Dilma Rousseff toma delantera en la recta final de la campaña de Brasil
El futbolista Neymar, el hasta ahora único consenso nacional del Brasil, lanzó el jueves un vídeo declarando su voto: “Yo voy a apoyar al candidato Aécio Neves, porque me identifico mucho con la propuesta que tiene para Brasil”. En pocas horas, el vídeo lanzado desde su canal oficial de You Tube, recibió 200.000 visitas. En dos días, más de 400.000.
Sin embargo, desde el día 20 otra foto viral en las redes manda el recado contrario. Neymar sin camiseta sujeta un cartel: “Atención amigos, en 2014 estamos con Dilma, nuestra mejor opción”. La fotografía circula vinculada a un hashtag usado por los militantes del Partido de los Trabajadores (PT), #querodilmatreze. El vídeo oficial de Neymar no deja lugar a dudas. ¿Habrá gente que crea que el vídeo del Neymar real es falso? “Puede que sea un fake sobre otro fake. ¡Una locura! ¿Por qué los partidos están con esta saña para captar a celebridades para conseguir votos? Se agotaron en sus metanarrativas”, asegura Paulo Ganns en Facebook al comentar la foto trucada de Neymar.
Más montajes que es la guerra. Desinforma y vencerás. La campaña electoral brasileña llegó a la recta final en un tenso clima. Ataques. Insultos. Y manipulaciones de fotos, frases, vídeos, que surgen de todos los rincones de la red. Ni rastro de los programas electorales. Ambos candidatos han preferido esconderlos. Apenas han usado el 12% del horario electoral gratuito para presentar propuestas. Aécio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB) se ha limitado a espantar fantasmas: anunció que va a mantener los programas sociales del lulismo. Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores, PT) ha insistido en profundizar en los cambios, sin dar muchos detalles.
La fuerte polarización entre Dilma y Aécio, entre petistas y tucanos, ha superado todas las previsiones. Y parece que la estrategia antagonista del PT contra la derecha ha funcionado. Dilma arrancó la segunda vuelta por detrás de la intención de votos de Aécio Neves. Sin embargo, las últimas encuestas colocan a la presidenta ligeramente por delante. La última encuesta de IBOPE otorga a Dilma un 53% de los votos válidos, frente a un 47% de Aécio Neves. ¿Cómo ha conseguido Dilma dar la vuelta a la tortilla?
Neves se pasa de agresivo
La capa visible de la estrategia de marketing de Aécio Neves ha sido la previsible: encarnar el cambio, el futuro, la esperanza ante el estancamiento económico y la corrupción. Sin embargo, su agresividad frente a Dilma en los debates televisivos ha jugado en su contra. Al inicio del segundo turno, el número de electores que nunca votaría a Aecio era de un 34%, frente a un 43% de Dilma. Ahora, el rechazo a Aécio se ha disparado a un 41%, frente a un 39% de Dilma. “Llamó a su adversaria ”mentirosa“ y ”leviana“ (algo así como superficial y malintencionada). Fue agresivo e irrespetuoso como no se había visto hasta ahora”, aseguró la periodista Laura Capiglione.
La capa visible de la estrategia de marketing de Dilma también ha sido la previsible: no arriesgar, no hacer demasiadas propuestas, esperar los errores del enemigo, invocar el miedo a la derecha. Y cuando el enemigo cometió un error –una excesiva agresividad contra Dilma– el PT contraatacó con el hashtag #MenosOdioMaisDilma. Ataque a Aécio de forma coral: la propia Dilma, grupos feministas, todos contra el presunto machismo del candidato tucano. Rescataron la agresión de Aécio Neves en 2009 a su novia en una fiesta en Rio de Janeiro, denunciada por el periodista Juca Kfouri, nunca confirmada pero tampoco desmentida por Aécio. La estrategia funcionó: Dilma ha crecido en el electorado femenino.
