Un acercamiento a las “extremas derechas” y cómo responder de la mano del historiador Steven Forti

El autor del libro (segundo por la izquierda) durante el acto en la Fundación Cajasol.

Fermín Cabanillas

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El investigador del Instituto de Historia Contemporánea de la Universidade Nova de Lisboa y profesor asociado en la Universitat Autònoma de Barcelona, Steven Forti, ha analizado en Sevilla algunas de las claves del auge de las “extremas derechas” no solo en España, sino en algunos lugares del mundo como en Estados Unidos con la victoria de Trump.

Son muchos los factores, ha dicho durante un acto organizado por Comisiones Obreras en la sede de la Fundación Cajasol, planteado como un debate con la participación de la directora de elDiario.es Andalucia, Lucrecia Hevia, el periodista de infolibre y escritor, Ángel Munárriz, y el periodista y columnista de La Vanguardia, Carlos Mármol. “Desconfianza, miedo, inseguridad, soledad, necesidad de pertenecer, o la sensación de perder” son algunos de los términos y conceptos que el autor maneja para definir este fenómeno.

Forti, autor del libro ‘Extrema Derecha 2.0’, ha sostenido que “la extrema derecha ha venido para quedarse, aunque podrá tener subidas y bajadas”, pero asegura que “la buena noticia es que se pueden hacer cosas para contrarrestarla”. La clave es “que no hay una varita mágica. Tiene que haber una respuesta multinivel contra ella” por parte de los partidos democráticos, los medios de comunicación, la sociedad organizada, la legislación.

Las razones del auge

En su análisis, hay muchos conceptos a entender a la hora de saber por qué ha tenido este auge, y rechaza, de entrada, solo los motivos económicos o de reacción contra la crisis, porque el auge de Vox no se vio en 2013, “cuando el paro era el 27 %” y, frente a eso, “hay varias razones, que no son excluyentes, y en cada contexto el porcentaje de las razones puede ser distinto”.

“Estas formaciones políticas saben usar muy bien los avances sociales para crispar y polarizar”, ha dicho, como “los inmigrantes, los derechos civiles, los derechos LGTBI, el feminismo o el aborto”, explica. Y han capitalizado el poder de las redes sociales, afirma.

Además, cita como caldo de cultivo de estos partidos que “la desconfianza hacia los políticos está a niveles altísimos. En cualquier encuesta, la gente que confía en los políticos no llega al 20 %; solo las Fuerzas Armadas y la Policía lo superan”.

Con todo, esta extrema derecha, “que ofrece una falsa sensación de protección”, es hija “del confusionismo ideológico existente”, en un presente en el que “la izquierda y la derecha siguen existiendo, pero viven una crisis profunda, y la extrema derecha, que se ha ido transformando en los últimos 70 años, ha sabido coger elementos de otras ideologías para presentarse y formar su proyecto”.

En el debate, entre otros conceptos, Carlos Mármol ha entendido que se capta en la sociedad actual, entre otras cosas, “sobre todo por parte de la izquierda, una incapacidad para entender que los términos o referentes tradicionales, incluso derecha o izquierda, no sirven”, y hay que tener muy en cuenta elementos como el factor edad y género, que en España pesa incluso más que el territorial. Recuerda que Vox se funda en 2013, y “Abascal daba un mitin en Puerta de Jerez con un megáfono él solo, pero en el Parlamento andaluz en 2018 entró escoltado”. Han influido también ejes conceptuales como la xenofobia, fortalecer lo tradicional, la influencia del tema católico o la reacción al debate catalán, asegura el periodista.

Lucrecia Hevia ha puesto el acento en jóvenes que, con la edad justa de votar, tienen un criterio distinto “ante las grandes filosofías que nosotros nos montamos. Simplemente, dicen que votan a Vox porque mola”. Que enlaza con lo que explica Forti en el libro, esa idea de “propuesta revolucionaria, antisistema, cool, que es chulo…”.

El argumento “que viene Vox no va a funcionar”

Hevia entiende, de esta forma, que los miembros de partidos como Vox “son atractivos para los más jóvenes, que los están viendo como una especie de contrapoder,”, y hace un llamamiento a los partidos de cara a buscar el voto joven en próximas citas electorales: “Si usas el argumento de que viene Vox, no va a funcionar”.

Ángel Munárriz apunta además a que la “situación de incertidumbre” actual tampoco a ayuda a pelear contra partidos como Vox, porque “no tenemos escenario de tranquilidad delante. La gente no percibe que el Estado le vaya a dar una garantía, y eso es un caldo de cultivo para el descontento social”.

Para Munárriz, es muy práctico lo que el libro apunta: como “indicar qué se puede hacer” para frenar a la extrema derecha, como que “los medios de comunicación abandonemos la lógica del clickbait”. “Suerte con eso”, ha dicho.

Además, “se habla de Vox y ya se habla de la insuficiente respuesta de la izquierda”, y ha preguntado al escritor si no se están haciendo ya cosas para frenar a Vox: “Si se hiciesen más cosas, no sería el tercer partido en Castilla y León”, dice Forti.

‘Extrema derecha 2.0’ distingue entre extremas derechas y fascismo haciendo un recorrido histórico y comparativo e incide en que este movimiento político es algo distinto. “Y hay que conocerlo para combatirlo”. “Está dejando de raparse la cabeza y cada vez emplea menos el saludo romano; ahora se pone traje y corbata, y, junto al emoji de carita sonriente y el de la taza de café, continúa la cadena de fake news y comparte los titulares con mayor clickbait que le han llegado a través de sus redes sociales para dar los buenos días. Aunque aquella resulta clara y llanamente amenazadora, la nueva versión encierra peligros que pasan fácilmente inadvertidos”.

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