Madrid contrata como asesor al director de la privatización sanitaria que había destituido
“Tiene derecho a trabajar”. Así ha despachado el consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, el fichaje del recién cesado director de Hospitales, Antonio Burgueño, como su “asesor para redactar informes”. El ya nuevo asesor ha estado en el centro del plan de privatización de servicios sanitarios que ha vivido Madrid desde 2008 y que terminó con la retirada de la última remesa de hospitales subastados y adjudicados a empresas privadas.
La contratación de Burgueño en la consejería -avanzada por El País- se ha conocido poco más de 15 días después de formalizar su salida del Gobierno regional y cuando tiene pendiente declarar como imputado por la primera fase de entrada de empresas en la gestión del sistema sanitario público de la región.
El Boletín Oficial de la Comunidad consignaba el 14 de febrero “cesar a don Antonio Burgueño Carbonell como Director General de Hospitales”. No ha tenido que aguardar mucho para hallar nuevo destino profesional. Prácticamente no le habrá dado tiempo a apuntarse en el paro, porque apenas unos días después de firmar su despido el consejero Rodríguez cambiaba de opinión. Según ha dicho en la Asamblea de Madrid, cree que “el señor Burgueño sabe mucho de sanidad”, por lo que le quiere a su lado, pagado como su asesor personal.
Gracias por los servicios prestados... y bienvenido
El decreto de su salida viene rematado por la frase: “Con agradecimiento de los servicios prestados”. ¿Cuáles servicios? Más allá del día a día de un departamento como el de la Atención Especializada, el ex director y ahora asesor trajo a la Comunidad de Madrid su visión de la colaboración “público-privada” en la asistencia médica.
En 1999, cuando era director médico de la aseguradora Adeslas, Burgueño invitó al entonces ministro de Sanidad, José Manuel Romay Beccaría, a unas jornadas en las que le escuchó decir: “El monopolio lleva a la ineficiencia, circunstancia que se puede corregir si introducimos la competencia entre los centros”. En eso estaba metido Burgueño. Adeslas se encontraba en el desarrollo del llamado modelo Alzira que cede la gestión sanitaria de hospitales públicos a empresas privadas a cambio de un canon económico.
Ese era exactamente el modelo que Esperanza Aguirre comenzó a implantar desde 2008 en Madrid. Para esa fecha, Burgueño había sido fichado como director general del Gobierno del PP en la región. El sistema fue imponiéndose hasta desembocar en el proyecto de privatización de otros seis hospitales ya en funcionamiento, presentado en noviembre de 2012. El mismo que la 'Marea Blanca' ha detenido. El que se llevó por delante al consejero Javier Fernández-Lasquetty y, a rebufo, al director que tenía que ponerlo en marcha: Burgueño. Poco le ha durado el vacío profesional.
Además, Antonio Burgueño está pendiente de declarar como imputado por presunta falsedad documental, prevaricación, cohecho, fraude, y malversación de caudales públicos. en las adjudicaciones de la primera oleada de hospitales cedidos a contratistas en Madrid. La querella de la Asociación de Especialistas AFEM fue confirmada hace poco más de un mes tras superar los recursos de la Comunidad de Madrid, de los imputados y los reiterados esfuerzos de la Fiscalía madrileña para que se desestimara el proceso.La Audiencia Provincial calificó de “impecable” la decisión del magistrado Marcelino Sexmero de investigar los hechos.
Antonio Burgueño no es ajeno a las tareas de asesoramiento a cuenta de los presupuestos sanitarios de la Comunidad de Madrid. Poco antes de incorporarse al Ejecutivo de Aguirre, el directivo estaba redactando un informe de la consultora Prointec acerca de la remodelación de uno de los hospitales públicos de la Comunidad de Madrid (el Universitario de Móstoles). Burgueño dejó la consultora en medio de la redacción de las conclusiones que -en definitiva- aseguraron que sería más conveniente hacer un centro de nueva planta porque permitiría convertirlo en un hospital de colaboracion público-privada. El Universitario de Móstoles nunca vio su remodelación integral hecha una realidad. Eso sí, unos años después, Móstoles, Aguirre, Lasquetty y Burgueño inauguraron un hospital montado con el modelo Alzira y cuyo contrato y gestión sanitaria fue adjudicado a una empresa privada (IDCSalud).