señalado que “si continuamos inmersos en olas de calor”, las pérdidas podrían ser mayores.

En la misma línea, se ha referido a la situación de otras producciones, como la uva, cuya pérdida en la producción sigue creciendo por las condiciones meteorológicas adversas y podría estar rondando ya el 40 por ciento.

El dirigente agrario ha destacado que estas reducciones en las cosechas, tanto de aceituna como de uva, podrán afectar al mercado laboral, ya que se puede producir “una reducción muy considerable” en las necesidades de mano de obra.

Por último, ante la previsión de un otoño e invierno “complicados”, Metidieri ha solicitado a las distintas administraciones que pongan en marcha mecanismos de ayuda a los agricultores y ganaderos que se han quedado fuera de las ayudas a la sequía.

En este sentido, ha reclamado ayudas directas y exenciones fiscales que se podrían canalizar a través de una mesa de trabajo en la que se den respuesta a los problemas que atraviesan las producciones de la uva, la aceituna o el cereal de inverno, “excluidas todas de las insuficientes ayudas, tanto nacionales como regionales que se han articulado como consecuencia de la Guerra de Ucrania y la sequía”