Cuatro fallecidos en el desmantelamiento de la plaza de la Perla
Convertir la plaza de la Perla, en Manama capital de Bahréin, en el relevo de la egipcia plaza de Tahrir no va a ser nada fácil. Las fuerzas de seguridad bahreiníes no van a permitir la creación de un núcleo donde se concentren los manifestantes que piden la apertura democrática de su país. Muestra de ello ha sido la operación de desmantelamiento que ha tenido lugar en dicha plaza, donde al menos cuatro personas han muerto, según los datos ofrecidos por una activista de Derechos Humanos.
Según ha explicado en su cuenta de Twitter Maryam Aljawaja, directora de Relacciones Exteriores del Centro para los Derechos Humanos de Bahréin, “Ali Ahmed al Moamen, de 22 años, acaba de morir”. La activista dice haber sido testigo presencial de la muerte.
Previamente, había indicado que el Centro de Derechos Humanos tenía confirmados tres muertos en la intervención policial, además de tres personas en estado crítico y 240 heridos.
El balance oficial ofrecido por el ministro de Sanidad, Faisal bin Yaqoob al Hamer, habla de tres manifestantes muertos y 231 heridos. La mayoría de ellos han abandonado el hospital, pero 36 siguen recibiendo tratamiento, uno de los cuales se encuentra en cuidados intensivos, precisó.
Según la cadena Al Jazeera, el balance de víctimas mortales sería mayor. De acuerdo con su corresponsal en Manama, en la morgue del hospital de Salmaniya habría otros tres cadáveres y hay informaciones sin confirmar de otra víctima más, una niña. Además, hay dos heridos en estado crítico y varios desaparecidos.
Ante esta situación, el ministro de Exteriores, jeque Jaled bin Ahmed al Jalifa, ha justificado la acción de la policía de Bahréin, señalando que era necesaria para sacar al país del “borde del abismo sectario” en el que se encontraba. “El país estaba al borde de un abismo sectario así que era un paso muy importante que eso ocurriera, la policía tomó todas las precauciones posibles”, ha asegurado el jeque Jaled en rueda de prensa en la que también estaba el ministro de Exteriores de Emiratos Arabes Unidos y el secretario general del Consejo de Cooperación del Golfo, que se ha reunido esta tarde en la isla de forma extraordinaria.
El portavoz del Ministerio, Taraq al Hassan, ha indicado que durante la operación los agentes se incautaron de cuatro armas de fuego, balas de calibre 9 milímetros, espadas, cuchillos y banderas del partido-milicia chií libanés Hezbollah en las tiendas de campaña que ocupaban los manifestantes.
“La concentración comenzó con demandas limitadas, sin embargo pronto se convirtieron en reclamaciones ilegítimas”, ha denunciado, citado por la agencia oficial BNA. Los manifestantes reclaman principalmente la dimisión del primer ministro del país.
El portavoz de Interior ha explicado que el comandante de los antidisturbios pidió mediante megáfonos a los manifestantes que abandonaran la zona antes de actuar. Ante su negativa, “los agentes barrieron el lugar desde un extremo, dejando las otras salidas para que los manifestantes pudieran marcharse”, ha precisado.
Sin embargo, según el portavoz, uno de los manifestantes atacó a las fuerzas de seguridad, hiriendo a varios agentes, incluido uno al que le amputó los dedos, antes de ser detenido. Entonces, los policías comenzaron a avanzar “de norte a sur” dejando vía libre para que pudieran huir por la zona sur de la plaza.
Como consecuencia de este caos, soldados a bordo de vehículos blindados han tomado el control de Manama. Después de que los agentes antidisturbios hubieran evacuado a los alrededor de 2.000 manifestantes acampados en la rotonda de la Perla antes del amanecer, soldados en al menos 40 camiones y vehículos blindados tomaron el control de este cruce.
En un comunicado publicado por la agencia estatal BNA, las Fuerzas de Defensa de Bahréin (BDF) han explicado que se ha optado por desplegar a los soldados “como medida para preservar la seguridad de los ciudadanos y protegerlos a ellos y sus propiedades de la violencia”.
Asimismo, el portavoz del Ejército ha dejado claro que “se tomarán todas las medidas necesarias y disuasorias para promover la seguridad en el reino” y ha pedido a los ciudadanos que no acudan a zonas concurridas de la capital para “no provocar atascos, provocar el pánico entre los viandantes y poner en peligro sus vidas”.
Reacciones
Desde la comunidad internacional se comienza a observar la situación de Bahréin con preocupación. Uno de los primeros países en pronunciarse ha sido Estados Unidos, quien lo ha hecho a través de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien ha afirmado que su gobierno apoya un cambio “real” y “significativo” en Bahréin.
En declaraciones ante la prensa, Clinton ha considerado a Bahréin un “amigo y aliado” de Estados Unidos y ha instado a las fuerzas de seguridad a que se contengan para evitar enfrentamientos violentos. Así se lo ha transmitido a su homólogo bahreiní, a quien ha recordado “lo importante que es que los funerales y oraciones de mañana no se vean empañados por la violencia”.
“Pedimos que se vuelva a un proceso que derive en cambios reales y significativos para la población”, ha añadido la jefa de la diplomacia estadounidense.
La Casa Blanca también ha dado su opinión a través de su portavoz, Jay Carney, quien ha pedido al gobierno de Bahréin que se contenga ante las manifestaciones pacíficas. El Pentágono, por su parte, ha confirmado una conversación telefónica entre el secretario de Defensa, Robert Gates, y el vicecomandante de las Fuerzas de Defensa bahreiníes, el príncipe Salman bin Hamad al Jalifa.
Por otro lado, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha urgido a las autoridades del país a detener inmediatamente el uso de la violencia contra los civiles y periodistas y ha pedido que los responsables de estas agresiones sean procesados judicialmente.
Ban ha subrayado la urgencia de que el gobierno respete los derechos fundamentales de la población. “La libertad de expresión, el acceso a la información, en especial para los periodistas, cuyos movimientos y actividades deben ser garantizados. No debe haber violencia y se deben proteger los derechos humanos”, dijo.
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