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España Suma: de plataforma para unificar a la derecha a partido de los disidentes de Vox

Jesús Rodriguez-Pachón, el primero a la izquierda de la foto, junto a a un grupo de ex de Vox Barcelona

Carmen Moraga

20 de junio de 2021 21:48 h

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España Suma ha dejado de ser el proyecto estrella de Pablo Casado con el que soñaba absorber a Ciudadanos -e incluso a un sector de la formación de extrema derecha que lidera Santiago Abascal- y ha terminado convirtiéndose oficialmente en un nuevo partido político impulsado por exdirigentes de Vox de Andalucía, al que poco a poco se han ido sumando numerosos cargos de Vox de otras comunidades descontentos con la deriva de su antigua formación. La marca España Suma fue registra en el Ministerio de Interior a finales de diciembre del año pasado aprovechando que los de Casado aún no la habían hecho propia. Hace tan solo unas semanas se han unido al nuevo proyecto un nutrido grupo de disidentes de Vox Barcelona capitaneados por el excoordinador de Terrasa, Jesús Rodríguez-Pachón, que fue purgado recientemente por la dirección nacional -que alegó “pérdida de confianza”- junto con otros cargos considerados como 'díscolos'. Su fulminante destitución desencadenó en Catalunya un rosario de abandonos en solidaridad con él. Solo en Terrassa las cifran en más de 40 afiliados.

Entre los que se marcharon figuran Juan José de la Rosa, coordinador del Vallès oriental, y Alfonso J. Paniagua, coordinador en Barberá del Vallés. La semana pasada dio un portazo el coordinador de Vox en la localidad de Rubí, José María Torrente, que anunció que había presentado su dimisión a Jordi Delafuente, secretario de Organización de la formación de extrema derecha en Barcelona y hombre de confianza del líder en Catalunya, Ignacio Garriga, acentuando con ello la crisis interna que atraviesa el partido de Abascal en la región. Y lo hizo con una dura carta contra la cúpula de Vox, que colgó en el chat de Telegram en el que se relacionan los críticos, en la que denuncia las prácticas de la cúpula del partido contra los que no se amoldan a la estricta disciplina interna. “Vox Barcelona es de todo menos democrático”, inicia su misiva. Según cuenta, “los coordinadores estamos atados de manos asfixiados” y “no hay forma humana de obtener financiación para afrontar pequeñas campañas”, pese a que los críticos aseguran que “Vox es una máquina de conseguir dinero”. También lamenta que los coordinadores “sean elegidos a dedo, en lugar de ser elegidos por los componentes de cada demarcación”, y que les indiquen que deben “relacionarte con los medios” pero, por otro lado, les pidan que “no hagan declaraciones” a los periodistas por su cuenta.

Torrente continúa con sus quejas y sentencia: “Somos carne de cañón, muñecos de trapo de usar y tirar, sólo nos quieren para hacer el trabajo sucio, y luego a la papelera”, para terminar despidiéndose con este consejo a sus compañeros: “Abrid los ojos, no os dejéis engañar”. Por todo ello los críticos creen que “Vox Barcelona es el Titanic y sus dirigentes plataformos son la orquesta de música que sigue tocando pese a que el barco se hunde sin remedio”.

Rodríguez-Pachón confirma esas acusaciones en conversación con elDiario.es. “Lo que está pasando en Vox son muy pocos los que realmente lo saben”. “Tienes que vivirlo para darte cuenta en lo que se está convirtiendo un proyecto al que quienes nos unimos a él lo hicimos con mucha ilusión y en estos escasos años ha cambiado totalmente”, asegura el excoordinador de Terrasa. ¿Qué ocurre en Vox?. “Pues, resumiendo, que no hay en absoluto democracia interna, es el ordeno y mando; que se practica el despotismo; que no se ha respetado el proyecto inicial, traicionando a los que dimos la cara; y que, en definitiva, han terminado acomodándose como el resto de los demás partidos”, desgrana Rodríguez-Pachón, para sentenciar: “Son más de lo mismo que hemos padecido hasta ahora”.

