Una tormenta perfecta de reuniones navideñas y vacunación “floja” dispara los casos de gripe hasta colapsar las urgencias
La gripe no toca techo. Se nota en los centros de salud, en los hospitales, en las farmacias y a pie de calle. Tras años alterada por la pandemia, la situación epidemiológica de este virus ha vuelto esta temporada a dibujar una gráfica parecida, aunque un poco adelantada, a los años previos a 2020. Las celebraciones navideñas han disparado la incidencia, tensionando el sistema, y Sanidad ha convocado el próximo lunes a las comunidades autónomas para “empujar acciones coordinadas que ayuden a desaturar los servicios de salud”, según ha indicado este viernes la ministra Mónica García.
Según los datos del sistema de vigilancia centinela de infección respiratoria aguda, actualizados este jueves, la tasa de gripe en Atención Primaria del 25 al 31 de diciembre fue de 438,3 casos por cada 100.000 habitantes. La incidencia supone un aumento del 76% respecto a la semana anterior, con 249 casos. Del 11 al 17 de diciembre fueron 165,7. Pero estos datos suponen solo la punta de la epidemia, porque no se toman en centros escogidos y no tienen en cuenta a las personas que pasan el proceso gripal en casa.
“Al compararlo con el año pasado, parece que estamos viviendo una situación especial, pero no es un pico extraño frente a la evolución natural antes de la pandemia”, explica José María Molero, portavoz del grupo de infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc). Si esa situación de normalidad precovid se mantiene, los expertos calculan que esta ola de gripe alcanzará su pico en un par de semanas o a finales de enero. “Lo que ocurre es que cuando se produce ese incremento exponencial de casos durante cuatro o seis semanas, el sistema se resiente a nivel de carga y saturación”, reconoce Molero.
“Récords históricos en urgencias”
En las urgencias hospitalarias se están batiendo “récords históricos en asistencias”, indica el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) en Galicia, José Manuel Fandiño, que calcula un aumento de entre el 20% y el 50% en todo el país. “Este incremento se atribuye a las infecciones respiratorias, que son típicas en este periodo. El sincitial está cayendo, la covid se mantiene y se disparó la gripe”, indica. “De media, en el Hospital Universitario de A Coruña, estamos con 100 pacientes más al día que el año pasado, que también fue un periodo tenso”, indica.
La tensión se vive en los hospitales, pero también en los centros de salud. La consulta de Lorenzo Armenteros, en Lugo, es prácticamente monográfica. “La estimación es que casi el 70% de los pacientes que vemos vienen por patologías respiratorias, gripe, covid u otras infecciones típicas del invierno”, aclara. Ese término, “monográfico”, es el que utiliza también Ana Pilar Javierre, desde Madrid. La tasa de infecciones respiratorias agudas en Atención Primaria la semana de Navidad a Año Nuevo fue de 952,9 casos por cada 100.000 habitantes. Y mientras el aumento de gripe fue exponencial, el del conjunto de infecciones respiratorias agudas (IRAs) permite cierto respiro: los siete días previos habían estado en 921,7 casos. En el caso del covid, la tasa en Primaria fue la última semana de 103,2 casos, frente a los 142,1 de la anterior, y la de VRS se situó en los 98,5 casos, 31 menos que siete días antes.
Para Armenteros, que es portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el incremento de la gripe que se está produciendo estas semanas responde a varios factores. Influyen las reuniones familiares propias de estas fechas, y una menor inmunidad de rebaño con un virus que circula libremente. Pero a esto se suma el “olvido” generalizado de las medidas de protección, como la mascarilla, el lavado de manos o la distancia social cuando se presentan síntomas, que tan eficaces se demostraron hace unos pocos años. “No se utiliza ni en los centros de salud, cuando se viene con sintomatología”, señala.
Desde la Semfyc han propuesto implantar medidas de protección extraordinarias en estos espacios para evitar la transmisión de los virus respiratorios: recuperar el uso obligatorio del cubrebocas, la dispensación de geles hidroalcohólicos y establecer zonas de separación y medidas de ventilación en las salas de espera. En la misma línea, las autoridades sanitarias vascas han recomendado, por segunda vez en menos de una semana, el uso de mascarillas. Y el ministerio ha recordado las recomendaciones habituales ante el repunte de gripe y covid-19.
Los expertos consultados señalan también a una campaña “floja” de vacunación contra la gripe. “Todavía no hay datos oficiales, pero lo que se palpa en los centros de salud es que los datos no son tan buenos como en temporadas anteriores”, lamenta Javierre, que es portavoz del grupo de vacunas de la Semfyc. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que reciban el pinchazo al menos el 75% de las personas mayores de 60 años. En las comunidades que sí publican información hay grupos de edad que no superan ese umbral. Es el caso de Galicia, donde solo se han vacunado el 67% de las personas entre 60 y 65 años. En Valencia, por ejemplo, el conseller de sanidad, Marciano Gómez, se ha fotografiado recibiendo el pinchazo. El Servicio Extremeño de Salud ha hecho un llamamiento a la vacunación, ante unos datos que se sitúan en el 54% de los mayores de 60 en el caso de la gripe y del 40% frente al SARS-CoV-2. Y, en Canarias, la Consejería de Sanidad ha reiterado la importancia de la inmunización.
