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Despreciar a Vox, apuntar a Ciudadanos y defender a Casado como “revulsivo” frente al “lastre” de Rajoy: la estrategia del PP de Madrid para conservar la Comunidad

Ángel Garrido y Pablo Casado.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

Encomendados a Pablo Casado, con Ciudadanos en el punto de mira y despreciando a Vox. Son algunas de las claves con las que el PP de Madrid se quiere confabular para mantener el Gobierno regional. Eso sí, y con el ADN popular de siempre: “Bajada de impuestos, libertad de elección en educación y sanidad, liberalismo económico y moderación en lo social”.

Así lo ha defendido Ángel Garrido, el presidente que sustituyó a Cristina Cifuentes en la Puerta del Sol tras el escándalo del máster de la URJC que se llevó por delante a la expresidenta madrileña. Garrido llegó cuando era el último que querían Mariano Rajoy y los suyos, y quiere hacer todo lo posible por quedarse y repetir.

El presidente madrileño tira de datos económicos –“estamos mejor que hace cuatro meses”; de pico y pila, que diría Esperanza Aguirrre –“estamos trabajando mucho y bien, con discreción”– y de la falta de banquillo –“Carmena tampoco era un peso pesado de la política cuando ganó el Ayuntamiento de Madrid”.

“Hoy gana las elecciones quien represente una alternativa seria, creíble, que conozca el terreno”, explica Garrido: “Hemos vivido mucho de estrellas mediáticas más que de políticos. Y en Madrid se puede ganar así, no hace falta estrellas mediáticas para ganar”.

Garrido está en Bruselas para el Comité de las Regiones, donde ha presentado su idea de una asignatura sobre la UE para la ESO; y donde ha denunciado lo que llama “paraísos legales”. Es decir, denunciar que los países no acaten directamente las órdenes de los tribunales españoles para extraditar políticos catalanes fugados.

El presidente madrileño intenta huir de una sombra del pasado de la que no se puede zafar fácilmente el PP de Madrid, acorralado por casos de corrupción y escándalos. “Conseguimos hacer un cambio tranquilo en una situación complicada”, relata en relación a la sucesión de Cifuentes. Lo pasé mal personalmente, pero teníamos que sobreponernos y trabajar. Sobre todo con tranquilidad y estabilidad, que se mantenga la confianza“.

Garrido viene de Cifuentes, era su mano derecha, y de hecho es el jefe del Gobierno pero no tiene mano en el PP de Madrid, que depende directamente de Génova. Aun así, cree que puede ser el candidato. Y, en esa empresa, le preocupa mucho más Ciudadanos que VOX, aunque ambos partidos crecen a costa del PP: “Vox no tiene representación y va a seguir sin tenerla. Tiene un voto respetable, como cualquier ideología, pero no es representativo de nada de la sociedad española. Estamos el 90% en el centro, y el radicalismo y la derecha extrema tienen un espacio reducido. Tenemos que estar en el centro y olvidarnos de los demás. No tenemos ni que parecernos a Vox ni fijarnos en Vox”. ¿Llegarían a acuerdos con Vox? “No va a hacer falta, bastante tengo con negociar con Ciudadanos”.

Garrido entiende que “hay menos espacio para la derecha extrema, y Podemos aparece en un momento de crisis económica, con periodos tristes de corrupción que daban la tormenta perfecta para el populismo. La izquierda radical debería estar en un porcentaje muy pequeño. En Europa hay un movimiento nacionalista y antimigratorio muy fuerte, pero nosotros hemos sido inmunes en periodos más difíciles y hemos sido inmunes a un fenómeno como el de Le Pen. Los condicionantes históricos influyen, de dónde venimos influye”.

Pablo Casado, el día que se presentó como candidato a la presidencia del PP, llamó a recuperar el voto huido hacia Ciudadanos y Vox. Casado, que se presentó como el candidato de las esencias del PP, sigue apelando a recuperar ese voto de la extrema derecha. Pero Garrido no ve contradicciones entre sus palabras y las de Casado: “Lo que dice el presidente nacional es que tenemos que representar a todos, captar votantes de todos los lados, sin perder el centroderecha moderado. Y en eso estamos de acuerdo”.

“Pero donde hemos perdido muchos votos ha sido en el centro, por Ciudadanos”, insiste Garrido: “Tengo que recuperar en el centro, y para eso hay que hacer las políticas moderadas de siempre, fieles a impuestos bajos, libertad de elección en enseñanza, sanidad... Madrid es el mejor escenario de la política de Pablo Casado para España. Ciudadanos no va a sufrir una bajada tan tremenda como Podemos, pero va a bajar. Su única estrategia era el desgaste del PP. Una vez que eso ya no existe y que gobierna el PSOE en España, se ha ido la parte más cómoda. Veo a Rivera más despistado y disperso. Ciudadanos va a bajar, pero creo que vamos a tener que contar con ellos para gobernar”.

“Pablo ha sido un revulsivo en el partido”, asegura el presidente madrileño, “la militancia y los simpatizantes. Teníamos que hacerlo. Rajoy estaba en un desgaste diario y nos lastraba. Pablo parte con posibilidades de ganar”. Y añade: “Pablo está imponiendo su estilo, y los principios lo tenemos claros, 4-5, inamovibles, y el resto depende de la sociedad. Sabe qué funciona y qué no funciona, pero cambiar una inercia de desgaste y de bajada cuesta. El PP no será más de derechas con Casado, no lo comparto, aunque intenta traer el voto de todos, pero el 97% de nuestro voto es de centroderecha, liberales en lo económico y moderado en lo social”.

¿Y los problemas con la URJC que afectan a Casado? “No va a quedar en nada, ya lo han cerrado los tribunales [El Supremo ha rechazado investigar a Pablo Casado por su máster aunque ha visto indicios de ”trato de favor“]. No hay una doble vara de medir entre Cristina [Cifuentes] y Casado, pero aquella persecución mediática que hubo contra ella, rodeada siempre de cámaras... El caso de Casado ha sido muy mediático, pero ya ha concluido por los tribunales”.

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