Alfonso Alonso reivindica un “perfil propio” para el PP vasco: “Un proyecto desde el País Vasco para el País Vasco”
Ha llegado septiembre. La semana próxima (13 y 14 de septiembre) el PP vasco celebra la convención “de marcado contenido ideológico” organizada tras el doble batacazo electoral de abril y mayo, en el que se quedó fuera de las Cortes Generales y vio menguar su representación local. Los 'populares', última fuerza en el Parlamento Vasco, con apenas 55 ediles en toda Euskadi y sólo 11 escaños de 153 en las Juntas Generales, aspiran a resetearse y a potenciar su “acento y perfil propios”. Según su presidente, Alfonso Alonso, el partido debe ser “abierto” y “no escorarse a posiciones de radicalidades de derechas”. El exministro quiere “un proyecto desde el País Vasco para el País Vasco”.
En una comparecencia de prensa con la que ha dado el pistoletazo de salida al nuevo curso político, que podría incluir elecciones autonómicas adelantadas, Alonso ha expresado este lunes la “vocación del PP de defender su personalidad propia” dentro de un proyecto común de ámbito nacional. La amenaza de ETA, argumenta Alonso, ha permitido labrar un estilo propio “forjado en dificultades” y con “fortaleza moral”. “Eso nos ha hecho distintos”, ha enfatizado el presidente 'popular'. Además, el PP quiere erigirse en un partido más “foralista”, más en la línea de UPN y en contraposición a Ciudadanos y Vox. Para evitar la imagen de fisuras con la línea oficial de Génova, Pablo Casado está ya confirmado para la clausura de esta convención.
La secretaria general del PP vasco, Amaya Fernández, está ultimando la ponencia política que se presentará en el cónclave y en la que colabora el historiador Esteban Goti. Es el documento base para marca la impronta ideológica, aunque no el único. Se presentará también una ponencia económica en la que se apostará por exprimir la autonomía fiscal vasca —aunque en la línea política de bajar impuestos, como en Madrid—, un texto sobre la gestión del final de ETA y la lucha contra la radicalización e incluso una propuesta propia contra el cambio climático, liderada por Borja Sémper.
En esta línea, Alonso ha desechado sutilmente la posibilidad de que en Euskadi se pueda formar una coalición de derechas como Navarra Suma. Es algo defendido básicamente por Beatriz Fanjul, candidata en las pasadas generales en Bizkaia impuesta por Casado y secretaria general de Nuevas Generaciones. El presidente 'popular' ha recordado que ya ofreció a Ciudadanos —sólo a ellos, no a Vox— una alianza de cara a las municipales y que no hubo posibilidad de acuerdo por la posición contraria al Concierto Económico de los naranjas. “No vamos a cambiar las ideas”, ha zanjado Alonso.
O baja el IRPF o no hay pacto presupuestario
El PP 'reseteado' se estrenará en el pleno de política general que celebrará el Parlamento Vasco el 20 de septiembre. Alonso ha insistido en que acudirá a la Cámara con voluntad de “diálogo” con el Gobierno de PNV y PSE-EE y sin renunciar a la “influencia” que ofrece la situación de minoría del Ejecutivo de Iñigo Urkullu, pero ha cerrado la puerta al acuerdo presupuestario de cara a 2020 si nacionalistas y socialistas no acceden a una rebaja del IRPF en Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. “Si no hay un cambio en la política de ingresos, no hay ninguna posibilidad de encuentro en la política de gastos”, ha insistido Alonso en un mensaje que lleva semanas repitiendo.
El PP está dispuesto a pactar en Euskadi también en otros asuntos sectoriales —de hecho en junio avaló la nueva Ley de Policía— pero no a apoyar “cualquier cosa”, ha insistido. Alonso asegura haber enviado “papeles” al lehendakari antes de las vacaciones con puntos concretos que podrían motivar un acercamiento, si bien sólo ha habido avances en la reforma de la ley que regula la renta de garantía de ingresos. El exministro ha denunciado la “poca iniciativa” del Ejecutivo y que muchos consejeros ni siquiera hablan con regularidad con la oposición.
También ha lamentado que el PNV pida con una mano los votos del PP y favorezca su “aislamiento”. Ha recordado los pactos tras las municipales en los pocos ayuntamientos en que ganó el PP y todavía supura la herida de la moción de censura contra Mariano Rajoy apoyada por los diputados peneuvistas sólo unas semanas después de haber cerrado un acuerdo presupuestario con el Gobierno. Así las cosas, el Ejecutivo de Urkullu perdió el voto de los 'populares' y se quedó sin cuentas de cara a 2019.