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Ocho meses después de su inauguración por Rajoy, las obras continúan en la principal autopista gallega

Feijóo, Pastor, Rajoy y De la Serna en la inauguración en diciembre de la ampliación de la AP-9 en el puente de Rande

David Reinero

El pasado 30 de diciembre, coincidiendo con sus días de descanso en Pontevedra por Navidad, el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, inauguraron la ampliación del puente de Rande, viaducto emblemático de la principal autopista gallega, la AP-9, que da acceso a Vigo. Ocho meses después la concesionaria, Audasa, continúa con trabajos en él con aficiones puntuales al tráfico que siguen incumpliendo las sucesivas promesas en sentido contrario del Ministerio de Fomento. Los atascos reiterados que durante la pasada primavera causaron esos trabajos no finalizados tras la inauguración provocaron que la Fiscalía abriese una investigación por el “deficiente funcionamiento” de la autopista.

La ampliación de carriles de la AP-9 en Vigo a su paso por el puente de Rande y en su tramo de circunvalación de Santiago fue inaugurada por duplicado por Rajoy y Feijóo los días 30 de diciembre en el primero caso y 3 de enero en el segundo. Ya entonces Fomento admitía que, a pesar de esa inauguración para las cámaras, en el tramo de ampliación del puente de Rande y acceso a Vigo quedaban aún obras pendientes de ejecutar por importe de unos 11 millones de euros, entre ellas el traslado de un colegio en el que no se había previsto el riesgo que supone para el alumnado la cercanía del nuevo carril de circulación.

Según admitía el propio ministerio, la inauguración se aceleraba, entre otros motivos, por el interés de la concesionaria en poder subir lo antes posible el peaje y recuperar así la inversión que había realizado en las obras, algo que finalmente aún no ha ocurrido. El argumento que ofrecía Fomento era el de que la ampliación del puente de Rande propiamente dicha, los dos carriles exteriores que se le añadieron, estaban ya finalizados, a pesar de que quedasen pendientes obras de renovación en el viejo tablero central del viaducto.

En sucesivas ocasiones Fomento ha venido reiterando que los trabajos pendientes tendrían menos afección al tráfico de la que acabaron teniendo. A los diez días de la inauguración de Vigo el ministerio cerraba al tráfico el nuevo carril más próximo al colegio que ponía en peligro. Previamente, el entonces ministro, Íñigo de la Serna, había avanzado que las obras pendientes en el tablero central del puente de Rande se realizarían sólo en horario nocturno para minimizar su efecto sobre el tráfico, pero finalmente, dos meses después de la inauguración, se cortaron varios carriles de manera ininterrumpida durante varios días, también en horario diurno. Y, por las noches, llegó a haber un solo carril de circulación disponible por sentido de los tres ahora existentes, cerrándose los nuevos añadidos en el exterior del puente e invalidando así el argumento de Fomento de que la ampliación propiamente dicha estaba finalizada a pesar de que no lo estuviese la renovación del tablero central.

Fomento también dijo que los cortes de carriles finalizarían antes de la llegada del verano, período de mayor tráfico, pero en las últimas semanas se han vuelto a repetir los cierres en horario nocturno. Y a finales de la pasada semana la última novedad de las obras aún no finalizadas en Rande y con efecto sobre el tráfico fue la instalación, sobre varias juntas del tablero del viaducto, de unas franjas de caucho o plástico cuya semejanza con badenes reductores de velocidad provocaron frenazos bruscos de numerosos vehículos en un tramo en el que la limitación de velocidad habitual es de 80 kilómetros por hora. Esos supuestos badenes fueron retirados el sábado sin que ni la concesionaria Audasa, que hace años que se niega a facilitar cualquier tipo de información a los medios de comunicación, ni el Ministerio de Fomento hayan informado aún de cuándo estará finalizada por completo una obra supuestamente inaugurada hace ya ocho meses.

Novedades empresariales

A la espera de que finalicen los trabajos y la concesionaria sea autorizada por Fomento a subir nuevamente los peajes, las restricciones al tráfico no están suponiendo grandes perjuicios a la empresa, que sigue mejorando semestre tras semestre sus resultados. Sólo en el primer semestre de este año, según hizo público hace dos semanas, los ingresos de Audasa por peajes ascendieron a 66 millones de euros y los beneficios antes de impuestos a 21,3 millones.

Este verano, además, la concesionaria ha perdido su último vínculo con el capital gallego. Abanca, heredero de las antiguas cajas gallegas, se deshizo de su participación del 23,8% en Itínere Infraestructuras, socio mayoritario de la concesionaria Audasa, que ahora pasa a estar controlado en un 55,6% por Globalvía, una transnacional formada por tres fondos de pensiones internacionales.

El cambio en la propiedad de la AP-9 se produce mientras sigue sobre la mesa la petición de que las competencias sobre la autopista sean transferidas por el Gobierno central a la Xunta. Esta reclamación está actualmente viva en, por lo menos, tres frentes diferentes. En el Congreso de los Diputados están en marcha dos proposiciones de ley de En Marea después de que el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez decidiese levantar el veto con el que Rajoy las había bloqueado. En el Parlamento gallego los grupos acordaron por tercera vez una proposición de ley -redactada inicialmente por el BNG- para formular la misma reclamación ante el Congreso. Además, la transferencia está en la agenda de negociaciones políticas de la Xunta con el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez, que dice tener la “puerta abierta” a aprobarlo.

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