El Gobierno vasco quiere imponer una ecotasa a las empresas que utilicen los vertederos
El derrumbe del vertedero de Zaldibar ha arrojado luz sobre varias cuestiones, entre ellas la necesidad de cambiar el modelo de gestión de los residuos y apostar de manera más firme por la economía circular. El debate se ha precipitado y el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, ya ha terciado, anunciando la necesidad de imponer una ecotasa a las empresas que recurran a los vertederos. El objetivo es que no les resulte “tan cómodo y tan barato optar por el vertido como hasta ahora”, ha recalcado durante su intervención en la apertura del Basque Ecodesign Meeting, en Bilbao.
De momento y para salvar la situación a corto plazo, el Gobierno vasco ha dado un plazo máximo de dos días a vertederos públicos y privados de Euskadi para que le remitan un “compromiso fehaciente” para acoger parte de los residuos que hasta ahora se trasladaban a Zaldibar y concreten la capacidad que tienen para la recepción inmediata de los desechos.
Pero a la vez, ya ha calado el debate de que la comunidad autónoma tiene que replantear a fondo el modelo de gestión de residuos. De momento, Arriola ha lanzado una medida como la creación de una tasa ecológica de vertido “consistente y disuasoria”. Ha considerado que esa tasa debe ser “finalista” para así ayudar a “potenciar las soluciones tecnológicas y la valorización de los residuos”.
Desde 2010 se ha aumentado un 6% el reciclaje, pero está claro que no es suficiente. “Las empresas deben integrar la gestión de los desechos como un coste de producción. Siempre se va a necesitar vertederos, pero no es aceptable ni sostenible que resulte tan cómo como hasta ahora recurrir al vertido”, ha incidido.
Euskadi es una economía industrial, lo que implica elevadas cantidades de residuos: en torno a 6,3 millones de toneladas anuales, de las que el 60 % es de origen industrial, el 21 % residuos de construcción y demolición y el 19 %, residuos urbanos. De esas toneladas, el 58 % se recicla, el 6 % se traslada a instalaciones de valorización energética y el 37 % se deposita en vertederos.
Entre las medidas para reformular el modelo de gestión, el consejero Arriola ha apostado por “desarrollar un mercado secundario de materiales” para que la valorización de residuos “sea rentable”. También ha apostado por impulsar iniciativas de aprovechamiento que, “aunque supongan un mayor coste económico, redunden en un menor impacto ambiental. Aunque los vertederos no desaparezcan, tienen que ser la última salida una vez agotadas las posibilidades” de reciclaje, valorización o reincorporación al sistema productivo.
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