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Ángel Garrido multiplica su agenda como última baza para ser candidato en Madrid

Ángel Garrido en un acto a favor de Pablo Casado en las primarias. Efe

Sofía Pérez Mendoza

Ángel Garrido quiere ser candidato a la Comunidad de Madrid desde que heredó la presidencia tras la dimisión de Cristina Cifuentes. Lo repite cada día cuando preguntan los periodistas lo demuestra su agenda, inéditamente apretada. El presidente acumula varios actos al día y hasta ha viajado a Bruselas a presentar una nueva asignatura sobre la Unión Europea. Es su última baza para lograr ser el elegido: multiplicar su visibilidad como presidente de la región. Garrido sabe que disfruta de una exposición pública que está aumentando su popularidad y está dispuesto a explotarla hasta que Pablo Casado revele su tique electoral para Madrid.

Hasta la fecha, el presidente no ha respaldado de forma presencial a Garrido en ninguna ocasión. Casado ni siquiera acudió a la Asamblea durante la semana del Debate del Estado de la Región, uno de sus mejores escaparates como candidato. En la retina del presidente del partido está grabado el férreo apoyo de Garrido a una de sus rivales en la primera ronda de las primarias María Dolores de Cospedal. Así que en el PP ya nadie da por seguro que el nuevo líder vaya a avalar su continuidad. Y en las últimas semanas Garrido se ha atrevido a deslizar algunas críticas a la gestión de Pablo Casado que han pillado por sorpresa a muchos en el partido.

El presidente de la Comunidad de Madrid cuestionó la última remodelación del PP de Madrid, en la que se colocó a un señalado por la Púnica (David Erguido) y a una alcaldesa imputada por un delito medioambiental (Susana Pérez Quislant). “Yo habría puesto otros nombres”, dijo a los medios. Esta crítica hacia arriba casa mal con la actitud conciliadora y fiel que caracteriza a Garrido y que le sirvió como aval para ser el elegido para calmar las aguas turbulentas que dejó tras de sí la expresidenta Cristina Cifuentes y sus últimos escándalos.

En la sede del Gobierno regional evitan hablar de “enfrentamiento” entre Génova y la Puerta del Sol. Según fuentes del partido, Garrido y Casado mantienen contactos habituales aunque en ellos no se habla de su posible candidatura. El equipo del primero asegura que el presidente regional se limita a “esperar” la decisión “mientras sigue trabajando”. 

Encuestas que no ayudan

Y la espera se va a prolongar durante más tiempo del previsto. Las elecciones andaluzas, programadas para el 2 de diciembre, han servido como excusa para volver a demorar los nombramientos. La elección se complica porque las encuestas encargadas por la dirección del PP para valorar a los candidatos no han aclarado nada al líder de los conservadores.

Los resultados no hacen despuntar ningún nombre: Ángel Garrido empata en nivel de conocimiento con el vicesecretario Javier Maroto y la exministra Isabel Tejerina, dos de los nombres que también están encima de la mesa. Según fuentes del PP de Madrid, la vinculación de Maroto con la política vasca –fue alcalde de Vitoria– no le invalida como candidato. Su aterrizaje no debería resultar extraño porque “Madrid es de todos”, según las mismas fuentes.

Si bien los sondeos no han arrojado ningún favorito, sí han servido para descartar otros. El actual portavoz en el Ayuntamiento, José Luis Martínez Almeida, y el exdiputado y expresidente de Endesa, Manuel Pizarro, amigo personal de Casado, quedan descolgados de las quinielas, aunque la sopa de nombres promete seguir removiéndose durante unas semanas más, incluso con nuevas encuestas. 

Críticas a los “independientes”

La cita electoral en Andalucía da algo de oxígeno al líder del partido, cuyas dudas le han conducido a sacar el comodín de los “independientes”. Una tercera vía, pensada sobre todo para las grandes plazas municipales (Madrid, Barcelona y Valencia), que no ha sentado muy bien en las filas populares porque supone reconocer que dentro no hay nadie que dé la medida para enfrentarse en las urnas con Manuela Carmena. 

“Cuidado con el tema de los independientes; hemos tenido experiencias positivas y no tan positivas, porque uno al final quiere volar tan independiente tan independiente que lo que hace al final es irreconocible”, señaló el expresidente de Extremadura, José Antonio Monago, a su llegada al Comité Ejecutivo del PP.

“Nadie se lo ha tomado en serio”, afirman fuentes de la Puerta del Sol, que consideran que Garrido “ya ha pasado la ITV de Génova”. Aún confían en sus posibilidades.

Hasta el PP de Madrid, muy vinculado a Casado, apremia al presidente para que acelere. Según Europa Press, Pío García-Escudero –el presidente colocado por Génova cuando tomó el control del partido regional– le conminó este lunes durante una comida con presidentes regionales a designar a los candidatos cuanto antes. En ese almuerzo estaba Ángel Garrido, miembro de la Ejecutiva regional por su condición de presidente pero arrinconado por Génova, junto al resto de cifuentistas, de su posición privilegiada como secretario general. El presidente se juega con la candidatura su última baza. 

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