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17 de agosto: Memoria de la Galicia asesinada

Alexandre Bóveda, en una imagen de la Revista Murguía

David Lombao

“Quise hacer el bien, trabajé por Pontevedra, por Galicia y por la República y el confundido juicio de los hombres (que yo perdono y todos debéis perdonar) me condena”. A las cinco y cuarto de la madrugada del 17 de agosto de 1936 Alexandre Bóveda se dirigía así a su hermano a través de una carta, la última de su vida. Pocas horas después el economista, intelectual y político galeguista sería asesinado por los franquistas, que cuatro días antes habían escenificado su disposición a fusilarlo en lo que presentaron como un juicio sumarísimo por traición. La fecha del asesinato de Bóveda es conmemorada cada año -aunque sin el apoyo del Gobierno gallego- como Día da Galiza Mártir y sirve no solo para recordar la figura del político galeguista, sino la de todas las personas que sufrieron la represión franquista en Galicia.

Se calcula que solo durante los años que formalmente duró la Guerra Civil española, de 1936 a 1939, los ejecutores del golpe de estado contra la II República española mataron en Galicia a casi 5.000 personas. Según la base de datos más completa al respecto, la del proyecto interuniversitario Nomes e Voces -cuyo cierre propició la Xunta en 2012 al retirarle el apoyo- en apenas cuatro años los franquistas y quien los apoyaban asesinaron a 4.699 personas en territorio gallego.

Las fuerzas que después sustentarían una dictadura de casi 40 años revistieron de legalidad y formalidad judicial apenas el 30% de los casos. Así, frente a los 1.458 hombres y 8 mujeres que perdieron la vida por imponérseles una pena de muerte se encuentran las 3.233 personas -3.161 hombres y 72 mujeres- documentadas como “muertes extrajudiciales”. Entre esta tipología mayoritaria se encuentran los denominados “paseos”, esto es, la persecución casa por casa tras el golpe franquista que terminaba, en la mayoría de las ocasiones, con el asesinato en la tapia de un cementerio o en un monte más o menos lejano, aunque con la suficiente publicidad como para infundir terror en la población. En Nomes e Voces llegaron a documentar más de 1.800 paseos.

La mayor parte de las personas asesinadas por los franquistas eran personas más o menos anónimas, si bien la represión fue ejecutada con voluntad ejemplarizante sobre quienes habían destacado por su actividad política y social en el ámbito del galeguismo o de la izquierda durante los años de la República. Así, por ejemplo, dos días después del asesinato de Bóveda en A Caeira, en Poio, los sublevados hacían lo mismo en Cacheiras con el también galeguista Ánxel Casal, alcalde de Santiago y vicepresidente de la Diputación de A Coruña.

Políticos, activistas sociales, artistas o periodistas fueron víctimas de fusilamientos y otros tipos de muerte violenta en unos años en los que la represión tuvo también otras formas, desde el encarcelamiento al exilio forzoso pasando por la pérdida del puesto de trabajo. Así, por ejemplo, se calcula que unas 3.000 de las 5.000 personas que llegaron la militar en el Partido Galeguista sufrieron el acoso policial al ser calificados como “subversivos”, según datos de la formación que actualmente ostenta las históricas siglas.

Primeros homenajes tras la reparación oficial a Bóveda

Los homenajes a Bóveda en el septuagésimo noveno aniversario de su asesinato son los primeros que se realizan tras la expedición de la declaración oficial de “reparación y reconocimiento personal” por parte del Gobierno de España, firmada el pasado 14 de julio por el ministro de Justicia, Rafael Catalá. En esta declaración, formulada al amparo de la Ley de Memoria Histórica, el Gobierno central reconoce que Alexandre Bóveda “sufrió persecución y violencia” por “razones políticas e ideológicas” y que su fusilamiento fue “injusto”, por lo que el histórico galeguista tiene derecho a la “reparación moral”. Esta es la misma reparación que ya recibieron póstumamente otras personas asesinadas por el franquismo, caso por ejemplo de Moncho Reboiras, militante de la Unión do Povo Galego asesinado por la Policía en 1975, a quien el reconocimiento le llegó en 2009.

Este es el marco en el que se conmemora un Día da Galiza Mártir que, a falta de un acto oficial del Gobierno gallego, tiene su centro institucional en el homenaje organizado por el Concello de Poio en A Caeira, ante el monumento que recuerda dónde fue asesinado Bóveda. En este acto, apoyado también por el Ayuntamiento de Pontevedra, se prevé que estén presentes líderes políticos como el portavoz nacional del BNG, Xavier Vence. Formaciones como Anova o Compromiso por Galicia han recordado también en los últimos días a importancia del Día da Galiza Mártir y del propio Bóveda, cuya figura fue reivindicada también en estos días por ayuntamientos como el de A Coruña, que participó en los actos de la Fundación Alexandre Bóveda, o el de Santiago, que recuerda en este 17 de agosto a Alexandre Bóveda y también a Ánxel Casal.

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