Merkel pide más restricciones: “No puede ser que ahora tengamos muchos contactos y sean las últimas navidades con los abuelos”
La canciller alemana, Angela Merkel, ha dicho este miércoles en el Bundestag (parlamento federal) que hay que tomarse “en serio” las recomendaciones que ha difundido este martes la Leopoldina, la Academia de Ciencias de Alemania, que aboga por un confinamiento “duro”, cerrando incluso los colegios, para reducir “al mínimo absoluto” los contactos.
“Son recomendaciones acertadas el cierre de comercios [después de Navidad], mantener el número de las reuniones al mínimo posible (…), cerrar los colegios -ya sea prolongando las vacaciones hasta el 10 de enero o con clases digitales-,... necesitamos reducir los contactos”, ha explicado, en línea con el que es uno de los principales mensajes del Gobierno federal, que insiste en que la medida más importante en estos momentos es evitar todos los contactos innecesarios.
“No puede ser que ahora antes de navidades tengamos muchos contactos y a continuación sean las últimas navidades con los abuelos porque hemos desperdiciado la oportunidad de hacer algo”, ha argumentado.
Ha agregado que le “duele de verdad en el corazón” ir contra los puestos de comida navideños, pero considera que estas tradiciones de las fiestas “no son aceptables si el precio a pagar es que la cifra diaria de muertos alcance las 590 personas”, como ha sucedido en las últimas 24 horas en Alemania, una cifra récord.
“El numero de contactos es demasiado alto, la reducción de contactos no es suficiente”, ha argumentado Merkel en referencia a las restricciones aprobadas para noviembre, que luego se han endurecido y prolongado hasta principios de enero.
Desde el 1 de diciembre, se ha limitado aún más el número de personas que pueden reunirse (a un máximo de cinco de no más de dos hogares), pero la regla se suavizará para el periodo festivo: desde el 23 al 1 de enero podrán reunirse un máximo de 10 personas, sin contar a los niños, como ha acordado el Gobierno federal con los estados.
En un discurso inusualmente emocional, la canciller ha instado a aplicar nuevas restricciones en los próximos días para reducir el número de nuevos contagios y, consecuentemente, el de hospitalizados y muertos con COVID-19.
Con un tono de enfado, ha dicho que el número actual de muertes es “inaceptable”. “Como las cifras son las que son, tenemos que hacer algo”, ha afirmado Merkel, que ha reconocido que las restricciones son competencia de los estados federados, pero ha destacado que ella y el Gobierno central tienen una “responsabilidad especial” a este respecto.
Merkel lleva semanas abogando por un endurecimiento de las restricciones, a lo que se resisten algunos estados federados. Las diferencias entre los “Länder” hacen además difícil la toma de decisiones consensuadas.
El Gobierno central y los Ejecutivos de los 16 estados federados acordaron en noviembre un paquete de restricciones, entre ellas cerrar los bares y restaurantes, así como el ocio y cultura, pero mantener abierto el comercio y los colegios. Las medidas se han prolongado hasta principios de enero.
Las vacunas no supondrán un “cambio significativo” en el primer trimestre
Sobre las vacunas que se puedan poner en los tres primeros meses de 2021, la canciller ha dicho que no serán suficientes para suponer un “cambio significativo” a nivel epidémico en el país.
No obstante, Merkel ha subrayado que si se puede empezar a vacunar a los grupos vulnerables y al personal sanitario a partir de primeros de año “se habrá ganado mucho”.
La canciller ha hablado luego de una mezcla de sentimientos, por todo lo logrado en apenas diez meses de pandemia –por ejemplo en el ámbito científico–, pero advirtiendo de las grandes dificultades que quedan aún por delante.
Ha asegurado que se puede ver la “luz al final del túnel” con varias vacunas contra la COVID-19 ya a punto de ser autorizadas en la Unión Europea (UE), pero ha recordado también que Alemania se encuentra actualmente en la “fase decisiva” de la pandemia, en una segunda ola “mucho más exigente que la primera”, y que la experiencia histórica advierte de que las segundas pueden ser “muy dolorosas”.
7