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El Gobierno de Urkullu insiste en que Sánchez deje que Euskadi permita el 'running' y el ciclismo

Urkullu, en la última videoconferencia con Sánchez y los líderes autonómicos

Iker Rioja Andueza

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El Gobierno vasco no tiene todavía un plan “definitivo” ni tampoco competencias en medio del estado de alarma pero sí está convencido de que a partir del 27 de abril no sólo los niños tendrían derecho a salir a la calle, sino que ha de ser posible que los adultos salgan a correr o a practicar ciclismo, aunque siempre de manera “individual”. Así las cosas, el portavoz del Ejecutivo de Iñigo Urkullu, Josu Erkoreka, ha reclamado en rueda de prensa a Pedro Sánchez que delegue el “pilotaje” del proceso de “desescalada” en las comunidades autónomas y que autorice a Euskadi para que levante ésta y otras restricciones.

Salir a pasear, aunque fuera de manera limitada, por el momento, no entra en la agenda, ya que se teme que genere “concentraciones” indeseadas de personas y que no se pueda mantener la distancia física de dos metros. El Gobierno vasco, asimismo, insiste en la “apertura escalonada de nuevos negocios” e incluso ha decidido, en algo que sí es de su estricta competencia, ir redoblando el trabajo presencial de los funcionarios de la Administración autonómica, restringido ahora a 1.200 de 7.200 empleados públicos de la sede central de Lakua. El portavoz Erkoreka ha añadido que “la pandemia está controlada” para justificar estas decisiones, aunque ha advertido de los “dientes de sierra” y de que esta semana se adoptará una decisión sobre la suspensión o no de eventos masivos del verano como las fiestas populares o los festivales culturales, aunque Pamplona ya ha cancelado los Sanfermines.

A su lado, la consejera de Salud, Nekane Murga, ha actualizado los datos sobre la evolución de la pandemia en Euskadi, que se ha cobrado 22 nuevos fallecimientos en Euskadi, 14 vizcaínos, cinco alaveses y un guipuzcoano. Son ya 1.103 las defunciones totales. “Estoy muy orgullosa del trabajo de cada uno de mis profesionales”, ha dicho Murga, convencida de que se ha tratado de evitar cada una de esas muertes, que continúan siendo el apartado estadístico más difícil de contener. Álava, por ejemplo, es una de las provincias de España con la mortalidad más elevada, con un fallecido por cada 1.000 habitantes.

Los positivos confirmados en Euskadi son 12.810, 7.155 en Bizkaia, 3.294 en Álava y 2.361 en Gipuzkoa. Los casos nuevos conocidos serían 182 en las últimas 24 horas, pero desde este martes se ha realizado un nuevo cambio en la estadística que obliga a matizar la cifra. De los 182 positivos nuevos conocidos, 116 proceden de los denominados test rápidos, que detectan anticuerpos y no la carga viral. Los otros 66 han sido hallados con la prueba PCR. Por ello, Murga ha matizado que solamente el segundo grupo podría determinar “nuevos” casos, ya que los test determinan si una persona ha tenido en su cuerpo el coronavirus.

Un tercer trabajo de campo será el estudio de seroprevalencia en el que trabaja el Ministerio de Sanidad y que en Euskadi realizará Osakidetza. Murga ha explicado que otorgará una fotografía de qué porcentaje de la población ha pasado la COVID-19. Ha aludido a porcentajes posibles del 5% o incluso del 10% -lo que dejaría muy cortos los datos de los test realizados- pero entiende que no se ha alcanzado en ningún caso el 70% que generaría efecto “rebaño” o de inmunización colectiva.

Las personas recuperadas ya en Euskadi son 2.984, 7.277 si se suman las altas hospitalarias, lo que representa casi el 60% de los contagios. En los hospitales permanencen ingresadas 974 personas, 159 en Álava, 213 en Gipuzkoa -más que en la jornada anterior- y 603 en Bizkaia, 141 de ellas en las UCI. Esta estadística no incluye los pacientes derivados a hoteles, a centros como San Onofre o en hospitalización domiciliaria. Puedes consultar aquí mapas y gráficos para conocer mejor el alcance de la pandemia.

Sanitas, primera residencia afectada, “controlada”

Por otro lado, la última actualización de datos en las residencias eleva a 2.695 los contagios, incluidos 400 trabajadores. Los fallecidos -sin que haya dato actualizado de Bizkaia- se quedan en 440, más de un 40% de defunciones totales de la pandemia en Euskadi. Son 70 los positivos nuevos conocidos, fruto también del plan de diagnosticar a todos los internos y trabajadores con test rápidos para comprobar el alcance real de la COVID-19.

El primer brote en una residencia se conoció en el centro de Sanitas en el barrio de San Martín de Vitoria, al postre el más castigado en cuanto a casos conocidos. Fuentes de la residencia, que lleva en cuarentena desde el 8 de marzo, indican que dan por “estabilizada” y “controlada” la situación, si bien el balance es dramático. De 98 internos 69 han contraído el virus.

19 de ellos han ido falleciendo desde que el primer deceso se conociera a primeros de marzo, el de un anciano que se contagió en el hospital de Txagorritxu. De los otros 50 casos, 30 han superado ya la enfermedad y 20 continúan positivos aunque con un cuadro clínico “estable”. Estas cifras no incluyen los trabajadores infectados, así como los visitantes y el personal de ambulancias que realizó los primeros traslados. De Sanitas surgieron otros brotes en centros de mayores.

Sin fisuras en el equipo de Murga

Murga, a preguntas de los periodistas, ha manifestado asimismo que tiene plena confianza en su equipo y en sus asesores, después de informaciones de 'El Correo' o 'El Independiente' que aludían a discrepancias internas en el Departamento de Salud. Murga ha destacado expresamente su “relación de trabajo” con el director general de Osakidetza, Juan Luis Diego, que no ha comparecido públicamente desde el inicio de la pandemia. “Le he llamado en los últimos días”, ha manifestado sin comprender las “dudas” que están surgiendo a este respecto. Y ha zanjado: “Soy la consejera y tengo capacidad. Si no confío en alguien, lo quitaría”.

Respecto al papel aparentemente secundario del Consejo Asesor de Enfermedades Infecciosas, Murga ha dicho que sigue contando con ellos durante la crisis, aunque ha explicado que ha creado también un órgano de “gestores” para pilotar la reorganización de la Sanidad vasca durante la crisis. La consejera de Salud tiene la “máxima confianza” en todo su equipo, ha recalcado.

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