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El partido neonazi NPD seguirá siendo legal en Alemania

El presidente del partido de extrema derecha Partido Nacionaldemócrata, Frank Franz, pasa por el arco de seguridad a su llegada al Tribunal Constitucional Federal.

Carmela Negrete

Berlín —

Los estados federados alemanes habían solicitado a través de su Consejo Federal (Bundesrat) la prohibición del partido neonazi NPD. El Tribunal Constitucional ha emitido una sentencia esperada desde hace décadas, con un resultado inesperado: aunque reconocen en el texto que el partido persigue una subversión del orden constitucional, el hecho de que sea “débil” e “insignificante” –valora– hace que no suponga un peligro real para el país.

Los ministros de Interior pedían al Constitucional que prohibiese la formación ultra porque consideran que es anticonstitucional, peligrosa y por dedicarse a “propagar el miedo”. Habían presentado para ello unas 400 páginas con citas, videos y otras pruebas para mostrar que el partido es xenófobo, racista y antisemita.

El Tribunal reconoce en las 300 páginas de la sentencia que el partido se encuentra en la tradición del partido nacionalsocialista de Adolf Hitler y que busca la creación de una comunidad “étnicamente definida” que sustituya al estado democrático por un estado autoritario. “Actúa de forma planificada e intensa en ese sentido”, recoge el documento. Sin embargo, el punto determinante para el Tribunal es la capacidad práctica del partido, ante lo que declara que “en este momento faltan indicios de peso que hagan posible que las acciones del partido le lleven a tener éxito”.

La sentencia era esperada con gran expectación en el país, donde no se había ilegalizado ningún partido desde hace sesenta años, cuando se prohibió el Partido Comunista de Alemania (KPD) en la República Federal.

El presidente del Tribunal, Andreas Voßkuhle, ha declarado que “el resultado de la sentencia puede que irrite a algunos”, pero que la prohibición de un partido “no tiene nada que ver con las ideologías o las formas de ver el mundo”.

El vicepresidente de Comité Internacional de Auschwitz, Christoph Heubner, aseguró a la televisión pública alemana Eins que se trata de “un día tragico para la verdadera democracia”. Se trata, según sus palabras, de una “señal fatal para Europa, donde la extrema derecha y los populistas de derecha se están mezclando de nuevo y tratan de convertir el miedo y la inseguridad en odio y agresión”.

El miembro de la dirección del partido de La Izquierda (Die Linke), Bern Riexinger, ha expresado en Twitter que “a la vista del vuelco en el clima de la opinión pública hacia la derecha, el NPD ahora lo va a utilizar para inflamarlo aún más”. La vicepresidenta de la fracción socialdemócrata del SPD en el parlamento alemán, Eva Högl, también ha mostrado su disconformidad con la sentencia: “(la ilegalización) habría sido positiva para luchar contra la derecha, ya que habría afectado al partido como organización y terminado con su financiación a partir de dinero de los impuestos”.

El intento de prohibir el partido en 2003 ya fracasó de forma estrepitosa: en ese momento, durante la instrucción del caso los magistrados del Tribunal Constitucional se encontraron con que la formación se encontraba de tal forma infiltrada por los servicios secretos alemanes que no era posible dirimir qué acciones podían atribuirse a los miembros del partido y cuáles a los infiltrados. Incluso en la dirección del partido había varios agentes secretos.

El partido NPD se creó en 1964 y tiene unos 5.200 miembros, en especial en el este de Alemania y, en concreto, en Sajonia,  donde encuentra más apoyos. En 2013 obtuvo un 1,3% de los votos en las elecciones generales. Un resultado insignificante que sin embargo le reporta algunos ingresos. El Sajonia, el partido tiene al menos 80 concejales; en toda Alemania, unos 350. El partido cuenta asimismo con un europarlamentario. Un expresidente del NPD, Holger Äpfel, se mudó a Mallorca tras abandonar la vida política, donde abrió un restaurante.

Según numerosas informaciones publicadas en la prensa alemana, el partido se preparaba para una posible prohibición. Sus miembros pensaban pasarse al nuevo partido III Weg (Tercera Vía) o directamente a la Alternativa por Alemania, el nuevo partido populista de extrema derecha que más opciones tiene de llegar al parlamento alemán en las elecciones generales que tendrán lugar en septiembre.

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