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El terremoto de Ecuador deja a 88.000 niños sin escuela, según Unicef
El devastador terremoto que el pasado sábado asoló Ecuador causando más de 400 muertos ha dejado también a unos 88.000 niños sin escuela, según las primeras estimaciones de Unicef, que ha alertado de que la mitad de los afectados por el seísmo son menores de 20 años.
Así lo ha explicado, en una entrevista a Efe, el representante adjunto de Unicef en España, Jorge Vallés, antes de salir para Ecuador donde esta ONG lidera los grupos de agua, saneamiento y nutrición en algunas de las comunidades más afectadas.
El terremoto de magnitud 7,8 grados en la escala Richter tuvo lugar la tarde del sábado entre las zonas costeras de Cojimíes y Pedernales, en la provincia de Manabí y colindante con la vecina Esmeraldas, que también sintió el impacto de las réplicas.
El Gobierno ecuatoriano ha declarado el estado de emergencia en las provincias más afectadas y el estado de excepción en todo el territorio nacional.
En el epicentro del seísmo, más de la mitad de población afectada es menor de 20 años. “Niños y adultos jóvenes que son los que se llevan la peor parte” en esta catástrofe y cuyos niveles de trauma y afectación psicológica son tremendos, según ha relatado Vallés.
Además, Unicef estima que el terremoto ha destruido “en mayor o menor medida” unas 120 escuelas, lo que deja a 88.000 niños sin colegio, y han detectado a unos 30 menores huérfanos no acompañados “una cifra importante” y que ya han sido puestos en manos de las autoridades nacionales.
El domingo, Unicef ya tenía desplegado sobre el terreno tres equipos especializados; dos en Pedernales y uno en Muisne -dos de los lugares más afectados y con mayor número de muertos y heridos- que se encargan de realizar las primeras evaluaciones para determinar cuáles son las necesidades de la población.
En las primeras horas tras el desastre, esta ONG envió 20.000 tabletas que sirven para potabilizar unos 200.000 litros de agua, 4.500 mosquiteras y 5.300 metros cuadrados de lonas para proteger a los afectados de enfermedades como el zika, dengue, chikungunya o malaria ya que se encuentran en época de lluvias.
Además, desde las sedes de Copenhague y Panamá se van a enviar suministros de agua, productos de higiene, saneamiento y tiendas y espacios para albergar a las personas que han perdido su casa “durante este trauma gravísimo”.
Vallés ha subrayado que las necesidades más urgentes son de agua, higiene y saneamiento, ya que no hay suministro de agua potable y muchas provincias carecen de electricidad.
También se necesitan mantas y equipos de cocina y, lo más importante, “mucha coordinación y organización” para evitar duplicidades y que la ayuda llegue sólo donde se necesita.
Entre estas ayudas está el apoyo psicológico para la población afectada y para los propios voluntarios y cooperantes que trabajan sobre el terreno y que, como consecuencia de las “dramáticas labores de rescate iniciales, se encuentran ”seriamente afectados“ y necesitan reemplazo.
Unicef trabaja en Ecuador con un equipo de entre 23 y 26 personas, además de voluntarios, consultores y un psicólogo y los trabajos realizados en agosto del pasado año, cuando entró en erupción el volcán Cotopaxi, han permitido a esta ONG una respuesta rápida y organizada desde el primer momento.
Para colaborar con Unicef desde España se puede entrar en la web de esta organización o enviar un mensaje de texto con la palabra UNICEF al 38080, que tiene un coste de 4 euros.
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