La ilusión motiva al BM Logroño
Anaitasuna, Ademar (con permiso de un Guadalajara venido a menos) y Barcelona (salvo que Granollers lo impida). El BM Logroño conoce su hoja de ruta. Los tres escalones que debe superar para alcanzar su primer título. A ello se agarra la entidad riojana siempre que hay una competición de estas características. El problema radica en que no hay vuelta atrás, no hay margen para el error. Se tiene que ganar el viernes, hacerlo el sábado y, si se ansía levantar la Copa del Rey, repetir el domingo.
Así de dura y sacrificada es esta final a 8 que se viene haciendo desde hace dos temporadas. Lo mejor es que los franjivinos llegan sin prisas, sin agobios, ilusionados por el buen momento que atraviesan y convencidos de que es posible. Esta campaña han ganado los dos partidos de Asobal al cuadro navarro, vencieron a Ademar y el Barcelona no se está mostrando tan temible -esta temporada ha empatado ante Guadalajara y perdido frente a Granollers-. Pero de nada sirven los precedentes, sólo importa el presente. Y el más inmediato es el duelo de este viernes, 12.30 horas, ante Anaitasuna.
Es, además, el estreno de la Copa de Rey en el Madrid Arena. Y a una hora poco habitual. Dos aspectos que pueden acusarse en el arranque de un partido en el que ambos conjuntos tienen depositados muchas esperanzas. Los navarros, por ejemplo, verían la manera de desquistarse de las dos derrotas sufridas este curso, además de seguir vivos en un torneo apetitoso para todos los equipos. Los pamploneses podrán contar con Chocarro, un jugador desequilibrante y muy influyente en el juego de los de Juantxo Apezetxea que, en liga, intentan afianzar, cuando menos, la quinta posición que les podría dar la opción de repetir en Europa.
Ya se sabe que la Copa es diferente. El BM Logroño, casualidades del destino, lleva midiéndose a Anaitasuna en las dos últimas ediciones. En Pamplona, hace dos años, los locales se impusieron en semifinales, mientras que en León, en 2017, los riojanos fueron mejores y se colaron en la final. Hay para todo. La mentalidad es fundamental. También el comenzar con buen pie. El meterse en el encuentro rápidamente, el ajustar la defensa, el saber cómo hacer daño al oponente. Todo pasa factura. Con el inconveniente del escaso tiempo para recuperarse, una hora de juego para darlo todo.
Porque otro aspecto es el de guardar fuerzas. ¿Cómo se hace si a lo mejor es el último partido del fin de semana? La única manera pasa por apostar, de inicio, por una férrea defensa, sólida, dura, agresiva, contundente. Que la portería ayude y poder salir en transiciones vertiginosas para marcar goles sin apenas desgaste. Eso le gusta al conjunto de Jota González. También que su ataque, en estático, sea fluido. Poder combinar el tiro lejano de Garciandia, con las penetraciones de Kukic, las individualidades de Del Arco -mimado en las últimas semanas para que pueda estar en la Copa-, el juego con el pivote y las asistencias sobre los extremos para que finalicen.
Haciendo eso de forma brillante puede, sólo puede, que la renta sea lo suficiente como para dosificar. Pero el primer paso es ganar, de lo contrario no habrá tiempo para pensar en las semifinales. Asimilar ese concepto es importante. Centrarse en lo que toca, no ir más allá. Seguro que el BM Logroño pone de su parte. Acostumbra a saber lo que toca, principalmente después de haber sumado 23 de los 26 puntos posibles en esta segunda vuelta. Es otra competición, pero también hay otros alicientes y la motivación de la plantilla franjivina es máxima. Para algunos de ellos puede ser la última oportunidad de ganar un título con esta camiseta. Por eso, todos pondrán su granito de arena para sea factible. Difícil, pero no imposible.
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