Tetuán ve abrir 18 nuevas cocinas fantasma en una nave de 500 metros cuadrados pese a la moratoria en vigor
Tenemos nuevas cocinas industriales en el barrio de Cuatro Caminos y son muy grandes. Los vecinos de la estrecha calle de Salamanca, perpendicular a la de Infanta Mercedes (Tetuán), han visto como en pocos meses una de las naves de la vía se han transformado en un nuevo negocio de esta naturaleza.
Según el proyecto de adecuación de la nave industrial para transformarlo en un espacio de “cocinas agrupadas” (dieciocho en total) , cuenta con 486 metros cuadrados en una sola planta alta, con tres grandes líneas de cocinas, cámaras, almacenes, vestuarios y una zona de carga y descarga en la parte delantera. Además, la nave cuenta en su nueva configuración con tres grandes chimeneas metálicas.
Desde la calle, se aprecia la pequeña zona de descarga y recogida de alimentos de unos 30 metros cuadrados, que se ha dispuesto en la parte frontal de la nave, justo antes de una ventanilla para atender a los repartidores (similar a la de otras cocinas fantasma, como las de la calle José Calvo). Está previsto que en esta área puedan aparcar tres motos y cuatro bicicletas. De momento, los vecinos han visto ya cierta actividad de reparto en las últimas semanas, aún leve.
La instalación de unas nuevas cocinas fantasma estando vigente la moratoria que, en teoría, prohíbe la instalación hasta el próximo 30 de junio, ha sido posible porque la calle de Salamanca está ubicada entre el barrio de Estrecho y la zona colindante con General Perón e Infanta Mercedes, un área nacida en la posguerra donde convivían pequeñas industrias –talleres de coches, de madera, almacenes– con viviendas.
La moratoria del Ayuntamiento de Madrid dejó fuera las zonas calificadas urbanísticamente dentro de la norma zonal 9.1, que son las que admiten usos mixtos residenciales y de algunos tipos de industria, pese a que los partidos de la oposición reclamaron su inclusión. En el caso de la calle de Salamanca, en la acera de la derecha hay naves industriales en el tramo hasta la calle Lérida (aunque, salvo un taller, el resto de naves ocupan a día de hoy oficinas o espacios de eventos). En la acera de la izquierda, sin embargo, solo hay bloques de viviendas.
La zona lleva muchos años inmersa en un proceso de cambio que últimamente se ha acelerado con la posibilidad de presentar Planes especiales para cambiar los usos de estas naves, que en principio prevén usos industriales y para albergar oficinas. En los últimos meses han desembarcado distintos proyectos inmobiliarios liderados por fondos de inversión, entre los que sobresalen los edificios de coliving.
Detrás de las cocinas de la calle de Salamanca está Cuyna, tal y como se aprecia en el gran letrero que pende de su fachada. Una marca nacida en 2020 que alquila su infraestructura –e incluso mano de obra– a negocios hosteleros o facilita la creación de restaurantes virtuales. Cuyna presume de elegir emplazamientos industriales para sus cocinas (en este caso se cumple a medias) y habilitar zonas interiores de carga y descarga. Cuenta con cocinas en Madrid, Valencia o Barcelona, aunque en 2022 captó financiación destinada, en parte, a su expansión internacional.
Un negocio polémico con “tradición” en Tetuán
El próximo domingo 12 de marzo, a las 12.00, la Plataforma de Afectados por las Cocinas Fantasma de Madrid y la FRAVM han convocado una concentración en protesta por la actividad de las cocinas fantasma en una de las instalaciones más veteranas, ubicada también en el distrito de Tetuán: las de la calle de José Calvo.
Los vecinos de esta calle, al otro lado de Bravo Murillo, llevan desde el año 2020 denunciando los malos olores ocasionados por las 21 cocinas incrustadas en una nave a la que se accede desde su edificio; también los ruidos, la ocupación constante de la pequeña calle y hasta algún que otro episodio que ha implicado a los servicios de emergencias. Las protestas frente a su puerta se han hecho ya habituales en los últimos tiempos, pero en esta ocasión contarán, además de con el habitual apoyo de las asociaciones del distrito, con el de afectados de todo Madrid y otros colectivos como Ecologistas en acción o la Plataforma ¡Por el derecho a la ciudad!
Santiago Navas, vecino afectado de la calle José Calvo y miembro de la Plataforma de Afectados por las Cocinas Fantasma, nos cuenta que nada ha cambiado desde que empezaron su lucha. “Como no se aprueban las modificaciones del Plan General de Ordenación Urbana que está tramitando el Área de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento y afectarían a las cocinas fantasma, ni una norma específica, seguimos igual. De todas maneras, no nos afectarían porque ya han dicho que no habría retroactividad. El Ayuntamiento nos tiene entre susto y muerte”.
Las organizaciones convocantes reivindican el cierre o traslado de las cocinas a polígonos industriales y la aprobación de una normativa específica que recoja las sugerencias de la Plataforma, que también han llevado Más Madrid y PSOE en distintas ocasiones al pleno de Cibeles. Mientras esto no ocurra, seguirán con el modelo itinerante de protesta, llevándolas a los distintos puntos de Madrid donde han ido proliferando las cocinas fantasmas desde que hicieran su aparición durante la pandemia.
El proyecto de normativa del Ayuntamiento recoge que las cocinas podrán tener una dimensión máxima de 350 metros cuadrados y un máximo de ocho cocinas, que los afectados siguen considerando un uso industrial incompatible con la normal convivencia con los vecinos (ellos piden que no se puedan instalar más de cuatro por manzana en la misma superficie).
Tetuán, que cuenta con muchas naves de uso industrial integradas en su caserío, es el distrito que más cocinas fantasma concentra. A las de José Calvo hay que añadir las de las calles Morando (del chef Dani García, con un polémico historial de quejas vecinales), Algodonales o Araucaria, además de otras en ciernes como las de la calle de Santa Valentina, cuyos vecinos han empezado a organizarse en previsión de la posible instalación. Hace solo un par de años, nadie sabía lo que eran las cocinas fantasma en el vecindario y, sin embargo, desde entonces se han convertido en uno de los asuntos más prendidos al nombre de Tetuán en sus apariciones en prensa. ¿Habrán venido para quedarse o las veremos marchar hacia zonas lejos de las viviendas como reclaman los vecinos?
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