COCINAS FANTASMA
Vecinos de Tetuán paran una obra ilegal en las cocinas fantasma del chef Dani García
Las cocinas fantasmas del chef Dani García en la calle Morando 6 (Tetuán) siguen siendo un quebradero de cabeza para sus vecinos, que han vuelto a mostrar su oposicón al negocio que llena sus días de ruido y humos: el pasado fin de semana impidieron que se llevaran a cabo unas obras en el local para las que, al parecer, carecían de la licencia adecuada y la necesaria declaración responsable.
Los vecinos de Morando habían visto como el pasado 8 de noviembre unos operarios colocaban señales de prohibido aparcar y carteles que informaban de que los días 12 y 13 se producirían obras en la calle. Ya con la mosca detrás de la oreja, los vecinos del de número 6 de la vía–donde están situadas las cocinas de La Gran Familia Mediterránea– recibieron una notificación firmada por la abogada del propietario del local de la discordia que confirmaba las sospechas. A partir del viernes 11, y durante el fin de semana, se llevarían a cabo trabajos de modificación de las chimeneas de la nave con el fin de disminuir los olores provocados por estas (cambiando los capuchones superiores para que los humos salgan en vertical).
El sábado, con un camión grúa aparcado en la calle de Morando, los vecinos se toparon con una gran estructura de hierro que no se correspondía con las pequeñas obras de adecuación a las que se había referido la abogada de la propiedad, por lo que decidieron llamar a la policía municipal. Según han explicado a este medio, en el local ya se habían realizado antes obras ilegales y sin el visto bueno de la comunidad de vecinos –“donde hay cuatro chimeneas debería haber solo dos”, explican– por lo que las razones para la desconfianza eran notables.
El ir y venir de la policía municipal, el diálogo con el encargado de las obras y el diálogo con los vecinos duró media mañana. “Nos decían que la obra se iban a hacer sí o sí y que nos denunciarían por los gastos ocasionados al no poder llevarlas a cabo ese día”, relata uno de los vecinos presentes. Al final, la policía notificó al responsable del local que no se podía llevar a cabo a cabo la obra y los operarios se retiraron.
Una situación absurda: una licencia concedida antes de cumplir las condiciones
La Gran Familia Mediterránea no tiene las cosas en orden, pero tiene licencia. Los vecinos no entienden que se les haya concedido “a falta de unas obras de adecuación” ya que no cumplen los requisitos para funcionar. Este verano celebraron la orden de demoler unas obras que se habían realizado ilegalmente en las cocinas, pero dicha demolición no se llevó a cabo. Al revés, la empresa de García obtuvo una licencia en tiempo récord y reabrió el pasado 14 de septiembre. “En el local no se han hecho obras después de aquellas declaradas ilegales”, explican atónitos los afectados, que achacan la irregularidad al sistema de entidades colaboradoras urbanísticas (ECU), empresas privadas que tramitan las licencias y emiten los informes para posibilitarlas. En este caso, certificaron que se habían subsanado las deficiencias que impedían que el local funcionara de forma regular.
Antes, ya habían desobedecido una resolución de cese y clausura de la actividad de cocina industrial por no tener la licencia adecuada. Al principio operaban con una de “taller artesanal para realizar maquetas en 3D de obras”, heredada del anterior negocio de taxidermia residente en el local.
Sobre el negocio pesa, también, un informe reciente de la Dirección General de Sostenibilidad y Control Ambiental del Ayuntamiento de Madrid llevado a cabo tras dos inspecciones, que explica que los ruidos provenientes de las chimeneas y la climatización sobrepasan los límites acústicos permitidos. Además, según se constató en las visitas, la altura de las chimeneas es insuficiente para cumplir la Ordenanza de Calidad del Aire y Sostenibilidad, razón por la que presuntamente se iban a realizar las obras del pasado fin de semana.
Las inspecciones se llevaron a cabo después de que la Federación Regional de Vecinos de Madrid (FRAVM) presentara el 28 de septiembre una denuncia ante la Agencia de Actividades del Ayuntamiento por las irregularidades constatadas en esta cocina fantasma y en las de la vecina calle de Santa Valentina, que de momento no ha llegado a abrir.
La confrontación de los vecinos con las cocinas de Dani García viene de largo y ha pasado ya por numerosos episodios desde que, en junio de 2021, el chef trasladara su cocina fantasma de la calle José Calvo, donde también recibió muchas quejas. Los vecinos de Morando se organizaron rápido, pues pronto empezaron a sufrir las molestias derivadas del ruido, los olores y el tráfico. Actualmente, están sopesando pasar a la acción judicial contra La Gran Familia Mediterránea o el Ayuntamiento de Madrid, por haber concedido la actual licencia de funcionamiento, “como hicieron los afectados por las cocinas del colegio Miguel de Unamuno”.
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