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Palestina amenaza con boicots a la empresa vasca CAF si trabaja en la ampliación del tranvía de Jerusalén

Diseño del tranvía de CAF para Jerusalén

Rubén Pereda

La diplomacia palestina ha contactado con el Gobierno español para pedirle que informe a la empresa vasca CAF de la situación que se vive en Jerusalén y lograr así que no participe en la ampliación de su tranvía, para la que habrá que expropiar tierras palestinas en zona ocupada por Israel. En caso de que siga adelante, amenaza con pedir a otros “países vecinos y amigos árabes” que tomen medidas punitivas contra la empresa, negándose a trabajar con ella.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha expresado a las autoridades españolas su malestar por el hecho de que la multinacional vasca CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles), con sede en Beasain, participe en un proyecto que consideran que servirá para conectar las colonias israelíes de Jerusalén Este y la Cisjordania ocupada con el centro de la ciudad. Desde la empresa, contactada por este diario, se niegan a hacer declaraciones al respecto.

Hace tres semanas se conoció que CAF se había adjudicado el concurso del proyecto para la ampliación del tren ligero de la ciudad de Jerusalén. La operación, concedida al consorcio TransJerusalem J-Net —que CAF integra junto con Shapir—, supera los 1.800 millones de euros, de los que 500 corresponden de manera directa a la firma española. Esta participará suministrando 114 nuevos tranvías Urbos a la nueva línea 2 y rehabilitando las 46 unidades de la 1. Desde la empresa se espera que la nueva red sea completamente operativa en 2025.

Los trabajadores, en contra

Antes de que se conociera la adjudicación, los trabajadores de la empresa ya mostraron su rechazo a participar en el proyecto, considerando que no se debe participar en trabajos en contra de la legalidad internacional. “Existe un consenso general respecto de la ilegalidad del proyecto, tanto por su trazado como por ser discriminatorio al ser de uso exclusivo de colonos en tierra Palestina”, señalaron en su momento y añadieron que “no respeta los derechos humanos”.

Ya existe el precedente de una empresa, la francesa Veolia, que hubo de vender su participación en este mismo tranvía a causa de las presiones recibidas a raíz de una campaña internacional emprendida por el grupo 'Boicot, Desinversiones, Sanciones'. “Nos sorprendió un poco que esta compañía sea de España y del País Vasco, que están en la vanguardia de la solidaridad con el pueblo palestino”, comenta a Efe Jamal Juma, coordinador local de este movimiento.

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