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La reunión entre el PNV y Rajoy que desbloqueó los presupuestos: “compromiso” sobre el fin del 155 y nada sobre presos de ETA

El PNV pacta con el Gobierno subir las pensiones el 1,6 % en 2018 y según el IPC en 2019

Aitor Guenaga

El líder del PNV, Andoni Ortuzar, sabía perfectamente que en algún momento de la negociación presupuestaria tenía que levantar el veto a pactar con el PP y Rajoy mientras se mantuviera la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Catalunya. La estrategia de encadenarse a esa línea roja, repetida machaconamente desde hace meses, saltó el lunes en La Moncloa en la reunión de tres horas que mantuvo Ortuzar con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y con el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro.

Fuentes peneuvistas aclaran que el encuentro en Madrid se produjo a petición expresa del Gobierno español tras constatar la nueva disposición del PNV. Los peneuvistas habían mandado una señal muy clara la semana pasada toda vez que su dirección decidiera el jueves 19 de abril dar oxígeno a Rajoy y de paso una oportunidad a la negociación al decidir no presentar una enmienda a la totalidad de las Cuentas del Estado para 2018. Era el mismo PNV que ya acordó los presupuestos de 2017 con el PP, pero que había condicionado la reedición del pacto al fin de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Catalunya.

Para entonces, el PNV y el lehendakari, Íñigo Urkullu, ya habían movido ficha con los partidos soberanistas catalanes para explicarles la estrategia con diferentes reuniones a varias bandas. Hasta el portavoz peneuvista en el Congreso, Aitor Esteban, el mismo que ha anunciado este miércoles el acuerdo, se reunió con el aún candidato a presidir la Generalitat, Jordi Sánchez en la prisión de Soto del Real el martes 17 de abril -dos días antes de la decisión de no presentar enmienda a la totalidad. El bien superior a defender por parte de Rajoy era la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, el de los nacionalistas vascos y catalanes, levantar el 155 en Catalunya. El horizonte para Rajoy, la votación definitiva del 24 de mayo. Para los soberanistas catalanes el 22 de mayo, fecha para la que si no había un president libre de cargas legales y un “gobierno efectivo” se volverían a repetir las elecciones en Catalunya.

En este circo de varias pistas, Rajoy le pide a Ortuzar que acuda a La Moncloa el pasado martes para desatascar la negociación presupuestaria. Fueron tres horas de intensa negociación en una reunión en la que también estuvo presente el ministro Cristobal Montoro. La reunión fue dura: “la gente no sabe lo duro que es Montoro en la negociación, cada millón es como arrancarle una uña”, apunta una persona conocedora de los entresijos de la reunión.

Tras tres horas hubo fumata blanca en La Moncloa. Ortuzar sale entonces de escena y, pese a que esta mañana ha estado en el Congreso con los diputados del Grupo vasco, encarga a su hombre en Madrid, Aitor Esteban, oficializar el pacto, del que igual que el pasado año no hay foto alguna.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, entra bajo los focos poco antes de la hora de comer, dando cuenta de la letra pequeña del acuerdo: el Gobierno había aceptado en el encuentro su planteamiento de una subida de todas las pensiones según IPC en 2018 (un 1,6%) y 2019, aparte de la prevista de las pensiones mínimas del 3%. Además, se pactó un retraso hasta 2023 del llamado factor de sostenibilidad que entraba en vigor en enero de 2019 y que supone una rebaja de las pensiones aún sin cuantificar. Finalmente, ambas partes acordaron un incremento para las pensiones de viudedad (un aumento de la base reguladora al 56% en 2018 y al 60% en 2019, ahora está en el 52%).

Rechazo a las enmiendas a la totalidad

Como contrapartida, los preciados cinco diputados del PNV votarán este jueves en contra de todas las enmiendas a la totalidad registradas contra las Cuentas presentadas por el ministro Montoro, incluida la de EH Bildu, que a buen seguro explotará este acuerdo entre Ortuzar y Rajoy para presentar a un PNV “entregado” al PP, al tiempo que sostiene en el poder al “partido más corrupto de Europa”, como ha venido repitiendo la coalición soberanista.

Pero más allá del aspecto crematístico, con una simbología en esta ocasión especial, dado que Bilbao en particular y Euskadi en general han sido la punta de lanza de la batalla de los pensionistas en la calle, estaba también aclarar cómo el PNV había finalmente no solo negociado, sino pactado con el PP de Rajoy con el 155 vigente en Catalunya.

La 'operación levantar el 155' del líder peneuvista, Andoni Ortuzar abre la puerta a una “nueva etapa” política en palabras del presidente del Gobierno si finalmente los soberanistas acuerdan un “Gobierno efectivo” con un candidato 'limpio'. Esa es al menos la promesa que Ortuzar se llevó de La Moncloa. “¿Acto de fe?”, se le pregunta a un alto dirigente peneuvista. Y en el PNV primero se bromea con un “venimos de la democracia cristiana”, pero a la vez presentan el valor de la declaración de Rajoy una vez que se conoce el acuerdo populares peneuvistas. Una declaración de “máxima relevancia” .

Rajoy ha apuntado que “sobre el tema catalán, hay una mayoría importante en la sociedad catalana y española que cree que lo urgente y lo importante es en este momento formar un Gobierno. Formar un Gobierno supone abrir una nueva etapa que tiene sus consecuencias, como un Gobierno que tome las decisiones como tal y un Parlament que funcione; formar un nuevo Gobierno supone el final del artículo 155, tal y como acordó el Senado en su momento; formar un Gobierno supone y debe suponer abrir una etapa de diálogo, primero entre catalanes y luego entre instituciones; y formar un Gobierno supone también cumplir la ley e iniciar una etapa de relación institucional, económica y social que creo que todos los ciudadanos de Catalunya, independientemente de cuál sea su forma de pensar, desean ferviertemente en este momento”. Fin de la cita.

ETA y sus presos y nuevas transferencias, quedan fuera

En la reunión en Moncloa, según fuentes peneuvistas, no se abordó ningún calendario de traspasos para completar el Estatuto de Gernika, algo que el lehendakari Urkullu viene exigiendo a Rajoy desde la pasada legislatura. Y tampoco se trató el tema de los 285 presos de ETA, ni una posible modificación de la política penitenciaria, tras la disolución definitiva de ETA el próximo 4 de mayo en Cambo.

El PP y Rajoy no están dispuestos a abrir ese melón, al menos en estos momentos, ante el temor a que Ciudadanos, al alza en las encuestas, encuentre otro filón para debilitar a un Partido Popular que cada mañana se levanta con un sobresalto, como este miércoles con el vídeo del robo y posterior dimisión de Cristina Cifuentes. O a que parte de su electorado lo pueda interpretar como una cesión a los terroristas ahora que ETA se va a disolver definitivamente tras 60 años de terror sin haber logrado ninguno de sus objetivos y con 285 de sus activistas dispersados por las prisiones de España y Francia.

“No es poco lo logrado”, indican en el PNV, persuadido de que el calendario de nuevos traspasos competenciales y la modificación de la política de dispersión de los presos de ETA “tocará más adelante”.

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