Si había esperanzas en que la crisis sanitaria de 2020 podía concienciar a la población sobre la importancia de las vacunas, la pandemia parece haber provocado el efecto contrario. “Tenemos la percepción de que incluso la vacunación contra la covid-19 está siendo peor que la temporada pasada. Aquí influye la fatiga pandémica, las personas ya tienen cuatro dosis y nos cuesta hacerles ver que necesitan una anual”, reconoce Javierre.
"Ni las autoridades ni los profesionales sanitarios hemos sabido 'vender' bien la gravedad que puede acarrear la gripe, que causa entre 5.000 y 6.000 muertes al año"
Desde la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac) estiman que las coberturas vacunales para gripe no llegan al 50% de las personas de riesgo, principalmente mayores de 60 años, embarazadas, pacientes con determinadas patologías o, por primera vez en todo el territorio, menores de cinco años. “Los motivos pueden ser varios, desde que no ha hecho frío, hasta que hay cierto hartazgo sobre la vacunación por parte de la población. Además, ni las autoridades ni los profesionales sanitarios hemos sabido 'vender' bien la gravedad que puede acarrear la gripe”, admite el presidente de esta sociedad científica, José Antonio Forcada, que recuerda que cada año fallecen a causa de estas infecciones entre 5.000 y 6.000 personas.
La reflexión se ve clara cuando se compara a un mismo grupo de edad y dos vacunas contra dos virus respiratorios. Por primera vez, la campaña de vacunación contra la gripe ha incluido en todas las comunidades a los menores de cinco años y la del sincitial, a los menores de un año. “Así como la de VRS ha sido excelente, porque hemos hablado de la bronquiolitis, que es un cuadro grave y ha hecho que los padres estén muy interesados en proteger a los bebés, con la gripe la percepción es diferente, a pesar de que puede haber unos 30 pequeños que fallecen cada año”, desarrolla Forcada.
La cuestión con los pequeños es que la vacuna contra la gripe les sirve de protección para sí mismos, pero también para su círculo más cercano. “Habitualmente, los niños se contagian cuatro o cinco veces más que los adultos y, cuando se han vacunado, sí hemos visto que la incidencia disminuye”, señala Javierre. Se refiere a Galicia, Murcia y Andalucía, que ya incluyeron a este grupo de edad en la campaña de la temporada pasada, con tasas de cobertura del 51%, del 44% y del 42% respectivamente.
"Deberíamos decirle a la población que, salvo que haya síntomas graves o sean personas de riesgo, no se va a adelantar nada por acudir al centro de salud"
Además de la vacuna, Molero pone el foco en otro problema que asedia al sistema sanitario en estos picos gripales. “No se invierte en asesorar y educar en el manejo de esta enfermedad”, señala. Lo explica él, pero todos los expertos consultados para esta información hacen hincapié en este asunto: “Las administraciones sanitarias, los medios de comunicación y los profesionales deberíamos decirle a la población que, salvo que haya síntomas graves o sean personas de riesgo, no se va a adelantar la recuperación por acudir al centro de salud”.
¿Cuáles son esos síntomas? “Fiebre durante más de cuatro o cinco días, dolor en el pecho o dificultad para respirar”, desarrolla Molero. ¿Para el resto? “Automedicación responsable, con fármacos que han sido efectivos en otras ocasiones, como paracetamol o ibuprofeno, pero en las dosis más bajas”, añade Armenteros. Porque, en la mayoría de los casos, la gripe es un proceso para el que no hay tratamiento, más allá de abordar sus síntomas.
Además, hay otros factores que favorecen la saturación de hospitales y centros de salud. “Hay factores concretos de la organización sanitaria, como que los profesionales también enfermamos o que, como todo el mundo, tenemos días de descanso. Y hay otro problema crónico: muchas personas vienen a la consulta con un catarro, una gripe o una diarrea porque necesitan una baja laboral. En muchos países, el último Portugal, ese paciente puede hacer una declaración responsable y se admite esa baja. Aquí seguimos anclados en un modelo que creemos que se tendría que cambiar y con el que podríamos evitar hasta una cuarta parte de las consultas”, reclama Molero.
“Pésima planificación”
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha reclamado este miércoles al Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas protocolos y medidas preventivas para evitar el colapso del sistema. En concreto, el sindicato asegura que hay una “pésima planificación de los permisos y vacaciones del personal sanitario” y que existe un “déficit de médicos de Atención Primaria” y que “faltan 130.000 profesionales de enfermería, 1.250 matronas, 1.100 pediatras y 44.000 técnicos en cuidados auxiliares de enfermería”, mientras “el Sistema Nacional de Salud prescindió de 43.000 empleos entre septiembre y octubre, según datos de la Seguridad Social”.
Los datos del sistema de vigilancia del Instituto de Salud Carlos III son solo la punta del iceberg de la epidemia de gripe. Hay otra tasa invisible a los registros, pero que deja pistas. Del 18 al 25 de diciembre, que abarca Nochebuena, Navidad y los días previos, que se caracterizan por las reuniones familiares, se vendieron más de un millón de test de antígenos, el triple que la primera semana de ese mismo mes. “Lo que ocurre en las farmacias no deja de ser un reflejo de lo que pasa en las casas. En esta época siempre hay un pico de demanda de medicamentos sin receta, como ibuprofeno y paracetamol (en dosis bajas) y antigripales y ahora los test se han convertido en otro indicador”, explica el director de servicios farmacéuticos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Antonio Blanes. En cualquier caso, esta cifra debe tomarse con cautela: “Hay un factor de corrección del nivel de precaución, por estas jornadas de convivencia”, aclara.
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