Para satisfacer el deseo de cambio del pueblo brasileño (un 73% lo quiere) los carteles oficiales con la foto de Dilma llevan una idea casi tautológica: “Nuevo Gobierno, nuevas ideas”. Nuevos perfiles de propaganda petista llevan el nombre Muda Mais. Y usan colores naranjas o ligeramente fucsias, para huir del rojo clásico de la izquierda. Otros imitan a la sensación granate del Podemos español (muy comentado en el ecosistema de las izquierdas brasileñas), con un perfil Podemos Mais con un puño imitando al de Occupy Wall Street. En un país donde la memoria colectiva es un fantasma de hiperinflación y caos económico, cualquier tiempo pasado fue peor.
Por eso Aécio apostaba por resucitar el consenso narrativo de Brasil como país del futuro, nacido en un libro de Stefan Zweig en 1941, bastante en entredicho desde las jornadas de junio de 2013. Y por eso el PT ha insistido en alejar a Aécio del futuro y lo ha asociado al pasado más oscuro de la presidencia de Fernando Henrique Cardoso. “El marketing de Dilma está convenciendo a una parcela expresiva de que ella representa más cambios que el candidato Aécio”, aseguró a la revista Exame el sociólogo Antonio Lavareda, presidente del consejo del Instituto de Pesquisas Sociais, Políticas e Econômicas.
Dilma ha conservado su imbatible tirón electoral en el nordeste (tiene 42 puntos de distancia con respecto a Aécio). También ha arañado votos en las clases medias. Y al mismo tiempo ha abierto una ventaja de 18 puntos sobre Áecio en Rio de Janeiro, donde Marina tuvo más votos que Dilma en el primer turno. Sin embargo, el apoyo a Aécio del exfutbolista Romario (que obtuvo la friolera de 4,6 millones de votos como senador) y el caos de las alianzas del PT para el segundo turno para el Estado de Río pueden reducir las distancias.
Propaganda y desinformación
La desinformación construida con perfiles falsos y montajes ha sido una de las grandes municiones. EL PSDB ha usado sus armas y aliados clásicos. La principal prueba: la última portada de la ultraconservadora revista VEJA, basada en la declaración de una persona que afirma que Lula y Dilma estaban al tanto de la corrupción en la empresa pública Petrobrás. Aunque el PT ha denunciado en la justicia a VEJA y critique a los “medios golpistas”, la bomba informativa flota en los últimos días de la campaña.
¿Ha existido algún tipo de estrategia de diseminación de informaciones falsas? ¿Se ha usado dinero oficial de las campañas para ello? Difícil saberlo, aunque hay demasiados indicios sobre esta campaña sucia. Uno de los administradores de la página de Facebook SPnaRua, nacida durante las jornadas de junio de 2013, denuncia que un desconocido intentó comprar el perfil con un mensaje que comenzó así: “Me gustaría comprar esta comunidad. Mi intención es política y quiero pagar por eso. Ofrezco un máximo de RS 85.000.000 en metálico (unos 27.000 euros)”. Cuando el administrador del perfil le preguntó para qué partido era, no hubo respuesta. Apenas un “lo siento, ya he llegado a un acuerdo con otra página”.
En la Zona Oeste de São Paulo –con mayoría de voto conservador– muchos teléfonos fijos han recibido una misteriosa llamada con una voz grabada que asocia la sequía a la gestión del PSDB. El bombardeo del equipo de Aécio se ha centrado en teléfonos móviles. Larissa Pavan (nombre ficticio), una periodista de São Paulo, asegura que recibió varios SMS pidiendo la “alternancia del poder” y el voto para Aécio. Aécio denunció en el debate electoral de la Rede Globo, que los beneficiarios del Minha Casa, Minha Vida recibían mensajes de que si el PSDB llega al poder acabaría dicho programa.
Apropiarse de la calle
La apropiación de las reclamaciones activistas de la calle, en su mayoría vinculadas a las revueltas de junio de 2013, ha sido descarada. Aécio ha incorporado a su campaña algunos de los gritos, como #MudaBrasil o incluso el popular #VemPraRua (ven a la calle). Existe incluso la página vempraruadia25.com.br, que incita a tomar las calles durante la jornada de reflexión usando el grito “Vem para Rua” y pidiendo el apoyo a Aécio.
