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Once muertos y más de cien heridos después de dos días de ofensiva israelí en Yenín

Algunas de las víctimas de la gran operación de Israel contra Yenín, en la morgue del hospital de esta localidad en el norte de Cisjordania.

Francesca Cicardi

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El Ejército israelí prosiguió este martes con su gran operación contra el campamento de refugiados de Yenín que, después de casi 48 horas y con un saldo de once muertos y más de un centenar de heridos, es ya la mayor que ha lanzado en los territorios ocupados desde la Segunda Intifada (2000-2005).

El Ministerio de Salud palestino ha elevado a once la cifra de víctimas mortales a última hora del martes, después de que falleciera un joven de 22 años por las heridas graves que había sufrido en la cabeza. Además, más de cien personas están heridas, incluidas algunas en estado grave.

Los enfrentamientos continuaron en el día de hoy, aunque con menos intensidad que ayer, lunes, cuando la irrupción de las tropas israelíes con blindados y excavadoras causó una gran destrucción en el campamento, tal y como se puede observar en las imágenes distribuidas por la agencia de noticias palestina WAFA.

En las últimas horas, las tropas israelíes se han topado con “poca resistencia” por parte de los grupos armados que operan en el campo de Yenín, bastión del movimiento miliciano de Cisjordania, muchos de los cuales huyeron ayer, indicó a la Agencia EFE un oficial militar israelí.

Durante la noche del lunes al martes, cientos de personas han abandonado sus viviendas en el campamento y, en imágenes de WAFA, se puede ver como familias enteras, con niños pequeños y ancianos, salen con los brazos levantados en señal de rendición.

Un dirigente local de Yenín, citado por el periódico israelí Haaretz, cifró en 3.000 los residentes que salieron del campamento y cerca de un millar fueron llevados a edificios gubernamentales de la Autoridad Nacional Palestina. No está claro si han sido obligados a dejar sus hogares o si han decidido hacerlo por miedo a que los combates se prolonguen, así como por la falta de luz, agua y alimentos.

Los intensos combates de ayer y la destrucción de infraestructura por las excavadoras del Ejército israelí han dejado a los residentes del campo sin suministro de agua y luz, y pocas provisiones.

La coordinadora humanitaria de la ONU en Palestina, Lynn Hasting, ha pedido a través de Twitter que se restablezca el suministro de agua y luz, y se preste asistencia a los necesitados: “La mayor parte de los residentes sin electricidad ni agua potable, debe ser restablecido. El foco inmediato (debe estar) en curar a los heridos y en la asistencia humanitaria de emergencia”.

Por su parte, Médicos Sin Fronteras, que ha atendido a decenas de heridos desde ayer, ha denunciado en un comunicado que la actuación israelí “ha afectado a las estructuras sanitarias y ha obstaculizado la respuesta médica a la emergencia. Varios botes de gas cayeron en el patio del hospital Khalil Suleiman, donde el personal de MSF llevaba atendiendo a pacientes con heridas de bala desde las 2 de la madrugada del lunes”.

“Las incursiones en el campo de Yenín han empezado a seguir un patrón familiar: las ambulancias han sido embestidas por vehículos blindados y se ha negado sistemáticamente la entrada y salida del campo a pacientes y personal sanitario”, ha dicho Jovana Arsenijevic, coordinadora de operaciones de la ONG en Yenín.

La mayor operación en 20 años

Según las estimaciones del Ejército israelí, quedan dentro del campo unos 300 milicianos palestinos, frente a más de mil efectivos israelíes, por lo que el operativo podría culminar en las “próximas horas”, pero también se puede prolongar “días” en función de los desarrollos sobre el terreno.

Desde ayer, Israel ha detenido a unos 120 sospechosos palestinos en Yenín y la mayoría pertenecen a la Brigada del mismo nombre, que aglutina a las milicias de todas las facciones palestinas, responsable de más de 50 ataques contra objetivos israelíes en el último año, según las autoridades.

El jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi, que visitó el martes a las tropas en Yenín, ha afirmado que “están eliminando la fuente del terrorismo antes de que dé lugar a más ataques”, según han afirmado las Fuerzas Armadas en un tuit. Mientras, el portavoz del Ejército, Daniel Hagari, reveló que la decisión de lanzar esta operación militar a gran escala, bautizada “Casa y Jardín”, fue tomada “hace varios meses”.

La incursión es la de mayor envergadura en Cisjordania ocupada desde la Segunda Intifada (2000-2005), durante la cual Yenín fue escenario de duros enfrentamientos durante varios días en 2002, que dejaron decenas de muertos entre palestinos y soldados israelíes.

En el campamento de Yenín viven unas 20.000 personas reubicadas a las afueras de la ciudad homónima, después de la creación del Estado de Israel en 1948. Israel ha asegurado que se ha convertido en un “avispero” y en un “paraíso seguro” para los milicianos que actúan en otras zonas de Cisjordania y que se agrupan en esta localidad bajo el nombre de Brigada de Yenín.

En medio del aumento de la tensión en Cisjordania desde principios de año, nuevos grupos armados palestinos han emergido y sus ataques han dejado 25 muertos del lado israelí, la mayoría colonos y cinco de ellos menores. Al mismo tiempo, 155 palestinos han fallecido, la mayoría milicianos en enfrentamientos armados con tropas israelíes, pero también civiles, incluidos 27 menores.

Ataque en Tel Aviv

En el marco de esa escalada de la violencia y del círculo vicioso de la venganza entre palestinos e israelíes, esta martes se ha producido un ataque con atropello y arma blanca en Tel Aviv, en el que han resultado heridas al menos siete personas, según medios locales.

El periódico The Jerusalem Post, informa de que tres heridos están hospitalizados, dos de ellos en estado grave, después de que fueran embestidos por un vehículo en la calle Pinchas Rosen. A continuación, el conductor bajó del coche y asestó una puñalada a un transeúnte, antes de recibir un disparo de un ciudadano que estaba armado (algo bastante común en Israel).

El atacante ha fallecido y el periódico Haaretz lo ha identificado como Abed al Wahab, un palestino de Cisjordania que había entrado a Israel sin permiso, y no tenía antecedentes. Las fuerzas de seguridad han arrestado a varios sospechosos de haberlo apoyado, aunque perpetró el ataque solo.

El grupo islamista palestino Hamás, citado por los medios locales, ha afirmado que lo sucedido en Tel Aviv es “la primera respuesta a los crímenes de la ocupación (israelí) en Yenín”. Sin embargo, ni este grupo ni la Yihad Islámica han reivindicado el ataque calificado de terrorista por parte de las autoridades israelíes.

El primer ministro, Benjamín Netanyahu, afirmó que “hoy hubo un atroz ataque terrorista en Tel Aviv, que fue detenido gracias a la intervención de un civil armado. Sin esta intervención, este ataque terrorista podría haber cobrado muchas vidas”. “Quien piense que tal ataque nos disuadirá de continuar nuestra lucha contra el terrorismo está equivocado”, recalcó el mandatario, durante una visita al puesto de control militar de Salem, cerca del campo de refugiados de Yenín.

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