Un enfrentamiento en el sindicato policial Jupol deriva en el cese de su líder y la creación de una gestora
El sindicato mayoritario en la Policía, Jupol, está dirigido por una gestora desde principios de mayo y celebrará una asamblea extraordinaria la próxima semana. Cinco de los miembros de su Junta Ejecutiva Nacional han decidido cesar al sexto integrante, el secretario general y máximo responsable del sindicato, José María García. Los excolaboradores de García denuncian el golpe de mano que iba a dar con el fin de crear una ejecutiva afín como colofón a un conjunto de decisiones que definen como “autoritarias”. La gota que colmó el vaso fue el hallazgo de unos gastos de García por valor superior a 700 euros que la Junta Ejecutiva considera injustificados.
El afán personalista que denuncian los compañeros de García en la ejecutiva de Jupol les llevó a proponer una nueva Junta con tres secretarías generales nuevas que conformasen un número de puestos impar y acabar así con el voto de calidad del secretario general. La reacción de García fue cesar al secretario de Organización, Aarón Rivero, su principal opositor, y crear cuatro secretarías en lugar de tres, que ocuparían afines al secretario general.
Los cinco miembros de la ejecutiva que votaron el cese de García difundieron un comunicado el pasado 12 de mayo entre los 26.000 afiliados a Jupol en el que anunciaban la creación de una “comisión transitoria” y la convocatoria de una asamblea extraordinaria para el próximo 2 de junio. A la misma están llamados los representantes de 52 comités, que se pronunciarán sobre la destitución del secretario general. Fuentes del sindicato cifran en alrededor de 16 los comités que siguen apoyando a Chema García. En el caso de que la mayoría le repruebe se convocarán elecciones para la elección de una nueva Junta Ejecutiva Nacional.
La decisión de la mayoría de la Junta se ha encontrado con una notificación del presidente del Comité de Garantías, Derechos y Finanzas para que se restituya inmediatamente en el puesto a García, se le devuelvan las llaves del vehículo sindical que utilizaba y el acceso a las cuentas bancarias de Jupol. Estos hechos han motivado escenas de tensión y enfrentamiento en el sindicato, según las fuentes consultadas, que incluyen el cambio de cerraduras en los despachos de la sede.
En la decisión de los opositores ha pesado la situación originada por la sanción impuesta a García por la Dirección General de la Policía en relación a su actividad no declarada en una empresa. García tendrá que dejar su puesto de vocal en el Consejo de la Policía, el órgano de encuentro de Administración y sindicatos, en favor de un sustituto de Jupol que ascenderá de categoría en unos meses, con lo que el sindicato perderá temporalmente una silla en favor de otra central, según fuentes de Jupol.
Chema García fue sancionado con la pérdida de empleo y sueldo durante un año por no comunicar su participación en una empresa de excavaciones y asfaltos con sede en Avilés. El sindicato considera desproporcionado el castigo, pero los miembros de la directiva le reprochan que mintiera asegurando que su relación con la sociedad había concluido en 2018.
elDiario.es ha tenido acceso a una nota interna de representantes provinciales en la que denuncian que las cuentas del sindicato están gestionadas, por decisión exclusiva de García, por una Gestoría cuyo responsable es el socio de la empresa de excavaciones del cesado secretario general. Este periódico se ha puesto en contacto con García para que dé su versión sobre los hechos que han motivado su destitución pero el secretario general cesado no ha atendido el requerimiento.
Los gastos personales del secretario general
En cuanto a los gastos se han encontrado cinco que están bajo el punto de mira de los opositores. Aparece un ticket de la Inspección Técnica de Vehículos de una autocaravana propiedad de García, varias facturas de ropa, otros dos gastos en farmacia y dos entradas de cine. Los miembros de la ejecutiva aseguran que éste no ha sido el detonante de su actuación aunque sí la ha precipitado. García asegura haber pagado con su tarjeta varios de los gastos mencionados, si bien luego fueron cargados al sindicato con la justificación, como en el caso de ropa, de desplazamientos largos fuera de su lugar de residencia.
Una de las características de Jusapol en su nacimiento, que después pasó a denominarse Jupol en Policía y Jucil en Guardia Civil, fue un discurso muy crítico con los sindicatos policiales tradicionales, a los que consideraban un nido de prebendas, reprochándoles haber abandonado las auténticas reinvindicaciones de los agentes. Para Jusapol la subida media de 400 euros netos mensuales del último periodo de Rajoy supone una claudicación ante la Administración de los sindicatos tradicionales.
Con ese discurso, Jupol barrió hace dos años en las elecciones al Consejo de la Policía en la primera ocasión que concurría a esos comicios internos, obteniendo ocho de los 14 vocales. El sindicato policial, al igual que su organización espejo en la Guardia Civil, Jucil, surgen de la plataforma Jusapol, para la “equiparación salarial” con las policías autonómicas. Esta es una exigencia histórica que desembocó en la creación de la asociación coincidiendo con el auge del proceso soberanista en Catalunya.
Todos los sindicatos tradicionales señalaron a Jupol como un sindicato extremista, con reivindicaciones inalcanzables y dedicado a atacarles duramente desde su creación. Las centrales denuncian campañas en las redes sociales, donde policías que defienden los postulados de Jupol realizan ataques concertados a otros sindicalistas, a periodistas o a políticos ocultos tras perfiles anónimos. En otros casos, el “campo de batalla” es real, por ejemplo, los tablones de las comisarías, donde se han vertido graves insultos a candidatos o representantes sindicales de otros sindicatos. Jupol se desvincula oficialmente de esas actuaciones.
Detrás de las pancartas de Jusapol y las organizaciones sindicales y profesionales surgidas de la misma se han venido situando políticos de Ciudadanos y Vox, así como del PP cuando pasó a la oposición. Ha sido sin embargo la formación de Santiago Abascal la que ha ido ganando presencia indiscutible en los actos y reivindicaciones de dichas organizaciones. Desde Jupol insisten en que son “apolíticos” y que plantean sus exigencias de más subidas salariales a todos los partidos. En contradicción con ello, agentes han protagonizado protestas ataviados con parafernalia de Jupol y Jucil frente a la casa de Pablo Iglesias e Irene Montero o en la residencia de Carles Puigdemont en Bélgica.
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