Condenado a 11 años de cárcel el profesor riojano acusado de abusos sexuales

Condenado a 11 años de cárcel el profesor riojano acusado de abusos sexuales

Rioja2

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El profesor riojano acusado de abusar sexualmente de un menor en el colegio del Opus Dei Gaztelueta de Leioa (Vizcaya) ha sido condenado por la Audiencia de Bizkaia a once años de prisión por un delito continuado de abuso sexual así como a la prohibición de acercarse a la víctima durante 15 años, según la sentencia a la que ha tenido acceso Rioja2. El fiscal pedía para el profesor tres años de cárcel y la abogada de la acusación diez.

El padre de la víctima, Juan Cuatrecasas, se ha mostrado para Rioja2 “muy satisfecho” con el fallo, sobre todo por su hijo, “esto es una parte muy importante de su reconocimiento, algo por lo que hemos luchado desde el minuto uno” “Son muchos años y creo que hemos hecho un trabajo contundente y bien hecho”, ha explicado.

“Se ha hecho justicia”

La abogada que ha ejercido la acusación particular en el 'caso Gaztelueta“, Leticia de la Hoz, ha afirmado que la sentencia dictada contra el profesor que abusó de su cliente ”ha hecho justicia“ aunque ”no hay nada que compense, indemnice y repare el dolor que ha sufrido“ el joven alumno, víctima de los abusos del docente cuando era menor.

De la Hoz ha asegurado que se ha “emocionado” al conocer el fallo de la sentencia, de 70 folios, y ha destacado el hecho de que se haya admitido el argumento del abuso sexual continuado. “Ahora vamos a proceder a estudiar y analizar la sentencia, pero solo con conocer el fallo estamos muy satisfechos”, ha afirmado, para explicar que ya ha hablado con el padre “que no se lo creía y se ha emocionado”.

Según ha destacado, “son muchos años de lucha, tras la presentación de la querella en junio de 2015. La abogada ha dicho que el joven “lo ha pasado fatal” y ha señalado que “las víctimas que pasan por procesos de estos solo ellos saben lo que luchan”. “A nosotros, como querellantes, nos correspondía probar los hechos, y a la vista está que hemos sido capaces de conseguirlo y, después de todo el sufrimiento, ha merecido la pena porque se ha hecho justicia”, ha remarcado.

“Las víctimas de abusos sexuales hoy tienen que estar de enhorabuena, igual que lo está la familia a quien represento”, ha afirmado, para indicar que, “debido a la gravedad de la pena”, el paso siguiente va a ser solicitar el ingreso en prisión “inmediato”.

El profesor recurrirá

El exprofesor ha anunciado que recurrirá la sentencia “mientras pueda”. En una carta remitida a los medios, el condenado, que insiste en su inocencia, señala que está siendo, “sin lugar a dudas, el momento más duro” de su vida. “Comprendo que resulta difícil creerme después de una resolución judicial condenatoria, pero la pura verdad es que jamás he abusado sexualmente de nadie”, asevera.

Tras manifestar que ha callado durante todo este tiempo por consejo de su abogado, aunque confiaba en que el lugar adecuado para defender su “inocencia” eran los tribunales, dice haber sufrido lo “inimaginable por todas las falsedades publicadas en los medios”. “En el juicio escuché a muchas personas a las que no conocía dando por cierta mi culpabilidad, sin presentar ninguna prueba, más allá de la credibilidad que daban al testimonio del chico”, lamenta.

“Durante 10 años me dediqué en alma y cuerpo a la educación; era mi pasión ayudar a aquellos que, por la razón que fuese, no estaban aprovechando todas sus capacidades. Lo mismo me sucedió durante los años en que, sin ser profesor, dedicaba mi tiempo a los jóvenes en campamentos, excursiones y equipos de fútbol. En total 15 años trabajando con gente joven. Nunca una queja, nunca una insinuación. Jamás pensé que tan desinteresada dedicación se pudiera volver contra mí de una forma tan injusta y tan cruel”, lamenta.

El único consuelo que encuentro en este infierno que ha destrozado mi vida es saber que Dios es testigo de mi inocencia. No puedo pedir perdón por algo que no ha tenido lugar, pero sí soy capaz de perdonar a quienes con tanta saña y crueldad están destrozando mi vida y la de mi familia”, concluye.

El colegio acata la sentencia

La dirección del colegio Gaztelueta ha afirmado que acatan la sentencia y ha expresado su “compromiso frente a cualquier situación de abuso o acoso que pueda sufrir un menor” y su “más firme determinación en la lucha contra este gravísimo delito”.

En un comunicado, el centro privado concertado ubicado en Leioa (Bizkaia) ha afirmado que están “muy afectados” y han indicado que “varias instancias que habían intervenido hasta ahora habían desestimado las acusaciones”, a la vez que han añadido que “siempre” han defendido “la intervención de la justicia y, como no puede ser de otra forma, acatamos la sentencia dictada por el tribunal”.

Por último, ante la posibilidad de que la sentencia sea recurrida, el colegio ha asegurado que seguirá colaborando con todas las instancias judiciales hasta que haya una resolución definitiva.

El juicio

El exalumno de Gaztelueta detalló en el juicio que su profesor abusó de él, pero no lo contó por “vergüenza”. Entonces tenía doce y trece años y explicó que, después estos hechos, ha recibido tratamiento psicológico y ha llegado a estar “a punto de suicidarse”.

Por su parte, el acusado, un profesor del colegio que era preceptor del chico, aseguró que es “absolutamente falso” que abusara de su exalumno, y ha indicado que no consigue “encontrar explicación” a las acusaciones.

El condenado es J.M.M.S., un riojano de 43 años licenciado en Historia y numerario del Opus Dei, es decir, es un laico que vive el celibato como la forma de conseguir una mayor entrega a sus labores formativas. Antes de trabajar en el colegio Gaztelueta de Leioa, fue monitor de niños y jóvenes en la asociación Glera en Logroño.

“Nosotros hemos visto el infierno, pero mi hijo ha vivido en el infierno”, lamentaba Cuatrecasas, quien detallaba cómo se enteraron de los presuntos abusos. El niño tenía pesadillas y no quería ir al colegio. Finalmente les confesó que su preceptor, el profesor encargado de orientarle, le enseñaba fotografías de chicas desnudas en el ordenador, le pedía que se quitara la camisa e incluso le había tocado en las piernas, el pecho, el cuello, los brazos o las nalgas.

“Nosotros hemos visto el infierno, pero mi hijo ha vivido en el infierno”

Ahí comenzó la pesadilla para el menor y su familia, no sólo para asumir lo sucedido sino también para conseguir depurar responsabilidades. La situación se volvió insostenible y tuvieron que mudarse a Haro en 2013.

Este lunes, la asociación Infancia Robada ha convocado una concentración en Haro con motivo del Día contra el Abuso Sexual a Menores, para el reconocimiento de la justicia y la verdad. Será a las 19:30 horas en la Plaza de la Paz.

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