Bengalas, armas y esvásticas en los aledaños del estadio del Málaga: los vecinos se plantan ante los ultras
Cada 15 días, los vecinos del barrio de La Roca (Málaga) soportan un botellón junto a sus casas a plena luz del día. Lo protagonizan aficionados radicales en la previa de los partidos que el Málaga juega como local en el cercano estadio de La Rosaleda, y en las últimas semanas incluyen cánticos, cohetes y petardos, pintadas de contenido fascista, orines y amenazas a estos vecinos, que han llevado su denuncia al ayuntamiento. Viven con miedo, pero el consistorio replica que la competencia para atajar estas actitudes recae sobre la Policía Nacional y, por tanto, sobre la Subdelegación del Gobierno, por tratarse de episodios circunscritos a la celebración de eventos deportivos.
Este domingo, los aficionados se reunieron pronto. El Málaga jugaba contra el Recreativo de Huelva a las 12:00 del mediodía, y empezaron a llegar a primera hora, a pesar de que las quejas vecinales se han intensificado en las últimas semanas. “¡Del barrio de La Roca no nos moverán!”, coreaban en un grupo de unas cien personas, la mayoría vestidos de negro, autoidentificados como del Frente Bokerón, según se observa en un vídeo al que ha tenido acceso este medio. También insultaron a Daniel Pérez, portavoz del grupo socialista en el ayuntamiento.
Por primera vez, la Policía intervino levantando nueve actas de sanción: cinco de ellas por tenencia de armas, tres por droga y una por desobediencia, según fuentes desde Subdelegación de Gobierno, que explican que se estableció un dispositivo de control por “la preocupación de los vecinos” y a instancias del grupo municipal del PSOE.
“Llevamos años padeciendo esto, décadas, pero últimamente se ha agravado, no sé por qué, y ya no se puede consentir”, explica a elDiario.es Antonio Delgado, vicepresidente de la Comunidad de Propietarios de La Roca, quien este lunes ha acudido a denunciar la situación ante la Comisión de Seguridad del ayuntamiento de Málaga.
Bengalas y orines en la plaza
Situado en la zona norte de la ciudad, el barrio de La Roca está conformado por una decena de edificios entre siete y diez metros de altura dispuestos en forma de manzana cerrada, donde viven unos 300 vecinos. Un lugar recogido apenas a doscientos metros de La Rosaleda, con una plaza central que ultras del Málaga agrupados históricamente en torno al Frente Bokerón usan para reunirse antes de los partidos.
Allí beben, cantan y, en las últimas fechas, lanzan petardos y cohetes. “Es un infierno. Los tiran debajo de las terrazas, y el miedo es que le peguen fuego al edificio”, dice el portavoz vecinal. Se trata de un barrio con árboles de gran altura que apenas se podan y llegan hasta la cuarta o quinta planta.
Pero no es solo la plaza, es todo el entorno. Los vecinos cuentan que los días de partido pueden reunirse 500 o más personas en el lugar. Empiezan a beber pronto, y lo hacen durante horas, de modo que acaban orinando en la vía pública. Suele haber una dotación policial de al menos dos furgones, que observan desde la distancia si no hay incidentes. El lanzamiento de petardos o bengalas en el pasado no ha sido suficiente para que intervengan. La Policía Local ni siquiera está. Y los servicios de limpieza tampoco intervienen después de las concentraciones, según Delgado: “Hasta ahora, nunca. Hoy nos han dicho que van a venir”.
Existe el riesgo añadido de que una chispa acabe provocando un enfrentamiento directo. Los radicales ya han advertido de que pretenden quedarse. De su paso por la zona dejan constancia un puñado de pintadas. Esvásticas, cruces celtas y lemas como “La Roca es fascista” o “Con nosotros quien quiera, contra nosotros quien pueda” forman ya parte del paisaje.
No es la primera vez que radicales supuestamente aficionados del Málaga CF están bajo el foco. “Esto no es consecuencia de una actividad deportiva, sino de que no se le han parado los pies al Frente Bokerón y a los grupos ultra”, ha señalado Toni Morillas, portavoz de Con Andalucía, quien ha recordado que en estos grupos hay conocidos neonazis, alguno de ellos implicados en el asesinato de Pablo Podadera, al que mataron de un salvaje puñetazo por la espalda mientras trataba de mediar en una discusión a la puerta de una sala de fiestas.
En otras ocasiones, estos mismos neonazis han protagonizado altercados en la caseta del Sindicato de Estudiantes (en 2022) o en el local del mismo sindicato (en 2014), sin consecuencias penales.
Discrepancias sobre las competencias
El ayuntamiento subraya que la competencia en materia de seguridad relacionada con eventos deportivos recae sobre la Policía Nacional, y que poco más puede hacer que coordinarse y ofrecer una fanzone para la que ya habría encontrado ubicación. Recuerda que la Ley del Deporte y el reglamento que la desarrolla atribuye a la Policía la posibilidad de establecer un dispositivo de seguridad específico para “afrontar los movimientos de violencia, tanto en el interior como en el exterior del recinto y zonas adyacentes”.
Estas explicaciones no convencen a los vecinos, que creen que aquí se trata de otra cosa y que, en todo caso, piden implicación al consistorio para exigir a la Policía que actúe. “La responsabilidad de que se efectúen botellones en la vía pública, con varios cientos de personas durante horas es del ayuntamiento. Hay vecinos que tienen su dormitorio a 10 metros”, ha protestado Delgado en la Comisión de Seguridad del ayuntamiento de Málaga.
Allí, el concejal Avelino Barrionuevo (PP) ha reconocido el problema, que ya se ha abordado en varias reuniones técnicas con la Policía Nacional, pero se ha defendido acusando al PSOE de “confundir a los vecinos” y ha acabado apelando a la convivencia entre “vecinos y afición”.
“Los vecinos tienen miedo en sus propias casas”, ha protestado Salvador Trujillo, concejal socialista, quien ha pedido al ayuntamiento que haga algo y ha acusado al equipo de gobierno de “no tomar en serio” la denuncia hasta ahora. “Han cruzado una línea roja. Nosotros estamos en contra de cualquier manifestación de fascismo, nazismo o violencia. ¿El equipo de gobierno dónde está?”. En la misma línea se ha pronunciado Toni Morillas, que ha pedido un pronunciamiento “claro y nítido” contra los “grupos de ideología fascista que usan los eventos deportivos para propagar su discurso de odio”.
Finalmente, se ha aprobado por unanimidad condenar los insultos al portavoz socialista y aumentar la dotación de vigilancia policial, sin determinar, y el equipo de gobierno del PP ha rechazado elaborar un plan especial de seguridad para la zona, así como constituir una mesa técnica de seguridad para los días de grandes eventos en La Rosaleda.
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