También en Alicante dimitió recientemente el vicesecretario de organización y coordinador de las mesas de toda la provincia, Andrés Íñigo Martínez, como él mismo confirmó en las redes sociales. Su renuncia al cargo se produjo poco después de conocerse la denuncia presentada ante la Fiscalía del Tribunal de Cuentas “por los presuntos delitos de financiación ilegal, blanqueo de capitales, administración desleal, malversación de caudales públicos y organización criminal” por parte del partido Alianza Cívica, una formación de ámbito nacional de reciente creación. La denuncia ha quedado en manos ahora de la Fiscalía de Madrid.

Un partido invadido por los “paracaidistas” de la antigua Plataforma Per Catalunya

A las “purgas” que denuncian todos estos exdirigentes de Vox , especialmente en Barcelona -apuntan-, unen el hecho de que la formación de Abascal “está ahora llena de paracaidistas”, es decir, de dirigentes provenientes de formaciones como la xenófoba Plataforma Per Catalunya –los plataformos, como les llaman despectivamente- que “están dinamitando las bases de Vox” y son a los que achacan la implantación del discurso más radical y de “extrema derecha”, “mensajes que lanzan utilizando un lenguaje que los que nos hemos marchado jamás lo hemos usado ni vamos a usar, como hablar de moros y basura multicultural”, afirma el excoordinador de Terrassa.

España Suma está liderado a nivel nacional por el concejal en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), José Manuel Martínez Ayala, un político con más de 20.000 seguidores en Facebook y que precisamente hace algo más de dos meses fue noticia por cargar contra Vox y anunciar su marcha del partido. Sus dirigentes son conscientes de que es un partido aún “poco conocido”, pese a que se dejaron ver en las dos manifestaciones contra los indultos que se han convocados estos días: la primera en la Delegación del Gobierno en Barcelona, promovida por Ciudadanos; y la segunda la de la Plaza de Colón impulsada por la plataforma de Rosa Díez, Unión 78, y en la que participaron Vox, Ciudadanos y PP, aunque no se dejaron ver juntos. La incorporación del grupo de críticos de Vox Barcelona ha supuesto para el proyecto todo un impulso porque creen que Catalunya es unos de los territorios donde “más falta hace un verdadero partido que realmente plante cara a los independentistas”, según Rodríguez-Pachón, quien a partir de ahora se hará cargo de España Suma en Catalunya.

La nueva formación se define “liberal en el ámbito económico” y cuentan con un decálogo de principios: “Regenerar la pérdida de confianza de los ciudadanos hacia todos los partidos políticos actuales. Acabar con sus privilegios, pero de verdad, no sólo en los discursos, con un funcionamiento interno democrático, transparente y descentralizado”; “Eliminar las duplicidades y sueldos vitalicios”; “Defender la unidad de España y la igualdad de todos los españoles, vivan en la comunidad autónoma que vivan, por lo que resulta imprescindible la devolución de las competencias en sanidad, educación, justicia, empleo, seguridad, vivienda”. También se comprometen a cambiar la ley electoral “para que en todas las elecciones un voto no valga más que otro”; a “defender la labor que realizan los autónomos que serían integrados dentro del Régimen General”; a “constituir la educación gratuita hasta finalizar la universidad, garantizando la educación concertada y la calidad de la pública y con libre elección de los padres así como a ”defendemos una separación de poderes real, los políticos no elegirán a los jueces“ o a garantizar que ”el español es la lengua común de todos los españoles y debe ser especialmente protegida y potenciada. El resto de las lenguas de nuestras regiones son patrimonio nacional y serán fomentadas, pero sin prevalecer nunca frente al español“.

España Suma dice que no derogará la Ley de violencia de género, pero al igual que Vox, propone modificarla por otra de “Violencia Doméstica, con igualdad de penas para hombres y mujeres, como ya ocurre en la mayoría de los países occidentales, protegiendo a colectivos homosexuales hasta ahora ignorados”. A todo esto Rodríguez-Pachón añade que son un partido laico, por lo que apunta que “en temas como el aborto o la eutanasia somos más liberales, más flexibles que Vox, a los que el extremismo les lleva a posiciones que no son lógicas”. “Nosotros no somos de extrema derecha”, sentencia el excoordinador de Terrassa.

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