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Inteligencia artificial, satélites y gemelo digital: la tecnología se une a la batalla contra los pozos ilegales en Doñana

Pantalla de la herramienta, con los cultivos legales en azul y los ilegales en naranja.

Antonio Morente

Sevilla —
21 de octubre de 2024 18:04 h

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La pasada campaña se detectaron 704 hectáreas de invernaderos ilegales en Doñana, básicamente en su Corona Norte. Aunque supone una considerable reducción con respecto a las 1.023 que hubo en 2018, la cifra sigue siendo todavía muy elevada, por lo que ahora se une a esta batalla una herramienta llamada a ser determinante: inteligencia artificial asociada a la teledetección por satélite. Si antes pasaban meses entre una imagen y otra en estas zonas de cultivo, lo que daba menos margen de reacción ante irregularidades, ahora se actualizarán cada cinco días y además la aplicación alertará automáticamente si los plásticos se levantan en unos suelos que no tienen permiso de riego.

“Esto nos permite una capacidad de actuación casi inmediata, es una maravilla”, reconoce sin tapujos Alejandro Rodríguez, comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), el organismo estatal encargado de la gestión de los recursos hídricos en el parque nacional. “Si pillas una irregularidad sobre la marcha hay más opciones de actuar”, ya que la celeridad con la que se tendrán imágenes nuevas permitirá detectar un invernadero ilegal mientras se monta, no cuando está terminado, tiene cultivos en pleno desarrollo y ya es más complicada la intervención.

Diseñada en colaboración con la Universidad de Sevilla, la herramienta lo que hace es tratar las imágenes de satélite con algoritmos de inteligencia artificial para detectar los cultivos bajo plástico. El análisis cruza la geolocalización del invernadero con información catastral y con bases de datos en las que figuran el suelo agrícola regable y las concesiones de riego, tanto las otorgadas como las denegadas y en trámite. “Es una herramienta muy potente que nos permite saber en días lo que antes tardábamos meses”.

Con todos estos datos, detecta patrones irregulares, que no es otra cosa que la presencia de plástico en una parcela que no tiene autorización para captar agua. Aunque la aplicación permite comprobar la “cartografía de derechos” del suelo, no vale por sí sola para iniciar un procedimiento sancionador por parte de la Comisaría de Aguas, aunque sí “salta la alarma” y dará pie a una visita de inspección. “Puede haber algún falso positivo, pero la fiabilidad es del 99%”, resalta Rodríguez.

Una web pública para señalar al infractor

La Confederación ya venía usando hasta la fecha sistemas de teledetección y telemetría, pero la nueva herramienta supone un salto cualitativo. “Esto ya es como en Minority Report”, equipara el comisario de Aguas tomando como ejemplo la popular película de Steven Spielberg de 2002. El siguiente paso es que todos estos datos sean públicos a través de una web, lo que se considera una “medida disuasoria para posibles infractores”, ya que “les va a señalar” de manera pública.

El sistema se está aplicando ahora mismo para supervisar los invernaderos en la Corona Norte Forestal de Doñana, pero el objetivo poco a poco es utilizarla en toda la cuenca del Guadalquivir, en la que se distribuyen casi 900.000 hectáreas de regadío que suponen el 25% de todos los que hay autorizados en España. Y si la primera utilidad está siendo con los plásticos, el siguiente paso será para usarla en arrozales y para la detección de balsas de riego.

La Corona Norte ha estado precisamente en el centro del debate político y social los dos últimos años, ya que era la zona en la que el PP andaluz tenía previsto regularizar (vía ley en el Parlamento y con las bendiciones de la Junta de Andalucía) una importante cantidad de cultivos que extraen agua de manera ilegal del acuífero de Doñana. Aquello dio pie a un acuerdo entre los gobiernos central y andaluz, por lo que Rodríguez considera que los agricultores “ahora mismo tienen claro que no hay posibilidades de regularización” de estos cultivos y esto, junto a medidas entre las que se incluye esta nueva herramienta, irá reduciendo los invernaderos sin permiso.

Eso sí, y pese a que la Fiscalía de Medio Ambiente ya está pidiendo cárcel en casos de extracción ilegal de agua, el camino sigue siendo todavía lento en la lucha contra los pozos ilegales. “Desde que se denuncia hasta que hay sentencia firme para cerrarlo pasan al menos siete años”, señala el comisario de Aguas.

Un gemelo digital

¿Y cuál es el siguiente paso? Pues además de aplicar la inteligencia artificial a las imágenes satelitales, ahora lo que viene es la elaboración de un gemelo digital del sistema hídrico gracias a la red de piezómetros –la mitad de ellos en Doñana– existente. Por un lado, los contadores de agua a los que obliga la normativa enviarán los datos directamente a la Confederación Hidrográfica “con la garantía de que no han sido manipulados”, una transferencia que ahora será posible incluso en zonas sin cobertura de la red de telefonía móvil.

Por otro lado, la red piezométrica mide los niveles de agua en el sistema, por lo que el gemelo digital (“un mecanismo que ya tienen por ejemplo los coches de alta gama para detectar problemas”) notará sobre la marcha si se están extrayendo cantidades por encima de los permisos concedidos. Esta monitorización de las captaciones permitirá saber en tiempo real los recursos extraídos y consumidos, lo que ayudará a saber sobre la marcha si se está consumiendo más y dónde.

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