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La policía belga no tiene pruebas contra el principal sospechoso del atentado de Bruselas

Fotografía facilitada por la policía belga sacada de una de las cámaras de seguridad del aeropuerto de Zaventem que muestra a uno de los sospechosos del atentado

Pablo García

Bruselas —

La investigación policial de los atentados de Bruselas vuelve a dar apariencia de caos. Fayçal Cheffou, detenido y acusado de ser el misterioso hombre del sombrero que acompañó a los dos terroristas que detonaron las bombas en el aeropuerto internacional de Zaventem, Najim Laachraoui e Ibrahim Bakraoui, ha sido liberado por falta de pruebas por orden del juez. La liberación ha sido anunciada pasadas las cuatro de la tarde del lunes.

“Los indicios que llevaron al arresto del llamado Fayçal C. no han sido corroborados por la evolución de la instrucción en curso. En consecuencia, el afectado ha sido puesto en libertad por el magistrado instructor”, reza un escueto comunicado del muy opaco Ministerio Fiscal federal, que ni en esta crisis ni en la que sucedió a los atentados de París el 13 de noviembre contesta a las preguntas de la prensa.

Según la mayoría de la prensa belga, Cheffou había sido identificado sin dudas por el taxista que trasladó a los terroristas al aeropuerto.

Ya hubo pistas durante la mañana de este lunes 28 de marzo de que Fayçal Cheffou podía no ser “el terrorista del sombrero”. La policía difundió a través de Le Soir y otros medios belgas un vídeo del sospechoso, ataviado con gorro y gafas de ver y con barba. La difusión del vídeo hizo pensar que Cheffou no era el hombre al que la policía persigue o que la policía no tenía pruebas de su implicación en la matanza.

Detenido el pasado jueves en Molenbeek, el sábado se filtró a los medios que Fayçal Cheffou, periodista freelance, era con probabilidad el enigmático terrorista. Durante dos días, solo se ha hablado de los turbios antecedentes de Cheffou, que incluye un hermano atracador abatido en 2002 por tiros de la policía al asaltar una vivienda en el distrito de Schaerbeek con un kalashnikov y un saco con granadas. También, siempre según las informaciones publicadas, Cheffou trató de reclutar a refugiados para el ISIS en el parque Maximiliano, el lugar donde acampó el pasado verano medio millar de refugiados junto a la Gare du Nord de Bruselas.

El teórico parecido con el retrato robot y la acusación del taxista que condujo a los tres terroristas a Zaventem condenaron al hasta ahora sospechoso antes de tiempo: un juez belga ha dicho que Cheffou no tiene nada que ver con los 35 muertos de hace seis días.

Cheffou fue detenido el jueves junto a Khalid A. y Mariam A. Ambos fueron puestos en libertad el viernes por idéntico motivo.

La liberación de Fayçal Cheffou hunde un poco más la criticada labor de las autoridades belgas. El presidente turco Erdogan acusó de “incompetente” el fin de semana al Gobierno belga después de anunciar que su país deportó a Holanda y Bélgica a uno de los suicidas, Ibrahim El Bakraoui. Por esta negligencia un sindicato policial llamó “cobarde” al ministro de Interior, Jan Jambon.

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