Más de 100 días de huelga: la lucha contra la precariedad de las trabajadoras de residencias de Gipuzkoa
- Las trabajadoras han querido destacar que se trata de una “huelga de mujeres, una lucha social y feminista”, debido a que los trabajos de cuidados forman parte de un sector mayoritariamente feminizado
Desde el 7 de octubre, las trabajadoras de residencias de la tercera edad de Gipuzkoa, llevan recorriendo a pie toda la comarca para reivindicar un convenio digno y exigir un modelo de cuidados de calidad en los centros, en una marcha que finalizará el próximo 18 de octubre en San Sebastián, ante la Diputación. Las trabajadoras han cumplido 115 días de huelga. Denuncian que “las patronales no muestran ninguna voluntad” de llegar a un acuerdo que ponga fin al conflicto y exigen que la Diputación de Gipuzkoa asuma el acuerdo alcanzado por el sindicato ELA -mayoritario en el sector con cerca de un 70% de representación- con las patronales Adegi y MATIA 2020, para que cumpla así con los compromisos adquiridos en su día.
El sector de las trabajadoras de las residencias reúne a más de 5.000 trabajadoras en Gipuzkoa, en su mayoría mujeres. La brecha salarial que soportan es del 30%, en comparación con los sectores privatizados en los que trabajan hombres, lo que, aseguran, “supone 6.000 euros menos al año”. La negociación para la mejora de las condiciones laborales de estas trabajadoras comenzó en 2017. Sin embargo, a día de hoy, el conflicto no parece tener fácil solución.
La falta de personal en los centros que hace que en ocasiones una única trabajadora se tenga que hacer cargo de más de 20 ancianos, el mal estado de los edificios y la angustia que supone el hecho de que el “negocio” prime ante la calidad y dignidad del trabajo, son algunas de las cuestiones que llevan a las trabajadoras de cuidados de personas de la tercera edad a no tirar la toalla y a seguir con su lucha.
El negocio de las residencias de ancianos
“La Diputación Foral de Gipuzkoa apuesta por impulsar un ámbito de negocio con nuestros mayores para empresarios afines. Impone la precariedad, la desigualdad y la brecha salarial a las trabajadoras del sector y facilita la cartera de clientes para el negocio a las empresas amigas y a partir de ahí, unos ratios absolutamente escasos que traen consigo una calidad asistencial escasa. La ecuación es muy sencilla: financiación pública (más del 90% de camas concertadas en Gipuzkoa) + condiciones de miseria para las trabajadoras del sector + ratios legales bajos (calidad asistencial muy baja) = Negocio seguro”, denuncian fuentes del sindicato ELA.
Esta lucha recuerda a la que sus compañeras en Bizkaia realizaron en 2017, que con 370 días de huelga y tras 2 años de conflicto, se convirtió en la más larga de la historia de Bizkaia. Aquella movilización tuvo un final feliz, al terminar con la firma de un preacuerdo de convenio con Gesca, Elbe y Lares, las tres patronales del sector, en el que se estipula que llegarán a los 1.200 euros de salario neto por 14 pagas en 2020 y a las 1.592 horas anuales en el año 2022. En Álava también ha habido protestas, aunque menos contundentes.
Tanto en aquella ocasión como en esta, las trabajadoras han querido destacar que se trata de una “huelga de mujeres, una lucha social y feminista”, debido a que los trabajos de cuidados forman parte de un sector mayoritariamente feminizado. Por ello, a cada paso que dan durante su macha, tratan de interpelar a los Ayuntamientos de las distintas localidades guipuzcoanas a que se posicionen sobre el conflicto y exigen a la Diputación Foral de Gipuzkoa “que solucione de una vez por todas este conflicto laboral y social, y dignifique las condiciones de trabajo y de vida tanto de las trabajadoras como de las usuarias del sector”.