Un enfermo de esclerosis múltiple inicia una campaña para pedir que le dejen morir con dignidad
“Yo soy Luis De Marcos y reivindico el derecho a poder morir dignamente. Hoy soy yo, pero mañana podrías ser tú”. Así pide este madrileño de 50 años, enfermo de esclerosis múltiple desde hace diez años, que le dejen morir. Su situación, que le provoca “dolores insoportables” y le mantienen postrado en una cama con el cuerpo paralizado, se ha agravado en los últimos meses, según relata en la campaña de Facebook que acaba de iniciar, tal y como ha adelantado Cadena Ser.
En la página de la red social, encabezada por una foto en la que aparece rodeado de seres queridos, Luis ha escrito dos publicaciones en las que asegura que desea “abandonar este mundo ya, antes del tiempo que la Naturaleza y, por desgracia, la legislación española me han asignado”.
Afirma que las leyes actuales le obligan a atravesar un calvario que no quiere ni puede aguantar “ya que no permiten acceder a la sedación extrema” que es la única, dice, “que me puede sacar de la tortura que estoy viviendo”. Luis tiene dificultades para hablar y respirar y solo puede mover el cuello y la cabeza. Cada tres o cuatro horas se administra dosis de morfina para intentar calmar los dolores que le provoca la enfermedad.
El hombre denuncia que “el actual protocolo no tiene en cuenta mi criterio, a pesar de estar en pleno uso de razón” y critica que se opte “por parámetros ajenos a mí que deciden someterme a un ensañamiento terapéutico cruel”. “Todos los que pasamos por esta situación sabemos que dependemos del grado de sensibilización del médico que nos toque”.
Según informa Cadena Ser, Luis estuvo ingresado en en el hospital de la Fundación Vianorte Laguna, un centro privado religioso concertado con la Comunidad de Madrid, donde solicitó la sedación terminal. Sin embargo, los médicos se la negaron.
Luis define como “crueles” las leyes vigentes en España, que no consiguieron “mover un ápice” ni Ramón Sampedro, ni José Luis Sagüés, ni José Antonio Arrabal. Este último se suicidó a principios de abril en su casa de Madrid después de que en verano de 2015 le diagnosticaran esclerosis lateral amiotrófica (ELA). José Antonio pedía en un vídeo grabado poco antes de morir la despenalización de la eutanasia y el suicidio asistido: “¿Por qué no podemos acabar con nuestra vida de manera digna si ésta se convierte en un infierno?”, afirmaba en una entrevista que concedió a eldiario.es unos meses antes.
“¿Cuántos más?”
Luis también se dirige a las formaciones políticas, que “con sus peleas infantiles, sus hipócritos intereses, su desidia contagiosa y sus privilegios insoportables” han conseguido que en los últimos años “miles de enfermos desahuciados hayan tenido que pasar por la tesitura de sufrir hasta la extenuación y cometer o hacer cometer delitos, arriesgándose a sufrir envenenamientos y cárceles para sus colaboradores”.
La eutanasia, dice, es “la salida compasiva a un drama indeseado. La sedación extrema decidida por un enfermo es lo mínimo exigible a una sociedad civilizada. ¿Cuántos más, como yo, tendrán que morir de esta manera hasta que las leyes protejan a los enfermos desahuciados”, concluye.
El debate sobre la regulación de la eutanasia ha vuelto a aterrizar en el Congreso de los Diputados después de que Unidos Podemos haya presentado una enmienda a la totalidad a la propuesta de Ciudadanos sobre muerte digna que se debate en la Cámara. Lo hace después de que el pleno rechazara su propuesta sobre despenalización y aceptara la iniciativa de la formación naranja, con el apoyo del PSOE, que quiere establecer un marco de derechos al final de la vida y aplaza el debate sobre la eutanasia.
En la enmienda presentada por Unidos Podemos, el grupo hace algunas renuncias respecto a su proyecto inicial. Excluye como motivo para acceder a la eutanasia o el suicidio asistido “el sufrimiento psicológico insoportable”, que sí incorporaba en un principio, e incorpora otro punto para garantizar los 360 días del año los cuidados paliativos en la asistencia a domicilio.