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PP y Vox certifican su nueva etapa de sintonía en el Ayuntamiento de Sevilla con un pacto para las ordenanzas fiscales

Los tres ediles de Vox, cuyos votos permitirán al PP aprobar sus ordenanzas fiscales.

Antonio Morente

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Ya es oficial: PP y Vox han estrenado en el Ayuntamiento de Sevilla una nueva etapa de entendimiento que escora a la derecha la política municipal. Si en el pleno de la semana pasada ya salió adelante la regulación de pisos turísticos tras un pacto entre ambas formaciones, que también se dejó entrever en el respaldo de la formación ultraconservadora a unas modificaciones presupuestarias, ahora hay acuerdo para aprobar la semana que viene las ordenanzas fiscales.

El actual clima de sintonía contrasta con la tormentosa relación que han mantenido desde la toma de posesión de José Luis Sanz (PP) como alcalde, en junio de 2023, pese a que de partida se les consideraba aliados naturales. Pero Vox se sintió estafado al no ser incluido en el gobierno local, lo que le llevó a ir tumbando las principales propuestas de los populares durante este casi año y medio, rematado con un confuso episodio en primavera con la supuesta ruptura de un pacto de gobierno en ciernes.

Pero a la vuelta del verano la situación ha dado un giro radical, y tanto PP como Vox consideran que es la otra parte la que ha cambiado. Lo que es evidente es que Sanz parece haber encontrado un pilar estable para superar su minoría y empezar a desplegar sin dificultades su programa político, cuestión que volverá a ponerse de manifiesto la semana que viene en el pleno que refrendará unas ordenanzas fiscales que el año pasado el PP pactó con el PSOE.

“Frenar las políticas socialistas”

Los de Santiago Abascal no esconden su satisfacción porque, además de apuntarse el tanto de que sus propuestas van a “aliviar” la carga fiscal de los sevillanos, se van a “frenar las políticas socialistas” que a su juicio seguían vigentes merced al pacto del año pasado. El primer paso se ha dado en una Comisión de Hacienda celebrada con carácter extraordinario, en la que han salido adelante enmiendas de Vox como la bonificación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para todas las familias numerosas al margen de su nivel de renta y del valor de su vivienda.

Esto significa en la práctica que de la bonificación del IBI se podrán beneficiar también familias numerosas con viviendas con un valor catastral superior a 100.000 euros. Esta opción ya fue criticada por el Consejo Económico y Social, que considera que son familias que “no precisan” ayuda por el “gran valor” de sus inmuebles.

A esto hay que unir una tercera propuesta que ha recibido el aval del PP, que es la derogación del artículo que grava un 50% el IBI a los pisos vacíos. En Vox están especialmente entusiasmados con esta enmienda, y es que fue una de las que impuso el PSOE el año pasado para su pacto con el PP, aunque a la hora de la verdad Sanz nunca ha llegado a aplicarla. Su portavoz, Cristina Peláez, ha celebrado que así se suaviza “el infierno fiscal al que nos someten socialistas y comunistas”, incidiendo en que su prioridad es “combatir las políticas de izquierda porque son malas para los sevillanos y a la vista está”.

La satisfacción del PP

El delegado de Hacienda, Juan Bueno (PP), ha sacado pecho por su parte con que van a salir adelante unas ordenanzas fiscales diseñadas “para apoyar a las familias numerosas, a los negocios afectados por las obras y a los comercios emblemáticos de Sevilla”. A su juicio, el gobierno local lo que hace es “mantener una política de bonificaciones para quienes más lo necesitan y, al mismo tiempo, seguimos en la senda de la bajada de impuestos, congelando todas las tasas locales y los precios públicos”.

De paso, ha acusado al PSOE de “postureo”, por hacer enmiendas “conscientes de que no podían ser admitidas por razones legales”. Como réplica, los socialistas señalan que el “bipartito Sanz-Vox” va a dar “un rejonazo de muerte” a la progresividad fiscal, esto es, “que contribuyan más a sufragar los servicios públicos quienes más ingresan o más propiedades tienen”. La eliminación del recargo en el IBI para las viviendas desocupadas, junto a la reciente aprobación de la norma sobre pisos turísticos que “abre la puerta” a otras 23.000 licencias más (ahora hay unas 9.700), significa que “queda muy claro que este gobierno está facilitando la especulación con la vivienda”, en palabras del portavoz socialista, Antonio Muñoz.

“Alianza Sanz-Vox”

“El otro gran asunto que conforma la alianza Sanz-Vox” para las ordenanzas fiscales de 2025 es la “paulatina eliminación de la progresividad fiscal”, que el PSOE había marcado como una “auténtica línea roja”. La afirmación va dirigida a la aceptación por el PP de la ya consabida enmienda de Vox que elimina el límite de ingresos y de valor catastral de las propiedades en las bonificaciones en el IBI a las familias numerosas.

A Podemos-IU sí se le han aprobado un par de enmiendas encaminadas a mantener la bonificación para inmuebles en los que se instalen sistemas de aprovechamiento de energía solar, pero adaptando las bonificaciones según el valor catastral. El PP, eso sí, le ha tumbado todas las propuestas que insisten en la progresividad fiscal y no ha tenido en cuenta tampoco su oposición a la eliminación del límite catastral para rebajarle el IBI a las familias numerosas. Las propuestas de la coalición buscaban “una mayor justicia fiscal y proteger a los sectores más vulnerables de la ciudad”, según el concejal Ismael Sánchez (IU).

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