Dimite la directora de un colegio público tras abroncar a un niño acosado y a sus presuntos acosadores en público
El acoso escolar le ha costado el puesto a la directora del Colegio Público Fernando de los Ríos de Las Rozas (Madrid). En este episodio concreto, según diversas fuentes, la directiva ha dimitido de su cargo tras recibir la presión de varios padres por la gestión que realizó del caso, quizá más que por el acoso en sí. La Consejería de Educación había abierto una investigación tras una sucesión de hechos que empezaron con un supuesto maltrato a un menor y acabaron con una bronca pública en el aula y un alumno de la clase atendido por ataque de ansiedad tras la intervención de la directora.
En conversación con este diario previa a su dimisión, la directora afirmó sentirse “muy tranquila” con su actuación y afirmó “no tener constancia” de que ningún alumno hubiera acudido al hospital. Dos días después, denunciada ante la inspección educativa por los padres por su comportamiento, cogió una baja y solicitó dejar el cargo, según confirma Educación. Este diario ha intentado también contactar con la familia del menor acosado, que ha preferido no dar su versión.
“Menosprecios y collejas”
El supuesto acoso escolar a este mismo menor comenzó hace ya dos años, relatan fuentes conocedoras del caso. Pero parecía que se había atajado. Sin embargo, un nuevo episodio volvió a ocurrir hace dos semanas con la misma víctima. Según las versiones, el alumno en cuestión fue agredido por dos compañeros de clase. La psicóloga del centro habló de “insultos, menosprecios y collejas”, según el relato que la directora hizo a los padres a través de un email.
La directiva decidió “reprender” -en sus propias palabras- a los alumnos en cuestión. Pero con este ímpetu quizá se saltó el protocolo de actuación ante el acoso escolar que tiene establecido la Comunidad de Madrid. Esta guía ante el maltrato explicita que, conocido el caso, “se comunicará de inmediato a las familias de todos los implicados y a la inspección educativa. Las medidas provisionales adoptadas se podrán reestructurar (...) con el fin de afianzar las estrategias de apoyo y protección al agredido”.
La dimitida lo desmiente y afirma que siguió el protocolo y levantó fe administrativamente de lo que había pasado, que es uno de los pasos que indica el texto de la Comunidad.
Lo que también hizo fue en un primer momento juntar en su despacho a víctima y victimarios. Después, acudió al aula para manifestar su “indignación y enojo porque estos hechos se siguieran produciendo”. Durante su intervención, en la que afeó en público a agresores y víctima sus conductas (a unos por hacerlas, al otro por permitirlas), la directora observó que un alumno “se partía de risa” ante sus palabras, según su propio relato. “Precisamente el que poco tiempo antes me había enterado de que es el que más insultos, collejas y patadas daba. Ese fue el motivo de que me enfadara de verdad, la gota que colmó el vaso”, contó la directora a los padres. Según cuentan algunos padres, perdió los nervios.
“Les da todo igual”
Siempre según la versión de las familias, este niño acabó en el hospital con un ataque de ansiedad. La directora no quiso confirmar ese extremo y sostiene que su intervención “no fue nada para que un niño sufriera un ataque de ansiedad”. Además, arguye, “hablamos de niños que tienen un problema de normas y límites, se ríen de todo y les da todo igual. Dudo que porque la directora les hable de estas cosas esto les pueda provocar un problema médico”.
Los servicios sociales del Ayuntamiento de Las Rozas han intervenido en el tema y llevan un tiempo ya tratando con el alumno acosado y, desde la semana pasada, también con el otro estudiante y sus familias, según relatan fuentes del Consistorio.
La ahora dimitida se defiende y explica su compromiso contra el acoso. Se apuntó en verano al plan de convivencia de la Guardia Civil, relata, y a un estudio piloto llamado Mybulling que ha puesto en marcha la Comunidad de Madrid para detectar de manera temprana posibles casos de acoso escolar.
La directora explicó a los padres que cuando conoció el caso le embargó “un sentimiento de dolor por este niño (el agredido). Sus hijos/as saben de mi defensa a los más pequeños y débilos, siempre vieron que lo defendí”, les explicó. También justificó su enfado porque “unos pocos alumnos de 12 años no tengan aún eso que se llama uso de razón y argumentó que, según su ”larga experiencia, si no se destierran estas prácticas basadas en la falta de respeto a los semejantes en los cursos de 3º o 4º, si en 6º continúa [como era el caso], el paso por el instituto será complicado y lleno de sinsabores para los padres“. Quizá a algunos padres les sirvió. Pero a otros seguro que no. Denunciaron a la directora y esta, ante la presión, decidió dimitir.