Benasque, hasta el infinito y más allá
Así que vamos a comer a Benasque, tres veces se ha posado el helicóptero de la Guardia Civil en el prado ad hoc, tres rescates. Y así cada día. Todo gratis. O sea, lo paga usted.
Los congostos siguen ahí; la carretera va mejorando; el Ésera, igual. El nuevo túnel está casi hecho, faltan los detalles. Los detalles de un túnel son cruciales, es una infraestructura delicada. El del Canfranero, con su rampa helicoidal, es digno de verse. ¡Y de rehacerse!
Tres veces ha ido y ha vuelto el helicóptero. En la sobremesa, desde la terraza del Hotel San Antón, que es de mis primos Elías e Isabel, se ve ir y venir el rescate aéreo. El ruido del rotor se amansa en la espesura. Ahí enfrente arranca la senda a Cerler, una hora y media chino chano, buena pendiente. Luego está Luz Gabás, escribiendo.
Hemos visto el tilo enorme que preside la plaza del ayuntamiento. En Huesca quieren hacer despegar el aeropuerto, qué difícil es todo. Y la estación del tren, AVEs incluídos. La cafetería está cerrada, y aquel quiosco de libros y revistas, modélico todo.
Cerrado todo. Igual que la provincia, vasta ruina eólica y solar. Monegros no pierdas tu tren. De las autovías ya históricas o arqueológicas a medio hacer mejor no hablar. La última visita de un subsecretario o similar, por elecciones, dejó la fecha del primer semestre del 25, el año que viene, para el trozo Huesca Siétamo de nunca acabar.
El helicóptero se ha posado en la farola por azar de la foto, o eso parece, ¡qué hábil el piloto! En sitios peores y más enriscados habrá apoyado los patines. En ese equilibrio imposible persevera la provincia, entre el románico que salva García Omedes y el helicóptero que salva a los excursionistas. Benasque es villa científica, el centro de ciencias Pedro Pascual es referencia mundial: miras la web benasque.org y sólo con los enunciados de los programas ya casi atisbas el origen del universo, etc.
Los carteles anuncian las inminentes fiestas en honor a San Marcial. A disfrutar.
0