La Xunta deja sin gastar la tercera parte de los presupuestos dedicados a promoción de empleo durante el año de la pandemia
La epidemia de coronavirus y las medidas adoptadas por los gobiernos para combatirla produjeron consecuencias económicas todavía por delimitar. Pero en el empleo las heridas son profundas. En 2020, el paro registrado en Galicia aumentó un 14,69%: 24.279 personas más que al final de 2019, hasta un total de 189.587. Pese a este golpe, la Xunta no empleó toda su capacidad financiera en intentar amortiguarlo. Según el estado de ejecución de sus presupuestos correspondiente al año de la pandemia, dejó sin gastar la tercera parte de los fondos destinados a promoción del empleo e instituciones del mercado de trabajo.
Fueron en concreto 135 millones de euros de un total de casi 407 los no ejecutados, el 33,18%, según los datos remitidos por la Consellería de Facenda al Parlamento gallego. El capítulo, numerado con el 32, incluye nueve apartados. La caída del gasto no fue idéntica en todos. Así, en el de fomento de la empleabilidad, el 50,31% de la partida quedó en el cajón, casi 46 millones de euros. Para la formación profesional de desempleados, fue el 50,17%, unos 54 millones. Y en mejora de la cualificación del empleo, un 97,41%, unos 9.800.000 millones de los diez presupuestados, no alcanzó su destino. En otros epígrafes del capítulo, el dinero no invertido fue menor. Es el caso del fomento del empleo y el empleo autónomo (un 12,89% sin gastar), la mejora de la organización y administración de las relaciones laborales y la economía social (un 21,44% sin gastar) o la promoción de la economía social (un 8,7% sin gastar).
Estos 135 millones de euros que la Xunta dejó en las arcas en 2020 contrastan con las declaraciones de sus altos cargos hace ahora un año. Entonces, Alberto Núñez Feijóo, vestido con su traje de oposición al Gobierno de Pedro Sánchez en medio de lo más crudo de la primera ola de coronavirus, alertaba de que el ejecutivo central detraía 100 millones de euros en principio destinados a la comunidad para promoción de empleo.
“Con su decisión el Ejecutivo estatal rompe las oportunidades para que Galicia y su tejido productivo puedan salir de la situación actual en las mejores condiciones posibles”, decía un comunicado oficial colgado en la web de la Xunta, “ya que la mejor política social que se puede desarrollar es una política de empleo para la que esos 100 millones de euros son fundamentales de cara a impulsar la formación de los gallegos y las gallegas, generando oportunidades a empresas y trabajadores”. El propio Feijóo llegó a pedir solemne que se “dejase sin efecto la decisión de retirar 100 millones” para tal efecto. La patronal se sumó entonces a la protesta prácticamente en los mismos términos: esa partida “resulta imprescindible para la reactivación de la economía y para fomentar la empleabilidad de las personas trabajadoras máxime en un momento de depresión económica y social como al que ya estamos asistiendo”.
Pero el año anterior, 2019, tampoco había sido mucho mejor en lo que se refiere a ejecución presupuestaria. 135 millones de políticas de empleo se quedaron en las arcas, el 39% de los proyectado. En 2018, 133 millones, el 41%. Y en 2017, otros 133 millones, el 44% de lo previsto en las cuentas del Gobierno gallego. Hace años que la oposición parlamentaria critica esta práctica, que se repite ejercicio tras ejercicio, más allá de los titulares que emite Núñez Feijóo. Todavía el pasado octubre la diputada socialista Begoña Rodríguez Rumbo lamentaba que la Xunta “pintase números sobre el papel” pero “después no los ejecuta”.
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