A mirarte con ternura
Yo aprendí desde pequeño
Porque tú eres gloria pura
Porque tú eres gloria pura
Cocidito madrileño
Hay muchas cosas que pueden distanciar a dos amigos, por triste que sea. La lejanía, el tedio, la envidia, una tercera persona... pero en Madrid es habitual que esa separación la cause nada más y nada menos que las puertas del Metro. Si al bajar os pilla el toro o al subir vais con el tiempo justo, cabe la posibilidad de que el tren se ponga en marcha justo en el intervalo entre que uno y otro atravesáis dichas puertas. Una estampa frustrante pero también muy cómica, como ha quedado demostrado con lo que le ha sucedido a una reportera de Informativos Telecinco y al cámara que le acompañaba.
El hilarante momento ha tenido lugar en la estación de Plaza de Castilla de Madrid durante la grabación de una pieza sobre el fin de las mascarillas en el transporte público. Cuando llega un tren, la periodista Sandra Mir se introduce en el vagón seguida de la cámara del reportero gráfico Pedro Pablo Almela. Caminan unos segundos por su interior y no tardamos en escuchar el sonido que indica la inmediata puesta en marcha del convoy.
Sandra, con algo de prisa aunque sin dejar de narrar, consigue salir. Pero las puertas se cierran justo cuando Pedro Pablo se disponía a hacerlo. “¡Ay, mierda!”, es la espontánea reacción de su compañera. La propia periodista se ha encargado de compartir el vídeo en su cuenta de Twitter. “Todavía me parto de risa con lo que nos pasó ayer.. ATENTOS AL FINAL”, escribía en un post que supera ya los tres millones de reproducciones. Un éxito que seguramente se debe a lo que apuntan varios usuarios: “Veo vuestro vídeo y me siento totalmente identificado”.
“No hay nada más gratificante que miles de personas me digan que no paran de reírse con este vídeo, así que mañana prometo otro vídeo más”, avanzaba Sandra. Finalmente, las peticiones fueron tantas que compartió esta secuela apenas una hora después: nada más y nada menos que el momento en el que se reencuentra con Pedro Pablo. Su forma de caminar es la viva imagen de la impotencia y la desidia ante algo tan frustrante de padecer como divertido de ver.
El propio reportero compartió otra perspectiva igualmente descacharrante: la reacción de los viajeros del vagón cuando vieron que él se quedaba dentro y su compañera en el andén. Relata que “las risas fueron de merecer. Los que lo habían visto se lo contaban a los que no, aunque no se conocieran”. Llegó a la siguiente estación “entre carcajada y despiporre”. Y acaba con un bonito mensaje: “No abandones a tu cámara... él nunca lo haría”. Por cierto, Metro de Madrid no ha dejado pasar la oportunidad para presumir de velocidad.
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