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Algunas ideas para evitar el consumismo y el machismo en los regalos infantiles de Navidad

Es fácil cometer errores a la hora de elegir los regalos para los niños.

Lucía M. Quiroga

Llega la Navidad y con ella los habituales excesos, que afectan no solo a la comida y la bebida sino también a los regalos. Especialmente si se dirigen a niños y niñas. Es cierto que son fechas para celebrar y que a los más pequeños les encanta abrir paquetes, pero también lo es que en ocasiones compramos demasiado y sin criterio. Caemos en la más absoluta fiebre consumista, comprando demasiado y guiándonos por el volumen de los paquetes: cuanto más grande, mejor. O perpetuamos la discriminación por sexo si hacemos diferenciación entre juguetes para niños y niñas.

El resultado final es muchas veces contrario al deseado: las criaturas acaban jugando con los papeles de regalo y las cajas de cartón y nosotros frustrados tras habernos gastado una cantidad importante de dinero sin éxito. Por eso conviene seguir una serie de consejos básicos para regalar a niños y niñas, sin caer en el consumismo extremo ni el machismo navideño.

No compres por comprar: piensa el regalo, entérate de lo que le gusta al niño en cuestión, lee su carta a los Reyes Magos o a Papá Noel, pregunta a sus padres qué necesita o qué le apetece y comprueba que lo que le vayas a regalar no lo tenga ya.

Menos es más: procura cumplir la regla básica de no comprar nunca más de un objeto por niño. Es preferible escoger bien una única cosa (material o no) a probar con diferentes ideas, a ver si alguna funciona. Hundir a los niños en paquetes acaba provocándoles una especie de borrachera de regalos que les ciega totalmente. Dejan de prestar atención a los juguetes, se ponen imposibles y lo más probable es que acaben jugando con las cajas de cartón y los papeles de regalo. Es frustrante, tanto para ellos como para los adultos.

Regala tiempo y experiencias: una muy buena opción para niños y niñas consiste en regalarles tu tiempo, especialmente si preparas un plan infantil que les vaya a gustar. Una tarde de cine o teatro, entradas para un parque de atracciones o una ludoteca, una merienda con su comida favorita (churros, helados, lo que sea), una excursión a un sitio que les guste… Si se lo pasan bien, es un regalo que recordarán siempre, mientras que los juguetes o la ropa se les olvidarán rápido. Tú habrás pasado un rato agradable con ellos, que también recordarás cuando crezcan. Y sus papás te agradecerán poder pasar un rato sin niños. Todos ganan.

Evita los regalos machistas: no hay juguetes para niños y para niñas. Hay juguetes para jugar. No existe esa distinción, o no debería existir. Aunque algunas tiendas y grandes superficies se empeñen en separar artículos incluso en diferentes pasillos, clasificados en tonos rosas y azules. Los juguetes azules, dirigidos a niños, incluyen elementos de acción, aventuras, coches, armas, profesiones de éxito. Los rosas, por el contrario, perpetúan el papel pasivo de las niñas (que después serán mujeres): juegos de cuidados (bebés, enfermeras, médicas), de limpieza, y, en el mejor de los casos, juegos tranquilos, de estar sentadas y sin correr riesgos. Diferenciar a la hora de regalar es un error común que acaba perpetuando los roles de género y el discurso machista.

Desafía lo esperado: una idea divertida es desafiar lo que cada niño o niña espera en función de su sexo. ¿Por qué no regalar una cocina a un niño o un coche a una niña? ¿Qué tal un bebé de juguete para niño y un disfraz de Spiderman para niña? Quizás nos sorprendamos y les guste más de lo que esperamos.

Busca cosas pequeñas o útiles: no te esfuerces en comprar la moto más grande o la muñeca de tamaño real. El volumen del paquete es una cosa que impresiona mucho a los adultos, tanto para bien como para mal: quien regala estará orgullosísimo si su paquete no cabe en el ascensor y los padres del niño pensarán horrorizados dónde van a meter semejante mamotreto. En general, en nuestro entorno, niños y niñas suelen tener de todo y en cantidades industriales. Así que una cosa pequeña, cuidada, útil, es mucho mejor que un regalo a lo grande.

Regala solidario: lamentablemente, muchos niños y niñas no son tan afortunados de tener que lidiar con los excesos navideños, más bien todo lo contrario. Por eso podemos participar en las numerosas campañas de recogida de juguetes para asociaciones, parroquias o pisos de acogida infantiles. También existen los regalos simbólicos, donde colaboras con una determinada entidad y, en vez de regalar algo material, regalas, por ejemplo, vacunas o escolarización para quien no puede permitírselo.

Los libros siempre son un buen regalo: si aun con todos los consejos anteriores tienes dudas, hay un regalo que nunca falla. Los libros ocupan poco, son (por norma general) educativos y crean buenos hábitos de lectura. La literatura infantil cuenta con auténticas joyas adaptadas a cada edad y gusto. Regalar libros es siempre una buena idea.

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