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The Guardian en español

Las sobredosis por opiáceos han aumentado un 30% en 14 meses en Estados Unidos

En 2016, las sobredosis de drogas ilegales y legales mataron a 64.000 personas en EEUU.

Jessica Glenza

Nueva York —

Las sobredosis por opiáceos han aumentado un 30% en todo Estados Unidos en sólo 14 meses entre 2016 y 2017, según un nuevo informe del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

El CDC califica los datos de “un toque de atención con respecto a la creciente epidemia de sobredosis de opiáceos”. Entre julio de 2016 y septiembre de 2017 se registraron 142.000 sobredosis en las urgencias de los hospitales de Estados Unidos.

Aunque no todas las sobredosis del informe fueron fatales, los datos dejan en evidencia la magnitud de la crisis. En 2016, las sobredosis de drogas ilegales y legales mataron a 64.000 personas en Estados Unidos.

“Nuestros datos hasta septiembre de 2017 demuestran que las sobredosis están aumentando en todo el país, en la mayoría de los estados, tanto en hombres como en mujeres y en todas las franjas de edad,” afirma Anne Schuchat, actual directora del CDC. “En este momento, Estados Unidos tiene su mayor tasa de muertes por sobredosis de su historia”. La infraestructura para combatir este problema es muy frágil“.

El estudio del CDC utiliza dos bases de datos. Por un lado, el Programa Estatal de Vigilancia de Sobredosis de Opiáceos (ESOOS, por sus siglas en inglés) ofrece una descripción general con de los datos de las urgencias de 16 estados.

Ocho de esos estados incluidos en el programa observaron un “significativo” aumento del 25% de las sobredosis. Dos estados informaron que las sobredosis se duplicaron: en Wisconsin el aumento fue del 109% y en Delaware del 105%. Otro Estado que observó un dramático aumento de las sobredosis fue Pensilvania, donde el incremento fue del 81%.

El informe también asegura que las sobredosis aumentaron en “todo tipo de ciudades y pueblos”. A menudo se asocia a las sobredosis con las zonas rurales, pero las ciudades con un millón de habitantes o más observaron un marcado aumento del 54%.

Si bien el CDC no tuvo en cuenta el origen de los opiáceos, Schuchat dijo que la heroína con fentanilo ilegal es “un problema muy grave en este momento”.

“El suministro de heroína y drogas ilegales es ahora más peligroso que nunca,” afirmó, añadiendo que las drogas son tan potentes que los médicos y la policía corren el riesgo de verse envenenados por su contacto.

Los funcionarios aseguraron que hay mucha variación según la jurisdicción. Algunos pocos estados, como por ejemplo Kentucky, observaron modestas reducciones de las sobredosis pero los investigadores son prudentes. Señalan que no están seguros de si estas reducciones serán persistentes o sólo anomalías.

Los recursos necesarios

El CDC también utilizó una segunda base de datos, el Programa Nacional de Vigilancia Sindrómica (NSSP, por sus siglas en inglés), que cubre el 60% de las urgencias de 45 estados, para analizar cambios regionales. Los investigadores dicen que las sobredosis registradas por el programa aumentaron en un 30% en todas las regiones y en la mayoría de los estados.

Para paliar la crisis, los funcionarios dicen que las comunidades necesitan más naloxona (que revierte la sobredosis), mejor acceso a servicios de salud mental y tratamientos médicos contra las adicciones, programas de reducción de daños para combatir enfermedades asociadas al uso de jeringuillas, como el VIH y la hepatitis C, y que los médicos utilicen los servicios de supervisión de recetas.

El estudio salió a la luz una semana después de que la Casa Blanca organizara una cumbre de una semana de duración sobre los opiáceos. La semana pasada, Donald Trump expresó su deseo de “denunciar” a los fabricantes de opiáceos y el fiscal general, Jeff Sessions, anunció que el Departamento de Justicia apoyará las demandas que se produzcan en cada Estado. “La adicción es una enfermedad crónica, no un fallo moral”, dijo Jerome Adams, cirujano general de Estados Unidos.

Sin embargo, ni el Congreso ni la Casa Blanca han destinado más fondos para ayudar a las personas afectadas por la crisis, algo que reclaman los funcionarios públicos de sanidad que han establecido como cifra inicial 4.800 millones de euros.

Algunos cambios en programas de sanidad, especialmente en el programa de seguro público de sanidad para los pobres, Medicaid, podrían ser contraproducentes para el tratamiento de personas adictas a los opiáceos.

El gobierno de Trump ha aprobado requisitos de empleo para la cobertura de Medicaid en Arkansas, Kentucky e Indiana. Medidas como ésa pueden dejar a miles de estadounidenses pobres o discapacitados sin cobertura sanitaria, por las trabas burocráticas.

Traducido por Lucía Balducci

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