Una gota de agua para el nuevo CaixaForum Málaga

En tiempos de sequía, una gota de agua. Este es el diseño elegido para el nuevo CaixaForum que, si todo discurre como está previsto, se inaugurará en Málaga a finales de 2026 tras algo más de dos años de obras. El proyecto arquitectónico, presentado este jueves, dotará a la ciudad de un espacio que añadirá seis exposiciones anuales multidisciplinares (arquitectura, pintura, divulgación científica…) y 1.500 actividades a la pujante actividad cultural de Málaga. El objetivo no es tanto colocar al CaixaForum en la amplia oferta del turismo de museos, sino integrarlo en la oferta cultural local, en línea con el perfil de los que ya existen en España.

El de Málaga será el séptimo, tras los de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Palma. La capital de la Costa del Sol es, hasta ahora, la única de las seis más pobladas que no cuenta con un CaixaForum. El pasado marzo se anunció que pronto tendrá uno, y este jueves se ha desvelado cómo será el espacio: la propuesta de Pich Arquitects ha sido elegida entre las nueve candidaturas que respondieron a la invitación al concurso que organizó Fundación La Caixa. El propio alcalde Francisco de la Torre la escogió entre las dos finalistas.

El espacio contará con más de 9.400 metros cuadrados con jardín exterior, dos grandes salas de exposiciones, un auditorio y salas polivalentes (suspendidas en el extremo de la gota), un espacio educativo, cafetería restaurante y una librería, así como aparcamiento subterráneo. La inversión prevista es de 30 millones de euros a cargo íntegramente de Fundación La Caixa, que aportará también cinco millones anuales para dotarlo de contenido, tanto de producción propia como en colaboración con otras instituciones culturales nacionales e internacionales. Además de exposiciones, habrá conciertos, conferencias, debates y talleres.

Para De la Torre, se trata de un espacio con vocación regional y “diríamos que nacional”. Para Isidro Fainé, presidente de Fundación La Caixa, es la culminación de una colaboración estrecha en la puerta de entrada a la ciudad. En 2023, la fundación destinó 15 millones de euros a proyectos de obra social en la capital de la Costa del Sol.

Elisa Durán, Directora Adjunta de la fundación, ha comentado que aspira a repetir el éxito del CaixaForum más reciente, el de Valencia, que ronda ya los 800.000 visitantes anuales, aunque ha evitado fijar un objetivo. La clave es que quien vaya, vuelva. “Queremos que quien nos visite lo haga dos o tres veces al año, crear un hábito de consumo cultural y hacer una labor de atracción de público al que le resulta algo más lejano el mundo de la cultura”, con un componente “pedagógico”. Para eso, será necesario hacer partícipe a amplias capas de público local.

Orientación al recorrido del Sol y colores inspirados en Sorolla

Visto con distancia, el proyecto emula una gota de agua, a modo de diálogo entre naturaleza y arquitectura y como guiño al “compromiso con el entorno” y a la toma de conciencia del cambio climático. La otra gran referencia visual es Joaquín Sorolla. En la luz de sus estampas mediterráneas se inspiran los colores (entre el verde y el azul) de un edificio que se orienta siguiendo el recorrido del arco solar y aspira a “conformar el paisaje”, según sus responsables, propiciando una gran manzana peatonal.

“Las ideas y formas no son objetivo en sí mismo sino resultado de un diálogo con las condiciones del entorno: el recorrido del sol, los flujos termodinámicos, la orografía, el agua, el ruido del tráfico y el contexto urbano y su escala. El edificio es continuidad del paisaje”, ha asegurado Felipe Pich-Aguilera, quien firma el proyecto junto con Teresa Batlle.

Será un edificio de balance cero, produciendo toda la energía que consuma y con sistemas de captación pluvial. Según sus arquitectos, las cubiertas están “diseñadas estratégicamente para responder a consideraciones climáticas”. Tienen mantos vegetales, placas fotovoltaicas y piezas cerámicas reflectantes para evitar la acumulación de calor solar. La iluminación será LED, y permitirá mostrar gráficos y vídeos de alta definición al exterior. 

Trámites urbanísticos pendientes

El reto será integrar ese ambicioso diseño y un espacio expositivo en la Plaza Manuel Azaña, hasta ahora yerma de equipamientos culturales, marcada por una vía de acceso y salida de la ciudad desde la Avenida Andalucía hacia la autovía (cuatro carriles en cada sentido) y con la Comisaría Provincial de Policía al otro lado. Como ha subrayado Pich, hasta ahora es un lugar de transición “donde las infraestructuras empiezan a ser calles”.

La parcela donde se ubicará el CaixaForum, de 8.800 metros cuadrados, acaba de integrarse en el patrimonio municipal, aunque fue cedida por la Junta de Andalucía en virtud de unos convenios de reurbanización del barrio suscritos en 1987 y 1988 que no se liquidaron hasta hace apenas un mes. Allí se colocaba tradicionalmente el circo, y hoy es un descampado que hace las veces de aparcamiento.

La ubicación, en pleno barrio de Portada Alta, tiene parada de Metro (Carranque) a cinco minutos andando, y a paso ligero se alcanza el Guadalmedina en menos de media hora, pero queda lejos (también mentalmente) del circuito cultural donde se concentran franquicias del Pompidou o de la Colección Carmen Thyssen, instituciones locales como el Centro de Arte Contemporáneo, el Museo Picasso o el Museo de Bellas Artes, además de un puñado de pequeños museos, ubicados todos ellos al otro lado del río. 

Queda por resolver el trámite urbanístico, que deberá finiquitarse antes de que comiencen las obras, en teoría después del verano. El terreno se cederá mediante concesión demanial directa y gratuita. Fuentes municipales aseguran que el plazo será “no inferior a 55 años” y que después el edificio revertirá a la ciudad.

“El plazo [para abrir a finales de 2026] es posible”, ha asegurado el alcalde, que ha dejado un mensaje explícito a la gerencia de Urbanismo: “Que sea ágil en materia de la licencia correspondiente”.