Ucrania denuncia el bloqueo de miles de personas en Mariúpol mientras imágenes satelitales revelan una posible gran fosa común
Las autoridades locales de la ciudad sitiada de Mariúpol han denunciado la existencia de una gran fosa común en las afueras en la que, según dicen, han podido ser enterradas entre 3.000 y 9.000 cadáveres. Como prueba, han mostrado imágenes tomadas desde un satélite por la empresa tecnológica Maxar. La denuncia se produce mientras el presidente ruso, Vladímir Putin, se adjudica el “éxito”, según dijo, en la toma de la ciudad devastada tras más de mes y medio de asedio, en la que miles de personas siguen atrapadas y el último gran reducto de combatientes ucranianos permanece en la gigantesca planta de Azovstal.
Maxar Technologies ha publicado nuevas imágenes satelitales que, según indican, muestran más de 200 nuevas tumbas. En ellas se ven largas filas de montículos de tierra se extienden cerca de la carretera desde un cementerio existente en Mangush, a unos 20 kilómetros de Mariúpol. Según Maxar, la expansión comenzó entre el 23 y el 26 de marzo. El New York Times ha analizado las imágenes y señala que los hoyos se cavaron durante dos semanas entre marzo y abril, mientras las fuerzas rusas tenían el control de la localidad.
“Los ocupantes cavaron nuevas trincheras y las llenaron de cadáveres todos los días durante todo el mes de abril. Nuestras fuentes informan que en tales tumbas los cuerpos se colocan en varias capas”, ha dicho en Telegram el Ayuntamiento de Mariúpol ha mostrado las imágenes en su cuenta de Telegram, donde asegura que “el sector de la fosa común” en Mangush “es 20 veces más grande” que la de Bucha. “Los ocupantes pueden haber enterrado entre 3.000 y 9.000 residentes de Mariúpol en el pueblo de Mangush”.
Petro Andryushchenko, asistente del alcalde de Mariúpol que no habla en nombre del Ayuntamiento, ha dicho que si la longitud de la fosa común de Bucha es de 14 metros, “la fosa común para los residentes de Mariúpol en Mangush tiene 300 metros de largo. Pero tiene el doble de ancho que Bucha”. “Si no tenemos en cuenta la profundidad, la tumba de Mangush para la gente de Mariúpol está preparada para 3.000 personas, mínimo”.
Andryushchenko ha explicado que, supuestamente, los cuerpos de los muertos se llevaban en camiones y se arrojaban. “La mayoría de los cuerpos están enterrados, están en bolsas de plástico. El entierro es el siguiente: llegan camiones y personas con uniformes militares similares al de Rusia que simplemente vuelcan camiones para descargar las bolsas con los muertos en las zanjas”.
“Putin está destruyendo a los ucranianos. Ya ha matado a decenas de miles de civiles en Mariúpol. Y esto exige una fuerte reacción de todo el mundo civilizado. Algo tiene que detener el genocidio”, ha denunciado el alcalde, Vadym Boychenko.
El viernes por la tarde, el Ayuntamiento de Mariúpol ha compartido imágenes de satélite de otra posible fosa común en el pueblo de Vynohradne, donde se encontrarían al menos 1.000 residentes de la ciudad ucraniana, según denuncia.
A mediados de marzo, los servicios públicos habían enterrado a unas 5.000 personas en varias partes de Mariúpol y los suburbios, según el Ayuntamiento, que tiene la estimación conservadora de que el número total de muertos a manos del Ejército ruso en Mariúpol es unos 22.000. Las autoridades ucranianas llevan días acusando a Rusia de querer ocultar “las huellas de sus crímenes” en la ciudad portuaria, sitiada desde los primeros días de la guerra.
La vice primera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, ha anunciado que no habrá no habrá corredores humanitarios este viernes. En una entrevista con Sky News, ha declarado que, en total, 50.000 personas quieren salir y siguen atrapadas en Mariúpol, después de que apenas 79 personas pudieran salir en los últimos días en el primer convoy de autobuses organizado. “La misión no se ha cumplido. Abrimos un corredor para miles de personas. Y esperábamos al menos 5.000 personas. Pero solo tenemos 79 personas. Esto es lo que está haciendo Rusia”.
Rusia exige a los soldados de Azovstal que enseñen banderas blancas
Kiev ha reclamado que se abra un corredor humanitario para desalojar a unos 1.000 civiles y 500 soldados heridos que, según indican, se refugian en planta ucraniana de Azovstal, el último gran reducto de los combatientes de Mariúpol. Rusia asegura que está dispuesta a conceder una “pausa humanitaria” para la evacuación de militares que depongan las armas y, dicen, los civiles que se encuentren las instalaciones subterráneas de la planta. Los ultimátums de rendición han sido desoídos hasta ahora por Kiev.
