El tribunal de Urología, “indignado” por verse comparado con otras oposiciones “flagrantes” en las que ha habido filtraciones
Los vocales del tribunal de Urología, una de las especialidades médicas de las oposiciones del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) sobre las que recaen sospechas de filtraciones, negaron con rotundidad que fueran partícipes de irregularidades cuando fueron llamados a comparecer en la investigación interna de Osakidetza, un material que ahora ha pasado a manos de la juez del caso, Yolanda Varona y que este periódico está publicando en su integridad. Uno de ellos, Juan Pablo Sanz, llegó a manifestar su indignación por verse etiquetado de “corrupto” y comparado con lo acontecido en otras categorías de la OPE que no concretó pero en las que, a su juicio, lo ocurrido había sido “flagrante” y que “nadie lo puede negar”.
“Tengo que manifestarme indignado. Si esto le llega a Osakidetza, perfecto. Nosotros estamos defendiendo las mejores propuestas para la Sanidad pública vasca. Verme etiquetado como corrupto por partidos, sindicatos y opinión pública... Me da una pena terrible que no se haya hecho una defensa a ultranza de nuestro papel”, protestaba Sanz ante los dos comisionados por Osakidetza para analizar las denuncias de irregularidades, un equipo encabezado por Jorge Lasuen. El facultativo indicó también, sin dar muchos detalles, que esta OPE había sido “mucho más seria” y que algunas personas habían actuado con “insensatez” hasta el punto de “poner en jaque a la Sanidad pública vasca”.
Como Sanz, el doctor Javier Extramiana -que a su vez fue el autor de la parte teórica de la prueba- rechazó que el hecho de que un reducido número de opositores coincidente con el número de destinos en juego lograra notas perfectas o excelentes en la prueba práctica sea un indicador de la existencia de filtraciones, algo que un testigo subraya respecto a los colegas de Extramiana en el hospital universitario de Álava (HUA). Esas personas con resultados tan altos son médicos “técnicamente buenos” mientras que entre los suspendidos se acumulan personas con “poco interés en sacar la oposición”. “Las cosas están bien hechas: se separó a los que realmente sabían”, manifestó en la misma línea el urólogo Antón Arruza, también vocal. “Todo lo que hemos hecho es para que salga lo mejor y lo más justo posible”, abundó la doctora Ana Loizaga.
Los opositores con mejores notas fueron también interrogados por Osakidetza. Todos negaron haber sido beneficiarios de filtraciones. Ni siquiera de “pistas” de cómo iba a ser el examen. No se tomó declaración a otro candidato, Patxi Bandrés. En su caso suspendió y escribió una carta al periódico 'Noticias de Gipuzkoa' con esta reflexión sobre las notas: “Es difícilmente explicable de forma imparcial y sí en una situación de filtración interesada para favorecer a aspirantes por intereses del tribunal, (jefes de servicio), con la finalidad de otorgar puestos a personas determinadas”. A pesar de no tener derecho de réplica en la investigación interna, Arruza le atacó durante su comparecencia: “Me indigna que esta persona nos haya denigrado”. Dijo también que su examen mostraba que no tenía conocimientos de Urología.
“Hay gente que mata cada vez que opera”
Durante su comparecencia, Arruza también realizó otras consideraciones de interés. Se quejó, por ejemplo, de “esa gente que va recorriendo España buscando destinos laborales”. “No siempre es la mejor profesionalmente”, dijo sobre esos opositores de fuera de Osakidetza. Y añadió: “En general, son gente que intenta buscar nuevos destinos porque no encajan ni son capaces de ser buenos profesionales allí donde están. Yo no conocía a las personas, solamente que evidentemente han hecho una carrera y son capaces de estudiarse cinco tomos de lo que sea, pero eso no quiere decir que sean buenos profesionales”. En el análisis estadístico de las notas se ve que, en comparación, esos opositores de fuera tuvieron una nota media mucho más baja en la parte práctica que en la teórica.
Arruza, como colofón a su comparecencia, planteó un cambio en los sistemas de asignación de plazas en las especialidades médicas en busca de un modelo en el que se tenga en cuenta la trayectoria profesional y la opinión de “los que están al pie del cañón” más allá de conocimientos teóricos demostrados en una oposición abierta. Sin embargo, lo hizo con un ejemplo muy peculiar: “A los cirujanos no es que haya que hacerles operar a una persona para saber si saben operar. Pero yo conozco y tengo en mi servicio gente que son unos teóricos perfectísimos que tienen la bibliografía al día y se lo leen todo, pero son absolutamente asesinos quirúrgicamente. Hay gente que he quitado de operar para que no maten cada vez que operan. Porque se muere la gente realmente. Perforada, perdiendo fístulas, ... El que seas listo estudiando no quiere decir que seas bueno operando”.