Dilma Rousseff, que ha mostrado una extrema dificultad para escuchar la voz suprapartidaria de las calles desde junio de 2013, juega en todos los niveles a apropiarse de las protestas. En su carta a los pueblos indígenas, todos muy críticos con la gestión del PT, Dilma comienza hablando de la voz de las calles: “El año pasado vivimos días intensos; hablo de las Jornadas de Junio. En aquel mismo periodo recibimos a los movimientos sociales, grupos de la juventud y, también, a los líderes indígenas de todo Brasil”.
Calles, protestas, indignaciones. Un punto vital en unas elecciones en las que el PT pierde apoyos por la izquierda y en las que el voto nulo, el voto blanco o la abstención han tomado, según el sociólogo Giuseppe Cocco, “un nuevo significado político”. Una parte del electorado crítico ha comprado el miedo a la derecha: defenderá a Dilma. Pero muchos siguen aferrados al no voto. Y anuncian que pase lo que pase, volverán a las calles. El montaje gráfico Seja marginal, vote nulo (una remezcla del clásico Sea héroe, sea marginal del Hélio Oticica) da algunas pistas. Pero aunque personalidades influyentes como el antropólogo Eduardo Viveiros de Castro o el humorista Rafucko llegaron a planear el Manifiesto del Voto Nulo, no se ha consolidado como expresión del malestar.
Y por eso el PT, en lugar de apropriarse con el viejo marketing de las jornadas de junio, lo ha intentado de forma más sutil. Se ha disfrazado de calle, de nueva política, del espacio público ocupado sin banderas de partidos. Han creado eventos lúdicos, sin sabor de vieja militanca. Lula aparece en la propaganda asociado a la palabra “rolezinho”, como eran conocidas las ocupaciones de centros comerciales que agitaron las grandes ciudades de Brasil en enero.
Los militantes petistas proyectan fotos de Aécio en las paredes de los edificios, de la misma forma que lo hace el Coletivo Projetação desde las jornadas de junio. Y crean una retahíla de eventos donde ni los logos del partido ni el rojo son visibles a primera vista. El Bloco de la Diversidad celebrado ayer en Porto Alegre es un ejemplo. Aunque quizá el caso más sonado de dicha apropiación narrativa haya sido el Churrasco de la Gente Desinformada, celebrado el día 15.
El evento replicaba el mítico Churrasco da gente diferenciada del 14 de mayo de 2011, una de las primeras manifestaciones organizadas en las redes digitales que ocuparon las calles contra la élite económica. Y por eso, el Churrasco da gente desinformada despertó la indignación de movimientos y redes apartidistas. “Estamos hartos de estas apropiaciones que roban el lenguaje de la calle y crean eventos supuestamente apartidistas”, aseguraba el lunes una activista de São Paulo, en una asamblea en la plaza Roosevelt.
Marketing para la vieja política
La vieja política se disfrazó de nueva. La realidad pareció fake. Lo falso marcó el ritmo. “Dilma es fake, sólo responde a la lógica de la hinchada, del fanatismo partidista. Aécio es totalmente fake, se colocó por encima de la política en nombre del civismo patriótico”, asegura el filósofo Bruno Cava. El PT compró hace meses el espontáneo perfil humorístico Dilma Bolada (@dilmabr), piedra angular de su campaña, principalmente en Twitter: “Aécio piensa que está compitiendo al cargo de Emperador y no Presidente #SomosTodosDILMA
Y los laboratorios del marketing tucano se inventaron el perfil @AecioMonstrao, que con irreverencia artificial ataca a Dilma: “Dilma tartamudea más que vosotros mintiendo para mamá a la hora de salir de casa #DebateNaGlobo”.
La ficción electoral está a punto de acabar. La realidad comienza a partir de las 20.00 horas del domingo, cuando comenzarán a divulgarse los resultados.