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La Fiscalía incorpora al sumario de las oposiciones de la Sanidad vasca una denuncia de filtraciones en anteriores convocatorias

José Luis Cabriada (a la derecha), jefe de la especialidad de Digestivo en el hospital de Galdakao.

Iker Rioja Andueza

El teniente fiscal de Álava, Álvaro Delgado, remitió el pasado mes de marzo a la juez que investiga las filtraciones de exámenes en las oposiciones médicas de 2018 en el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), Yolanda Varona, una larga denuncia de un facultativo que alude a que aparentemente se produjeron irregularidades similares en 2002, concretamente en una de las categorías investigadas ahora, Digestivo, en la que está imputado el autor del examen teórico y miembro del tribunal José Luis Cabriada, jefe de la especialidad en el hospital de Galdakao. Concretamente, la denuncia asegura que los resultados de entonces “apuntaban clarísimamente a una filtración en favor de médicos” afines al doctor Cabriada y califica los hechos como “el pucherazo de Galdácano”.

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En 2018, en esta categoría, en la parte teórica las cuatro mejores notas recayeron en los colegas de Cabriada, tanto en una clínica privada como en Galdakao. En cuanto a la práctica, ante un ejercicio de elevada dificultad y con una nota media baja, se destacó un pelotón de opositores con notas sobresalientes o directamente perfectas, un patrón que se repite en muchas otras categorías.

Según la denuncia -aunque el propio texto asume la posibilidad de que los delitos, de haberlos, estén prescritos- se indica que en la parte teórica “los cuatro candidatos afines sacaron una puntuación extraordinariamente más alta que los restantes 39”. El dato concreto es 85,88 puntos sobre 100 frente a 48,5 sobre 100. “Dicho de otra forma y en terminología más inmediata, se podría decir que la probabilidad de que esto fuera debido al azar, que es lo que cabría esperar en un examen limpio, sería del orden de una entre más de 33 millones”, explica el denunciante, que adjunta las notas de aquella OPE y diversos análisis estadísticos. En cuanto a la segunda prueba, la práctica, los cuatro candidatos lograron una media de 78,25 puntos por un 64,57 del resto (con el matiz de que sólo eran 14, porque todos los suspendidos en la primera habían quedado excluidos ya del proceso).

“A finales de de 2002, cuando tuve conocimiento de tan llamativos resultados, que de forma contundente acreditaban la intervención de factores que desvirtuaban por completo los resultados esperables y ratificaban el por entonces denominado 'pucherazo de Galdácano', lo puse en conocimiento de Osakidetza para que actuara en consecuencia. Salvo silenciarlo, como sistemáticamente hace con otras incidencias que acontecen en su seno, nada más hizo”, protesta el denunciante, que confía en que la investigación abierta ahora trate de poner fin a unas irregularidades que califica de “sistemáticas” en el Servicio Vasco de Salud.

Este facultativo, igualmente, apunta a otro posible caso de trato de favor en la OPE de 2018, en este caso en la categoría de Medicina Interna. Se trata de un opositor que obtuvo resultados por encima de su media personal en la parte práctica de esta especialidad, en cuyo tribunal estaba una “amiga” suya. Además, remarca que llevaba 13 años sin ejercer esta especialidad para dedicarse a Infecciosas. En esa OPE también participó y obtuvo un resultado malo.

No es la única denuncia que ha recibido la juez del caso, Yolanda Varona, que abandonará el juzgado el 30 de junio al regresar la titular de Instrucción 2 de Vitoria, Ana Jesús Zulueta. La magistrada acordó el 10 de abril sumar la especialidad de Cirugía Plástica a las categorías objeto de análisis tras recibir una detallada comunicación de una opositora que ha sido admitida a trámite, según la documentación judicial que obra en poder de este periódico. Se trata de una categoría que ya había sido revisada someramente por la Fiscalía. Es un caso extraño, ya que, a diferencia de en otros exámenes como los de Anestesia, Angiología o Cardiología, estadísticamente no parece haber anomalías ni indicios de filtraciones, pero sí se da la circunstancia de que una de las opositoras era familiar de un vocal del tribunal, extremo en el que incide la denuncia.

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