Málaga: casi dos años para habilitar un lugar de acogida para los migrantes rescatados
El número de migrantes llegados al Puerto de Málaga en pateras se ha duplicado en el último año. Las cifras no alcanzan las que se registran en la costa de Cádiz, pero sí han llevado a los recursos de las ONG al límite. Pese a que todas las fuentes consultadas coinciden en que se trata de una situación prevista desde hace muchos meses, la ciudad sigue sin un centro donde acoger a los recién rescatados del mar. Hace casi dos años que Cruz Roja y los abogados que asisten a los migrantes reclaman una instalación en el puerto, y sólo han conseguido anuncios de las autoridades de que se hará pronto.
Lo último ha sido el rechazo del Pleno municipal a la instalación provisional de un centro para alojar migrantes pasadas las primeras 72 horas en el parque de bomberos de Campanillas, sin uso ni equipamiento desde que se construyó en 2008, como explicó este medio. Esta opción era bien vista a priori por las ONG. El equipo de gobierno del PP había presentado la propuesta, que fue rechazada por toda la oposición: PSOE, Ciudadanos, Málaga para la Gente-IU, Málaga Ahora y el concejal no adscrito (vinculado a Podemos) votaron en contra.
La oposición justificó su voto en que el parque debe prestar un servicio de bomberos. “No es el lugar adecuado. Ese lugar debe ser para los 15 o 20 bomberos que ustedes prometieron en 2011. Para eso se construyó”, destacó Remedios Ramos, concejala de Málaga para la Gente. Desde hace dos años los bomberos municipales reclaman la reposición de personal y más medios, como el parque de Campanillas, un barrio donde viven 20.000 vecinos y que aloja el Parque Tecnológico. El PP acusó a los partidos de la oposición de priorizar intereses electorales.
Sin instalaciones fijas en el puerto
Sin instalaciones fijas en el puertoPor su parte, Cruz Roja y los abogados vienen reclamando desde enero de 2017 que se construya una instalación en el puerto que permita ofrecer una primera acogida “digna”. En la decisión intervienen la Policía, la Guardia Civil, subdelegación de Gobierno y el propio Puerto de Málaga. Titulares en los periódicos ha habido muchos. La escuela de arquitectura llegó a organizar un concurso en el que sus alumnos presentaron ideas al puerto. Luego se barajó la cesión de un antiguo almacén. En mayo de este año se anunció que la infraestructura tenía financiación estatal y que abriría en dos o tres meses. A finales de junio, el Puerto cedió por fin una parcela de 400 metros cuadrados, pero la instalación sigue sin existir.
Los abogados, organizados en un turno especial, sí han logrado que la asistencia jurídica deje de prestarse recién desembarcados los migrantes para prestarla en comisaría, pasadas unas horas. “Hacíamos la entrevista de pie, a las 4 de la mañana, con el policía al lado y el traductor con varios a la vez. Dijimos que eso no podía a ser”, comenta Álvaro García, presidente de la subcomisión de Extranjería del colegio de abogados. En cambio, sigue sin facilitarse la labor de los reporteros gráficos, pese a las quejas del Sindicato de Periodistas de Andalucía.
Por ahora, los migrantes reciben la primera atención sanitaria en carpas montadas para la ocasión en el Puerto de Málaga, alejados de la vista de los turistas, y luego son retenidos hasta 72 horas por la Policía en pabellones deportivos municipales, desde donde se les lleva a la Comisaría central para su identificación y registro.
Francisco Cansino, coordinador de CEAR en Málaga, opina que un pabellón de deportes no es lugar adecuado para dar acogida y advierte de las dificultades logísticas cuando retomen su actividad habitual, en septiembre. En la misma línea, Francisco José Guerrero, portavoz de APDHA en la ciudad, denuncia que no cumplen con los protocolos mínimos de seguridad. El propio concejal de Derechos Sociales, Raúl Jiménez, admitió en el Pleno que los pabellones “no tienen las mínimas condiciones de higiene” y que los migrantes salen de ellos “en autobuses sin un trabajo social y de reagrupación familiar”.
