Jueces a dedo para el PP
“El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo”
Gabriel García Márquez. Cien años de soledad
Nos distraemos con facilidad. Todos. A veces obligados por la enormidad del lugar hacía el que es obligado dirigir los focos. Otras veces distraídos por la ligereza, por la agilidad del juego de manos de un trilero moviendo sus cubiletes. Nos distraemos, pero mientras, otros no pierden comba. En materia judicial todas estas reflexiones son especialmente válidas y así, mientras todos los redobles de tambor apuntan hacia un lateral de la Plaza de la Villa de París, en la que el Tribunal Supremo desarrolla un juicio explosivo y polémico que atrae todas las miradas, los juegos de malabares en los otros dos extremos de la misma plaza, los ocupados por el Consejo General del Poder Judicial y la Audiencia Nacional, no pierden ocasión para seguir surfeando las normas en apariencia y en fondo y siempre a favor de los mismos.
Muchas veces nos hemos referido a cómo los nombramientos de altos cargos judiciales por parte del CGPJ están viciados de un interés y una politización que acaba creando órganos infectados. Esta denuncia siempre diferencia entre esos cargos y la mayoría de los puestos jurisdiccionales que están sometidos al concurso regido por la antigüedad, de manera que es el escalafón el que determina quien cubre las vacantes y, por tanto, que dificulta sobre manera manipular qué juez estará en cada lugar. Resulta un inconveniente para los intereses y los manejos de muchos, sobre todo en órganos que acumulan la mayor parte de los casos que interesan al poder. Eso sucede, y no les sorprenderá, en la Audiencia Nacional. Por eso voy a salirme hoy del foco del Supremo, para explicarles cómo mientras ni Lesmes ni Espejel, alias querida Concha, ni sus adlateres han perdido el tiempo estos días para lograr colocar a quien han deseado en el tribunal que juzgará los papeles de Bárcenas y todas las demás piezas que quedan de la Gürtel y también en el juzgado en el que se instruye el caso Villarejo y todas las derivadas como el espionaje del BBVA, el caso Lezo y la Púnica entre otras jugosas causas.
Hubo muchos candidatos para esos puestos a dedo. A fin de cuentas, en la AN ya no se corre el riesgo de que te maten -lo que reducía mucho las ganas de postularse- y, sin embargo, existen grandes posibilidades de que los focos se posen en ti y en tu carrera. Como les digo, toda la chicha judicial está en los alrededores. Esto es lo que le ha pasado a la magistrada Maria Fernanda García, quien hace un año declaraba al diario Jaén, “Tengo la inquietud de progresar”,y que al parecer la ha encauzado tan bien que meses después ha pasado a ser la ponente de todas las causas de Gürtel que están pendientes de enjuiciamiento. ¡Que tomen nota todos los sufridos jueces enterrados en sentencias y cuyo número de escalafón, como el de María Fernanda (el 1.994) no les daría desde luego para ese vertiginoso giro! Quien no tiene padrinos, no se bautiza. Ella ha sido preferida a su competidora más directa, Teresa Quesada, que está en el puesto 695 ¡pero que son 1300 puestos en antigüedad! Y es que, según le relata Concepción Espejel a la Permanente de Lesmes, lo importante en estos casos no es la antigüedad, que es experiencia, sino que su candidata preferida ya ha manejado materias que son competencia de la Audiencia Nacional como... Menores. Sí, han leído bien. Menores. Cierto es que la AN tiene un juzgado de Menores del que ¿recuerdan su último caso? Menores.
Así que Espejel pone en primer lugar a su candidata, Lesmes y su clan restringido lo aprueban -o a la inversa, que también podría ser- e inmediatamente ésta adscribe a su nuevo fichaje a la Sección Segunda, la que tiene todos los casos Gürtel y dicta este viernes una providencia para meterla en esos tribunales y nombrarla ponente de los Papeles de Bárcenas. Todo de una tacada. Esta maniobra supone, como muy bien decía ayer la periodista Alicia Gutiérrez, el séptimo cambio de tribunal para esa causa. El séptimo. Para meter a la nueva, Espejel ha tenido que sacar fuera a un magistrado con plaza en la Sala, Fernando Andreu, como también se arregló para sacar a José Ricardo de Prada, ponente de la sentencia que precipitó la caída del Gobierno Rajoy. Ambos progresistas, pura casualidad, y bestias negras para el PP.
Espero que no se hayan perdido, porque no es la única jugada que nos han hecho detrás del telón. Hay otro movimiento en el Juzgado Central número 6, el que lleva el Caso Villarejo y el Caso Lezo y el espionaje del BBVA y tantas otras cosas. Tantas, que el juez que tuvo que volver de Roma -Nacho González, dixit- está agobiado y precisado de ayudas que también se buscan por la vía de la comisión a dedo.
Después de la misteriosa salida de su refuerzo Diego de Egea, justito justito cuando se filtró que estaba estudiando dejar en libertad a Villarejo, se volvieron a pedir voluntarios para ir a ese juzgado. Fíjense bien, se piden voluntarios para puestos a dedo en juzgados que ya sabemos qué casos llevan. Lo mismo que antes.
En esta ocasión también se han nombrado a otro bisoño miembro de la conservadora APM, con unos diez años en la carrera judicial, y que durante los mismos fue propulsado directamente a puestos,también a dedo, como jefe de la Sección de Personal del CGPJ. Poco tiempo ha pasado en el juzgado de Fuenlabrada en el que está como JAT,o sea, sin puesto en propiedad. Debe ser otro caso claro de los que tienen “inquietud por progresar”, porque le ha ganado la designación para el refuerzo a Rosa Freire, una magistrada con 29 años de experiencia pero que tal vez tiene la pega, tal vez, de haber sido la instructora del caso de la destrucción de los ordenadores del PP a martillazos que ha conseguido llevarlo hasta su enjuiciamiento.
Para hacer esta elección, alegan que Abascal ya estuvo seis meses de refuerzo en ese juzgado, y que lo conoce, pero es que cuando le nombraron la primera vez debió ser por su cara bonita, porque no existía ese mérito que alegar. Total, que la Freire lo va impugnar, a ver que le dice el Supremo pero mientras, Abascal está en el sitio donde le quieren tener. El chico iba en las listas para vocal de la fallida renovación del CGPJ y, qué quieren, puestos a no estar en un costado de la Plaza de la Villa de París, tampoco está mal el otro. Todo es el cogollo.
Espero que no se hayan perdido. Es todo muy sencillo. Siempre encuentra fanfarrias jurídicas y pantallas reglamentarias para justificar lo que desean. Actúan en un mundo en el que ni el resto de la carrera judicial repara, ¡los pobres, bastante tienen con sobrevivir a su chinificación continua!, y sobre el que es difícil poner el foco ante los ciudadanos, por su complejidad y enrevesamiento.
Son las puertas de atrás. Esas por las que se controla. A veces va un bocazas y lo escribe en un mensaje y estalla, pero ha pasado y sigue pasando. Curiosamente a favor de los mismos. Los que mandan. Los de siempre. Ahora sigamos dejando que nos cieguen las luces. Eso al menos, nos entretiene.