La Rinconada, de la Edad de Bronce a un pueblo de altos vuelos
La Rinconada, a tan solo 11 kilómetros de Sevilla y rozando los 40.000 habitantes, se ha convertido con el paso de los años en algo más que un pueblo dormitorio. En sus 140 kilómetros cuadrados se encuentra no solo el núcleo principal y el de San José de La Rinconada o Tarazona, entre otros, sino polígonos que cuentan con empresas de la importancia de Coca Cola o el aeropuerto de San Pablo.
Es, por lo tanto, un pueblo de altos vuelos, cuyos primeros vestigios arqueológicos hay que buscarlos en un asentamiento en el cerro Macareno que duró desde finales de la Edad del Bronce hasta comienzos de la romanización. A finales del siglo I a. C. los habitantes abandonaron dicho cerro por el cambio de ruta del río, que pasaba junto a la zona.
Hoy día, en el municipio existen el polígono industrial Los Espartales y el de Aerópolis, dedicado en exclusiva a la industria aeronáutica y aeroespacial.
Otro de sus valores en alza es la Agricultura, con más de 6.000 hectáreas de cultivos herbáceos, con el algodón, la avena, los naranjos o la patata entre sus principales cultivos.
“Una ciudad para vivir”
El pleno Estado de Alarma en medio de la crisis sanitaria por el Coronavirus, el alcalde de La Rinconada, Javier Fernández, ha puesto en valor el trabajo de las administraciones locales y su importancia capital en la gestión de la pandemia. El regidor rinconero ha defendido que “no se puede vaciar de competencias a los ayuntamientos, hay que contar con ellos en estos difíciles momentos porque no podemos olvidar que son la primera puerta a la que llaman los vecinos”. Fernández ha querido con ello reivindicar “el papel que administraciones, como la de La Rinconada, juegan en medio de la crisis del Covid-19, así como su implicación para tratar de solucionar el día a día de la gente”.
El crecimiento de La Rinconada en los últimos 40 años tiene algunos matices llamativos, como los 26.000 habitantes de la pedanía de San José, por 10.000 del núcleo principal. Poner suelo industrial a disposición de las empresas ha sido clave para ese crecimiento, que hace que el Ayuntamiento pueda manejar un presupuesto anual de más de 45 millones de euros.
Su alcalde, el socialista Javier Fernández, pone el acento en la necesidad de que el pueblo mantenga su nivel de servicios cuando pase la actual tormenta: “En medio de la crisis sanitaria, al igual que hicimos durante la peor crisis económica de la historia de la democracia, estamos trabajando para que, una vez pase el estado de alerta, estar lo mejor posicionados posibles para impulsar la recuperación y el desarrollo, dando respuestas a la ciudadanía, que siempre encontrará el su ayuntamiento la mano tendida para tirar del carro”.
En este sentido, ha resaltado la importancia en el desarrollo económico de la localidad del polo logístico que se está construyendo en Majarabique y del parque aeronáutico ‘Aerópolis’: “Seguimos planificando y desarrollando nuestros principales motores económicos con la idea de que una vez remita la pandemia y se levante el Estado de Alarma estar en disposición de dar un gran impulso al desarrollo en la localidad”.
Una ciudad para caminar
A pesar de su extensión, La Rinconada sigue siendo un lugar para caminar, y eso ha sido reconocido a nivel nacional. Junto con Valencia y Bilbao se ha adjudicado el Premio ‘Ciudades que Caminan 2020’, destinado a primer proyectos de alto interés en favor de la movilidad peatonal, destacando en términos generales las peatonalizaciones de espacios públicos, lo cual, desde la Red de Ciudades que Caminan se entiende como una apuesta clara por la devolución al peatón de este tipo de lugares tradicionalmente asociados a las relaciones y actividades sociales.
La Rinconada fue reconocida en la categoría de ‘Ciudades Medias’, por su visión global de las transformaciones presentadas, dentro del proyecto de remodelación del centro histórico de los núcleos de La Rinconada y San José, que se extiende también a otras vías del municipio, por lo que afectan a amplias zonas de la ciudad, impulsando acciones urbanas dirigidas a fomentar el predominio peatonal.
En el pueblo, una de las claves para su crecimiento ha sido no ser solo una ciudad dormitorio. Con ese espíritu entró de lleno en el siglo XXI, en busca de nuevos retos.
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