2.187 rescatados en Málaga en lo que va de año, el doble que en 2017
2.187 rescatados en Málaga en lo que va de año, el doble que en 2017Entre tanto, las llegadas se han multiplicado. Según los datos de Cruz Roja, que presta la primera asistencia, del 1 de enero al 30 de julio de este año habían llegado al puerto de Málaga 2.187 rescatados. De enero a julio de 2017 la cifra era de 924 personas. En junio y julio de 2018, los rescatados fueron 1.348, por 422 en el mismo periodo de 2017. Unas 25 personas, entre técnicos y voluntarios, se movilizan en cada llegada.
Estas cifras son el reflejo de lo que ha ocurrido en la costa andaluza y, en general, en la llamada Frontera Sur. Según los datos de ACNUR, actualizados a 30 de julio, 23.785 personas han llegado a las costas españolas (incluyendo Ceuta y Melilla) en lo que va de 2018. De ese total, 21.776 llegaron a las costas andaluzas: 9.674 llegaron en julio, 7.313 en junio y 3.937 en mayo. La cifra contrasta con los 1.308 que llegaron en mayo de 2017. A estos datos se suma un drama menos visible: los ahogados en la ruta del oeste son unos 300, sólo en los seis primeros meses del año. Más que en todo el año pasado.
María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España, señala que el incremento ha sido “paulatino” en los últimos tres años, y más visible en los últimos meses. Hace año y medio, ACNUR creó equipos para la costa sur ante la previsión de un aumento de las llegadas. Por el contrario, las autoridades no establecieron los protocolos de actuación. “Llevamos años planteando a las autoridades la necesidad de una estrategia nacional y una respuesta coordinada para la gestión de estos flujos. Esto no ha surgido hace un mes o dos”, lamenta Vega.
ACNUR ve necesario habilitar centros con equipos multidisciplinares para realizar el registro e identificar las necesidades protección en caso de refugiados, menores o víctimas de trata, en lugar de “atomizar” la atención. “Vemos que hay situaciones que superan las capacidades de los actores en primera línea y se funciona con improvisación”, señala la portavoz de la agencia de la ONU, que pide “prudencia con la narrativa”: “En Grecia en 2015 cada cuatro días llegaban 5.000 o 6.000 personas cada día. Hablamos de 27.000 personas en un país de 46.5 millones de habitantes”.
Falta de previsión y de coordinación
Falta de previsión y de coordinaciónSus críticas a la “improvisación” coinciden con las que formulan las ONG de Málaga. “Creo que ha habido una falta de previsión, esto se sabía, no es ninguna sorpresa”, opina Francisco Cansino, coordinador de CEAR en Málaga. Su organización tiene asignada la primera acogida en Málaga. Es decir, aloja a los solicitantes de asilo antes de que se les asigne una acogida definitiva.
CEAR los hospeda en hostales, y el viernes 24 de julio llegó a ocupar más de 200 habitaciones. Lo ideal es que esta fase de primera acogida sea breve, y que el ministerio asigne plazas definitivas (de hasta seis meses) con celeridad, para liberar plazas de primera acogida para recién llegados. “Cuando una patera llega hay que esperar identificación, luego Policía nos llama y nos dice ”hay 40 solicitantes de asilo“ y en un ratito hay que buscar 40 habitaciones. Nos hemos visto con el agua al cuello”.
La falta de coordinación también existe entre ciudades. Nadie en Málaga sabía que la Policía o el ayuntamiento metieron a 50 migrantes en un autobús en Algeciras, con destino a la capital de la Costa del Sol. Pasaron la noche en la estación sin que nadie les atendiera, y a la mañana siguiente fueron atendidos en el albergue municipal.
“Si en vez de tener aquí a 45 bomberos tuviésemos aquí a los 45 inmigrantes que soltaron desde Algeciras a Málaga sin ducha ni comida durante cinco días, que se tiraron a los bollos de pan en el albergue municipal, otro gallo cantaría”, dijo el concejal Jiménez en el Pleno. “El ayuntamiento está dando respuesta como buenamente puede, en tanto no haya una solución estructural”, explica un portavoz municipal. Como no hay sitio en el albergue esa misma tarde fueron reenviados a Barcelona.