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Ningún partido, tampoco el PP, se opone abiertamente a la legalización del cannabis terapéutico

El cannabis tiene múltiples propiedades médicas.

Daniel Sánchez Caballero

La proposición no de ley para regularizar el cannabis con fines terapéuticos que Ciudadanos registró el pasado lunes en el Congreso no está condenada al fracaso de antemano como previsiblemente habría sucedido con otra composición del parlamento.

La gran novedad es que ninguno de los principales partidos del Congreso va con el “no” por delante. Podemos, el propio Ciudadanos y ERC están abiertamente a favor de legalizar la marihuana para su uso medicinal, según fuentes de los tres partidos. El PNV, el PP y el PSOE muestran una actitud ambigua respecto al tema. aunque los socialistas, sin decirlo abiertamente, parecen decantarse por el sí. “Posiblemente pueda haber un uso medicinal”, explica su portavoz en Sanidad, Jesús María Fernández, que especifica más el cómo que el qué: “Tenemos que evaluar técnicamente cómo se hace la regulación”, sostiene.

Fuentes del PP, el partido históricamente más reacio a la legalización de la marihuana en cualquiera de sus usos, señalan que “habrá que esperar a que se presente la PNL, no hay una postura fijada con este tema” y no van más allá. En 2002 votaron en contra y tumbó dos proposición de PSOE y CiU.

Hace unas semanas, el portavoz y diputado cántabro del PP Eduardo van den Eynde, que padece un cáncer desde hace años, pidió que se legalice.

Se abrió la puerta

Otra cosa es que acabe siendo con la fórmula elegida por el partido naranja o, por cuestiones de oportunidad política, alguna agrupación prefiera apoyar una iniciativa propia (ERC, por ejemplo, ha registrado una para la legalización total, medicinal pero también recreativa). Pero los pacientes que ya la usan –en una situación de absoluta inseguridad tanto médica como legal– están convencidos de que se ha abierto una puerta y que el movimiento ya es imparable.

“Creo que va a salir adelante”, asegura Carola Pérez, presidenta del Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM). “Por urgencia médica tiene que hacerlo”, añade, y explica por qué cree que va a triunfar la vía abierta abierta por Ciudadanos con el apoyo del OECM.

“ERC presentó una propuesta de regulación integral, pero el tema lúdico es mucho más complejo que el sanitario. No hay que mezclarlo, aunque sea la misma planta. Yo tengo que tomar cannabis, no elijo consumirlo. Es una medicina y tiene que haber un médico que lo apruebe”, argumenta.

Actualmente, en España está permitido consumir cannabis solo en ambientes privados (como tu casa) y está penado comprarlo y transportarlo por la vía pública. Se puede cultivar, pero en pequeñas cantidades (que nunca han sido fijadas) y sin que la planta se vea desde la calle tras el endurecimiento que supuso la Ley Mordaza en este sentido.

Un medicamento muy caro

A nivel médico no hay nada. Solo está aprobado y en uso un medicamento basado en el cannabis llamado Sativex. Pero el problema que tiene el Sativex para los enfermos es que tiene una composición muy determinada en cuanto a la presencia de los dos principales principios activos de la planta, el CBD (cannabidiol) y el THC (tetrahidrocannabidol), y no es apto para todos. La PNL de Ciudadanos reconoce esta circunstancia y por eso aboga por abrir esta tercera vía. 

“Yo por ejemplo necesito más THC que CBD porque tengo mucho dolor” crónico, explica Pérez. “En ciertas ocasiones del día necesito cannabis sativa (una modalidad con efectos más energizantes) y por la noche cannabis indica (la variedad más relajante de la planta) para dormir”, explica Pérez. Los niños que consumen cannabis para tratarse, que los hay, toman aceite de CBD, entre otras razones porque este no tiene el efecto psicoactivo por el que es famosa la marihuana. No, el Sativex no sirve a todos. Por no hablar del precio. A 500 euros cada 15 días, al menos con el tratamiento que Pérez necesitaría, para la mayoría acceder al Sativex es poco realista.

Por eso, la PNL de Ciudadanos quiere abrir la ley a que tanto la marihuana propiamente dicha como sus derivados (aceites y preparados) sean legales con fines médicos y avalado su uso por un facultativo. De hecho, desde el OECM siempre recomiendan consumirlo de cualquier manera excepto fumando.

“No es ni más ni menos que un tratamiento médico avalado por la evidencia científica al que los ciudadanos tienen derecho a acceder”, explicó Francisco Igea, diputado naranja y médico de profesión, cuando registró la PNL. Por eso la solicitud irá a la Comisión de Sanidad y a la Comisión Mixta del Estudio del Problema de las Drogas. “No es una pelea política”, argumenta, consciente de que la regulación total con fines lúdicos es una cuestión “mucho más compleja” a la que seguro que se opone el Gobierno (y quizá algún grupo más).

Por las posturas declaradas por los grupos, parece que con la circunscripción al ámbito terapéutico hay más receptividad.

El cannabis es, según algunos investigadores, el más potente antiinflamatorio que existe y tiene efectos antidepresivos, analgésicos, ansiolíticos, antivomitivos y ayuda a proteger el sistema nervioso. Lo consumen “miles de personas” (en un cálculo nada científico del OECM) enfermas de cáncer, esclerosis múltiple, Alzheimer, Parkinson o fribromialgia.

El cannabis con fines terapéuticos es legal en EE UU, Canadá, Israel o Uruguay. Pero también en nuestro entorno: Alemania, Italia, Finlandia, Austria o la República Checa lo han regularizado. Otros como Suiza, Polonia, Croacia o Australia lo tienen en su agenda.

En EE UU, un estudio de la Universidad de Georgia calculaba que los 17 estados donde era legal en 2013 se ahorraron unos 150 millones de euros por la caída del consumo de medicamentos con receta.

La PNL saldrá adelante o no. Aún en caso de hacerlo, este formato de iniciativa parlamentaria no obliga a nada. Solo proponen, generan un debate y le dicen al Gobierno qué piensa el Congreso de un determinado tema. Los pacientes, que consumen ahora en la clandestinidad, destacan que no es poco. 

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