El jefe del Centro de Control de Defensa Nacional, coronel general Mijaíl Mizíntsev, ha dicho que tal corredor comenzaría una vez que los efectivos ucranianos levanten banderas blancas por todo el perímetro de Azovstal. “En caso de divisar esas señales en cualquier lugar de la planta metalúrgica de Azovstal, las Fuerzas Armadas de Rusia y las formaciones de la república popular de Donetsk detendrán inmediatamente cualquier acción armada y proporcionarán una salida segura a los lugares de concentración de los convoyes humanitarios”.
Pero Kiev ha acusado a Moscú de abrir corredores “solo para la rendición” de militares. “Existen corredores para rendirse. Los rusos los han abierto, pero nuestras fuerzas no quieren rendirse”, dice Vereshchuk en un mensaje de Telegram. “Existe algo que se llama corredor humanitario para evacuar a los civiles de la zona de combate. Es lo que necesitamos para Azovstal a fin de evacuar a mujeres, niños y ancianos. Los rusos se niegan a abrir un corredor para los civiles, pretendiendo cínicamente que no entienden la diferencia entre un corredor para que los militares se rindan y un corredor humanitario para evacuar a los civiles”.
“Están bloqueando a sabiendas y cínicamente la liberación de los civiles de Azovstal, tratando así de ejercer más presión sobre nuestros militares”, ha dicho Vereshchuk, que ha anunciado este viernes que no habrá corredores humanitarios en el país.
Este jueves, Putin dio instrucciones de bloquear el último gran reducto ucraniano en lugar de enviar a sus tropas al laberinto de túneles y búnkeres de la planta de Azovstal, levantada durante la época soviética. El movimiento puede indicar que Rusia tiene la intención de mantener el sitio y esperar a que los soldados se rindan cuando se queden sin comida o municiones en la fábrica ucraniana que ha captado la atención mundial: la que es una de las mayores acerías de Europa ha sido escenario de feroces combates durante la invasión y abarca un área enorme, de más de 11 kilómetros de edificios, hornos, plantas subterráneas y vías férreas, un entorno descrito como una “fortaleza” que parece estar dificultando las operaciones rusas.
Ucrania ha desestimado las afirmaciones de Moscú sobre el “éxito” en Mariúpol y ha dicho que Rusia es “físicamente incapaz” de tomar la acería. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha dicho que es “cuestionable” que Putin controle la ciudad. “Aún no hay pruebas de que Mariúpol haya caído por completo”. El último informe de la inteligencia británica cree que la decisión de Putin pretende liberar fuerzas rusas para que sean desplegadas en otras partes del este, además de evitar “bajas rusas significativas”.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) piensa que las fuerzas rusas intentarán matar de hambre a los soldados ucranianos que quedan en la fábrica en lugar de despejarla mediante asaltos costosos. Sin embargo, considera poco probable que “la reducción del ritmo de operaciones” les permita desplegar un poder de combate significativo para apoyar otras operaciones ofensivas en los próximos días y semanas en el este. Cree que las fuerzas rusas involucradas en la batalla de Mariúpol están “gravemente dañadas”.
No está claro el número de combatientes ucranianos que alberga la planta metalúrgica. Según los militares rusos, más de 2.000 permanecen allí, una cifra que no puede ser verificada de manera independiente. Las fuerzas a cargo de la defensa de Mariúpol incluyen marines, brigadas y también al Batallón Azov, de corte ultranacionalista. El presidente ucraniano dijo que el número de fuerzas rusas es seis veces mayor. Los suministros con los que cuentan y cuánto tiempo podrán aguantar es una incógnita.
El destino de Mariúpol es importante para el desarrollo de la guerra. Localizada a orillas del mar de Azov, es un enclave estratégico entre la anexionada Crimea y los territorios separatistas prorrusos del Donbás, en el este industrial. Se considera que su captura permitiría a Rusia asegurarse un corredor terrestre entre ambas áreas, privaría a Ucrania de un importante puerto y liberaría tropas rusas para la ampliación de la ofensiva en el Donbás. En este sentido, se cree que, con la toma de Mariúpol, Putin se apuntaría una victoria estratégica tras el fracaso en la ofensiva sobre Kiev.
Se estima que unas 100.000 personas permanecen en la ciudad, de una población de 450.000 antes de la guerra, atrapadas sin comida, agua, calefacción o electricidad, condiciones que han sido descritas de manera reiterada como “apocalípticas” y un “infierno”. Decenas de miles de civiles han logrado escapar por sus propios medios y jugándose la vida, con Kiev acusando a Moscú repetidamente de impedir los intentos de poner en marcha una operación de evacuación y de deportar a civiles en contra de su voluntad.
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