Los chalecos amarillos salen a la calle a desafiar a Macron y sus anuncios
- En esta ocasión los altercados han sido menores. En la anterior marcha, la semana pasada, hubo más de 180 detenidos
Los chalecos amarillos han salido a la calle, por vigésimo cuarto sábado consecutivo, para manifestar su rechazo a la política del presidente francés, Emmanuel Macron y muy en particular a sus anuncios del pasado jueves, según EFE. Se trata de un segundo paquete de medidas para apagar esta crisis y entre ellas está la rebaja del impuesto sobre la renta a las clases medias y el progresivo restablecimiento de la indexación de las pensiones a la inflación.
En París la manifestación más nutrida en la que han participado los chalecos amarillos, había sido convocada por el sindicato Confederación General del Trabajo (CGT), con el apoyo de los partidos más escorados a la izquierda, como Francia Insumisa (LFI) y el Partido Comunista Francés (PCF).
Varios miles de personas, una parte de ellas con chalecos rojos de la CGT, han desfilado de manera pacífica en la marcha entre la estación de Montparnasse y la plaza de Italia. Las autoridades habían prohibido en la capital las concentraciones en la avenida de los Campos Elíseos y en el entorno de la catedral de Notre Dame.
Ha destacado la presencia de diferentes miembros de LFI, como su líder, Jean-Luc Mélenchon, pero también algunas figuras de los chalecos amarillos como Priscillia Ludosky. Otro grupo de chalecos amarillos ha decidido recorrer sedes de algunos de los grandes medios audiovisuales, con el objetivo de quejarse de “un tratamiento parcial” de su movimiento.
Además de en París, en Estrasburgo ha habido otra convocatoria para una manifestación “nacional e internacional”. La marcha arrancó en la plaza de l'Étoile de la capital alsaciana poco antes de las dos de la tarde y no se había declarado oficialmente.
Dos horas después, se produjeron enfrentamientos con las fuerzas del orden cuando los participantes intentaron entrar en el barrio de las instituciones europeas, en las que se habían prohibido de forma preventiva las concentraciones, como en la explanada de la estación y en el centro histórico.