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El 26M refuerza el plan del PSOE para que Pedro Sánchez gobierne en solitario

Pedro Sánchez en su comparecencia tras el 26M.

Irene Castro

Las elecciones europeas, municipales y europeas del 26 de mayo dejaron en punto muerto las negociaciones para formar Gobierno en España. Pablo Iglesias insistía en la formación de un gobierno de coalición con sillones para Unidas Podemos y el PSOE, que inicialmente se cerró en banda, abrió la puerta a que sucediera, aunque lo circunscribía a lo que pasara en estos comicios. Ahora toca analizar pormenorizadamente los resultados y las posibles alianzas para los gobiernos municipales y autonómicos, pero el PSOE sale reforzado en su intención de gobernar en solitario de acuerdo a su premisa inicial: que dependería del 26M.

Ya a primera hora de este lunes, Ábalos negaba de forma rotunda que los planes de Sánchez pasen por cambiar de socios. “En absoluto”, ha zanjado durante una entrevista en la Cadena Ser. El responsable socialista de Organización ha destacado que lo que sí es prioritario para el PSOE es evitar que la ultraderecha de Vox avance y que la solución es repelerla “a base de acuerdos”.

Sobre si se diluye la idea de un gobierno de coalición ha dicho que siempre han mantenido una misma propuesta, “un gobierno de carácter socialdemócrata abierto a progresistas”. “En eso estamos”, ha asegurado. Este lunes arrancan las negociaciones a nivel estatal, autonómico y municipal.

La triple convocatoria electoral del 26 de mayo, que “determina un marco de gobernabilidad”, en palabras del secretario de Organización del PSOE y hombre fuerte de Pedro Sánchez en el Ejecutivo, ha debilitado la posición de Unidas Podemos en la negociación. Iglesias se ha desplomado, perdiendo casi todos los 'ayuntamientos del cambio' que fueron su gran éxito en 2015. Tampoco es decisivo en comunidades donde sí lo fue hace cuatro años, como Asturias, Castilla-La Mancha o Extremadura, aunque sigue siéndolo en otras como Baleares o La Rioja. En Canarias también, aunque el PSOE puede optar por Coalición Canaria, allanando su apoyo para la investidura.

“Muchas de las formaciones que a nivel nacional tienen una cierta relevancia, no la van a tener en el ámbito municipal. A nivel autonómico, pues sí podrán tener más presencia, pero creo que ni siquiera va a ser la que tuvieron en otro momento”, anticipó Ábalos en una entrevista en eldiario.es.

Fuentes socialistas admiten que la capacidad de presión de Iglesias se reduce porque los resultados del 26M le sitúan en una posición de debilidad para amenazar con una repetición electoral, como sucedió en 2016. En ese momento, Unidos Podemos rechazó el acuerdo de Sánchez con Albert Rivera y la imposibilidad de formar gobierno condujo a unas segundas elecciones en las que Iglesias perdió un millón de votos. “Está como para pedir”, dice un destacado miembro de la dirección del PSOE.

Aunque en Moncloa creen que es pronto para sacar conclusiones definitivas, las fuentes consultadas también enfatizan que Podemos “va a tener mucho lío interno” con este resultado. Las marcas de Podemos perderán todas las alcaldías salvo la de Cádiz, donde 'Kichi' aguanta. Precisamente, la organización en Andalucía se opone a un gobierno en coalición con Sánchez.

Sánchez reúne este lunes a su Ejecutiva para analizar los resultados y para poner en marcha el mecanismo de supervisión de los pactos postelectorales, que tendrán que pasar, no obstante, en grandes ciudades y autonomías por el visto bueno de los militantes a través de consultas. Ferraz se encargará de las conversaciones con el resto de formaciones a través de un equipo negociador que comandará José Luis Ábalos. El PSOE se abre a llegar a acuerdos con Ciudadanos, aunque por ahora ve a Albert Rivera cerrado en banda.

La intención de los socialistas era que, en paralelo, el presidente en funciones pilotara las negociaciones con Iglesias, su hasta ahora socio preferente para la investidura, que se mostró “convencido” de que Unidas Podemos formaría parte del Consejo de Ministros gracias a sus 42 diputados.

Tras el 28A, la dirección del PSOE dejó claro que su intención era seguir gobernando en solitario. “Tenemos un respaldo más que suficiente para ser el timón de este barco que tiene que seguir continuando su rumbo”, expresó la vicepresidenta, Carmen Calvo, horas después de que se cerraran las urnas. Ahora la decisión la tendrá Sánchez, pero en el PSOE ven su aspiración inicial reforzada tras el 26M.

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