El PSOE vuelve a la oposición municipal en Sevilla enseñando el colmillo al PP
Es norma no escrita que en política se conceda la cortesía de los 100 días de gracia al gobierno de turno, tiempo suficiente para que muestre sus cartas y a partir de ahí empezar el tira y afloja de rigor con la oposición. Pero en el Ayuntamiento de Sevilla el exalcalde socialista, Antonio Muñoz, no le ha dado ni una tregua de 100 segundos al equipo del nuevo regidor, José Luis Sanz (PP), y le ha enseñado los colmillos desde el minuto uno para marcar territorio. Así, lo que debía ser una sesión plenaria de guante blanco –básicamente porque ya estaba todo pactado para la organización del Consistorio– ha servido para vivir el primer intercambio de andanadas del nuevo mandato.
Todos los puntos del orden del día se han aprobado por unanimidad, menos uno que salió adelante con la oposición de Vox, el que actualiza la asignación fija mensual que recibe cada partido como grupo municipal (1.275 euros) y por cada concejal (1.327 euros). Los sueldos de los capitulares, actualizados hace cuatro años, se han incrementado un 9,4% a cuenta del IPC, quedando en 92.440 euros anuales para el alcalde, 78.419 para los concejales con responsabilidades de gobierno y 57.618 para los ediles de la oposición. También se han fijado los salarios del personal directivo, con 69.504 para los coordinadores generales, 64.622 para los directores generales y 58.814 para los responsables de los distritos.
Todo ha discurrido como una balsa de aceite en una sesión que arrancó con la toma de posesión del concejal Ismael Sánchez (IU), que no pudo proceder el día del pleno de investidura tras ser sometido a una intervención quirúrgica. Su compañera y portavoz del grupo que integran ambos, Susana Hornillo (Podemos), hasta ha tenido unas palabras expresando sus “mejores deseos” de que el mandato sea productivo “y dejemos Sevilla mejor de como la encontramos”, mientras que Vox ni hizo uso de la palabra.
Hasta que llegó el turno del PSOE, por el que ha tomado a voz su portavoz y exalcalde, Antonio Muñoz, que ha arrancado admitiendo que lógicamente es muy pronto para analizar la acción de nuevo gobierno, lo que no quita para que “estos primeros días siempre marcan el tono del mandato”. Y a su juicio, los primeros pasos de Sanz como alcalde han estado repletos de la “desorganización e improvisación” de la que abjuró en su toma de posesión: repetición de una junta general de Tussam (la empresa municipal de transportes), mantener a un directivo trabajando 24 horas pese a haberlo cesado, rebaja de los requisitos para ser directivo...
Pero donde ha cargado las tintas Muñoz ha sido en que el gobierno local ha sacado al PSOE de la comisión ejecutiva de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) para meter a Vox. La presencia en esta órgano no deja de ser simbólica, porque no se tiene ni voz ni voto y realmente la oposición donde está presente es en el consejo de la Gerencia, pero para los socialistas es un detalle más que significativo. Reglamentariamente no hay nada establecido, pero la tradición no escrita ha sido hasta ahora que en la comisión ejecutiva esté representado el principal partido de la oposición, como lo ha estado el PP en los últimos años de gobierno del PSOE.
Para los populares, la cuestión es tan sencilla como que el PSOE no había dicho nada de que quería estar en esta comisión, algo que los socialistas daban por hecho. Para Muñoz, en cambio, éste es el primer ejemplo de lo que ya anunció el día del pleno de investidura: el PP no tiene mayoría absoluta y tiene que elegir entre apoyarse en Vox o hacerlo en el PSOE, “y ya han empezado a elegir”. “Nada se otorga en política de manera gratuita”, ha apostillado en tono contundente, por lo que ha demandado explicaciones al equipo de gobierno, y es que a formación de ultraderecha va a estar presente también en las comisiones ejecutivas de las tres empresas públicas municipales: Lipasam, Tussam y Emvisesa.
Al portavoz popular y responsable de Hacienda, Juan Bueno, le ha cogido con el pie cambiado la intervención de Muñoz, que ha definido “entre el nerviosismo y la amenaza”. Ha reconocido que sí, que ha habido “pequeños problemas” en el arranque, pero nada como para llevarse las manos a la cabeza. En lo del cambio del PSOE por Vox en la comisión de Urbanismo no ha entrado (se dio una explicación al terminar el pleno), pero Bueno ha aprovechado ya para meter también su cuña y asegurar que lo que están es enfrascados en poner en marcha un Ayuntamiento “que estaba bloqueado y parado”.
“No pasa nada si nos tranquilizamos”, ha apostillado, un cruce que no ha pasado a mayores pero que no ha dejado de sorprender al tratarse del primer pleno del mandato y con un contenido de escasa trascendencia. Eso sí, ha servido para marcar el tono político de lo que está por venir, con un PSOE que avanza así que parece dispuesto a hacer una oposición dura. Para la tarea, por cierto, Antonio Muñoz ha elegido como escudera a la que fuese su delegada de Hacienda, Sonia Gaya, designada como portavoz adjunta pese a que fue en el número 12 de la lista electoral socialista y que, en un comunicado posterior, ha denunciado que “Sanz ha apuntalado a Vox en el gobierno de Sevilla”.
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